Histórico, éxito rotundo, clamor, un antes y un después, punto de inflexión, imparable... Los titulares de los medios de comunicación no dejaron dudas: el 8 de marzo de 2018 quedará para siempre en la memoria de millones de personas, mujeres y también hombres, que salieron a las calles de cientos de ciudades del planeta clamando por la igualdad y exigiendo el fin de la discriminación.
Apenas unos días después de aquella jornada, el día 11 para ser exactos, se reúnen cuatro mujeres en una sala de la Facultad de Ciencias y Políticas y Sociología, para hablar sobre cómo vivieron la jornada, por qué fue como fue y en qué se puede convertir. Cada una de ellas pertenece a una generación de feministas complutenses. Paula Martín es la más joven. Puede decirse que la suya es la generación que lo ha conseguido, la que ha llevado a la gente a las calles como nunca antes había ocurrido. Acabó Políticas y ahora cursa un máster en la Facultad, en cuya Junta representa a los estudiantes. Marta del Moral ya lleva algunos años en el feminismo, activo, por supuesto, pero ante todo teórico. Es profesora en la Facultad de Geografía e Historia y secretaria del Instituto de Investigaciones Feministas de la UCM. A la siguiente generación de feministas complutenses llegamos con María Bustelo, profesora en Políticas y desde hace casi tres años delegada del rector para la Unidad de Igualdad. Su carta de presentación ha sido la Guía contra el acoso, y ahora trabaja en diseñar un nuevo Plan de igualdad. La que más años lleva batallando es Cecilia Castaño, profesora de Economía Aplicada en la Facultad de Políticas y codirectora del Máster Universitario en Estudios de Género.
Las pedimos que hablen entre ellas, que se cuenten lo que vivieron y sintieron, que reflexionen sobre lo que vendrá. Una palabra se eleva entre las demás: "emoción".
- Cecilia Castaño: Yo lo viví con mucha emoción y como la culminación de algo que era necesario que sucediera desde hace mucho tiempo. Cuando nos preguntamos por qué este año, aparte de porque se ha organizado muy bien, yo creo que lo que ha colmado el vaso ha sido la idea que nos vienen repitiendo desde que empezó la crisis financiera de que la igualdad de género es un lujo que no podemos permitirnos, y eso ninguna mujer lo puede aceptar. Que lo servicios sociales, que las ayudas a la maternidad, que los permisos parentales, que las ayudas a la dependencia... Que todo eso es un lujo, que no nos podemos permitir la igualdad de género... Eso es inaceptable. Creo que ahí hemos confluido todas las generaciones porque implica el pasado, a las que llevamos más tiempo, y a las que se han incorporado y ven que su futuro no va a ser distinto.
- Marta del Moral: Yo también lo viví con mucha emoción. Creo que esa es la palabra que describe el sentimiento de ver tanta gente y de tantas generaciones. Yo iba desde un barrio del Este de Madrid, y nos tuvimos que bajar de los autobuses porque los autobuses no llegaban. Dentro del autobús había gente de toda clases y condición. Había hombres, mujeres, chicas jóvenes, mujeres más maduras, sus maridos, sus hermanos... Es decir, era un clamor popular que supera lo que ha sido tradicionalmente el 8 de marzo. Yo recuerdo las primeras manifestaciones del 8 de marzo a las que acudí, en las que veías a las agrupaciones feministas, académicas, de base, pero no veías esa coincidencia de pareceres, de gente normal, gente común, que por fin asume las múltiples reivindicaciones del movimiento feminista como algo propio que les afecta porque afecta a la vida cotidiana de todo el mundo, de las familias. A mí eso me emocionó mucho. El otro elemento que me emocionó; yo fui con varias compañeras del Instituto de Investigaciones Feministas y nos vimos en un momento dado por delante de la cabecera de la manifestación y tuvimos que echarnos un poco al lado para esperar. Cuando llegaron las mujeres más jóvenes que estaban en la cabecera, toque a una de ellas y le pedí que si podíamos integrarnos, que éramos profesoras feministas, y entonces nos abrieron y nos dejaron pasar. Fue muy emocionante, estábamos allí delante escuchando a chicas de 18, 19, 20 años, que han sido realmente las promotoras de una movilización tan masiva y, además, de una innovación en la estrategia, como yo creo que ha sido la convocatoria de la huelga. No ha sido una huelga solo laboral, sino entendida en el sentido más amplio, de todas las actividades que realizamos las mujeres; laboral y de los cuidados. Ha sido un éxito por la capacidad de llegar a la gente, que la ha secundado de una manera impresionante. Para mí fue realmente emocionante ver que el movimiento ha cobrado una fuerza que ha transcendido lo que son nuestras asociaciones, agrupaciones académicas de movimiento feminista de base, etc.
- Paula Martín: Yo sobre todo lo que veo potente ha sido el cambio que ha habido de cuatro o cinco años a ahora. Hace 5 años, como que ser feminista estaba todavía mal visto y ahora el feminismo se ha ganado totalmente la opinión pública y no considerarse feminista es lo que está mal visto. El anterior 8 de marzo desbordó las previsiones, pero los anteriores no habían sido tan masivos. Ahora se ven chicas de 15 años, chicas de instituto... Y también cómo está habiendo muchas articulaciones entre diferentes movimientos. Cómo el movimiento de mujeres racializadas está súperfuerte, el movimiento de chicas trans, de gente no binaria... Me parece interesante cómo el 8 de marzo se está abriendo a otro tipo de discriminaciones de género. Me parece muy potente ese tipo de articulaciones. Se ha ganado muchísima fuerza también con la campaña del MeToo e incluso los medios de comunicación que estaban más silenciados están tratándolo muchísimo más.
Cecilia: "Nos han dicho que la igualdad de género es un lujo que no podemos permitirnos, y eso ninguna mujer lo puede aceptar"
- María Bustelo: Para todas ha sido emocionante y a mí, de verdad, que se me caían las lágrimas estando aquí en Políticas por la mañana después de la lectura y escuchaba lo que estaban diciendo las estudiantes y los manifiestos. Yo entonces pensaba en la gente que llevamos formando en temas de género desde hace años y que hemos tratado de explicar el tema de los estudios de género. Recuerdo hace 10 años cuando empezamos a hablar de temas de interseccionalidad y decíamos que es algo muy difícil de explicar en la teoría y que tenemos que llevar a la práctica. Yo empecé a escuchar esos manifiestos, que es lo que estaba comentando Paula, y se está hablando realmente no solo del movimiento feminista sino del movimiento feminista de temas étnicos, de temas de diversidad sexual, de diversidad funcional... Fue escucharlo y se me caían las lágrimas. Era la sensación de que esto ya no es una cuestión pequeña que hay que explicar, sino que es un discurso que está totalmente asumido y que, además, estamos realmente asistiendo al nacimiento de un nuevo feminismo con muchísima fuerza. Otra cuestión que también me emocionó muchísimo tanto de la huelga como de la manifestación fue la capacidad de organización del movimiento feminista; llevan trabajando desde el mes de octubre y es impresionante la capacidad organizativa, las diferentes comisiones que se han organizado y el éxito que han tenido.
- Cecilia: Yo creo que hay algunos aspectos sectoriales que son importantes. Por ejemplo, la movilización de las periodistas en esa plataforma de casi 5.000 periodistas que se creó ha sido fundamental, porque cuando hablamos de dónde se aprenden los estereotipos, de dónde se aprende el patriarcado, los medios de comunicación son un lugar prioritario. Ellas demandan, por una parte iguales puestos de responsabilidad, pero también demandan y exigen cambiar cómo se hace la información, cambiar los criterios con los que se trabaja en las cuestiones de género, desde violencia de género, infantil, sexual... Todo ese tipo de cuestiones me parecen claves y, además, creo que se han unido tantas que va a ser muy difícil que cambie porque se han creado ahí unos vínculos espectaculares. Y luego, en otros sentidos, creo que la prensa en general se ha dado cuenta de que los temas que afectan a la desigualdad de género y de discriminación del feminismo le interesan a la gente, y entonces ya tienen interés en sacarlo. Ya no se puede hablar de la mujer de la misma manera de la que se hablaba; nos hemos ganado el respeto. Esperemos que dure. Yo creo que ahora no se va retroceder tanto, pero de momento hay que conseguir que muchos avances que ha habido, de la ley de igualdad, de planes de igualdad, de muchas cosas, que se conviertan en algo efectivo. El mismo pacto de Estado contra la violencia de género, en el que todavía no han puesto un euro... Por favor... Esto no es el fin de nada, es el inicio de una nueva etapa que va a ser muy luchadora.
-María: Y que tenemos que hacer
-Cecilia: Que tenemos que desarrollar, en efecto.
Marta: "La gente común por fin asume las múltiples reivindicaciones del movimiento feminista como algo propio que les afecta"
- Marta: Yo estoy totalmente de acuerdo. Te pones a hacer balance un poco de qué es lo que nos queda y, claro, en el feminismo siempre nos queda por hacer. Se puede conseguir yo creo la primera piedra en la transformación del entorno legal y los cambios normativos, pero hay que traer la igualdad al día a día, a la realidad. Yo el otro día estaba pensando que recientemente he sufrido precisamente un comentario en redes con un fuerte contenido machista, discriminatorio y agresivo por parte de un estudiante, que no se identifica, de nuestra Facultad. Estoy tomando cartas en el asunto, y me parece que uno de los elementos que nos queda por hacer y especialmente teniendo en cuenta que estamos en aulas universitarias, es la educación en valores, en el respeto, en la libertad de expresión, en la tolerancia. Tenemos que inculcar esto desde las aulas, pero que también haya un compromiso por parte del propio alumnado en esa labor. Es decir, tenemos que aprender a trasladar las reivindicaciones feministas al respeto a las mujeres, a las profesoras, a las compañeras, a las estudiantes, en el sentido más amplio posible en nuestras aulas universitarias y en nuestro campus. Hay muchas cosas por hacer y también en nuestro propio campus. Por ejemplo, incorporar la perspectiva de género a las asignaturas, a los programas docentes, que es algo que hacemos activamente algunas desde hace años y todavía lamentablemente hay estudiantes, generaciones jóvenes de estudiantes, que no entienden cuál es esa necesidad de construir un discurso incluyente, inclusivo para hombres y mujeres, en mi caso para el estudio del pasado. Esto suscita críticas atentatorias contra la dignidad.
- Paula: La universidad como cualquier otro espacio no está exento de machismo, por supuesto, y sí, se continúa viendo. Yo he tenido cuatrimestres por ejemplo cuando estudié aquí en Políticas en los que no tuve ni una sola profesora que me diera clase en cinco asignaturas; los máximos puestos de representación siguen estando ocupados por hombres; pero no solo eso, en clase por ejemplo en las tomas de turno de palabra se nota muchísimo, la mayoría suele ser de hombres, que suelen ser más escuchados. Yo creo, no obstante, que el movimiento feminista estudiantil sí está bastante activo. Sobre todo en lo relativo al acoso sexual están haciendo un gran trabajo. Tras la campaña del MeToo, como decía antes, está habiendo una gran concienciación sobre estos temas. Yo creo que lo potente del movimiento feminista actual es que las mujeres están diciendo ahora mismo ¡basta!, como que ya hemos llegado a un tope. Creo que estamos en un buen momento y que estamos en un punto de inflexión bastante bueno.
Paula: "Lo potente del movimiento feminista actual es que las mujeres están diciendo ahora mismo ¡basta!, como que ya hemos llegado a un tope"
- Cecilia: Hay una cosa que yo creo que va a ser buena para esta universidad y para todos, que es que está creciendo el interés por los estudios de género, por la formación en género. A mí ya me han preguntado desde distintos sitios qué es lo que damos, qué tipo de competencias se adquieren, dónde se puede encontrar trabajo... Afortunadamente la juventud tiene todavía mucha vocación, no solamente quieren hacerse ricos o ricas, sino que todavía hay mucha gente que se mueve por motivaciones vocacionales, de ayudar a los demás, de ayudar a que la sociedad sea mucho mejor, y yo creo que eso va a favorecer mucho a los estudios de género y es una coyuntura que deberíamos aprovechar también para introducir más materias de género en los planes de estudio. No solamente estudios específicos de géneros, sino que en cada asignatura se dé un tema de género y que en cada carrera haya alguna asignatura relacionada con género.
- María: Los temas de desigualdad de género son tan sutiles, tan nuevos, tan escondidos, que tenemos que estar continuamente haciendo diagnóstico. Este diagnóstico somos capaces de hacerlo porque nos hemos formado en género y nos estamos formando en género. Creo que todo el tema de la violencia de género y el tema de acoso ha sido también una parte importantísima. Desde que estoy en la Unidad de Igualdad realmente ha habido un momento en el que los temas de acoso, la reivindicación por parte de los estudiantes, ha encontrado una ventana institucional por la que poder hacerlo, aparte de por supuesto los requerimientos legales que había que tener. Es curioso, porque yo siempre digo que hubo un momento en el que las políticas de lucha contra la violencia de género fueron de repente casi más importantes o a la par que las políticas de género en general, y yo siempre digo que hay que tener cierto cuidado porque no puede interpretarse que la incorporación de la integración de género en la universidad consiste únicamente en tratar y prevenir los temas de acoso. Es muchísimo y va muchísimo más allá de eso, y en esto creo que hay una tremenda oportunidad y socialmente ha sido importantísimo el tema del MeToo, como decía Paula, También totalmente contigo, Cecilia, en lo relativo a las periodistas, que ha sido clave. Pero tiene que quedar claro que es algo más que eso, que está absolutamente relacionado pero que es algo más que eso. Creo que lo que tenemos que hacer es aprovechar esto. Malo será que no seamos capaces de aprovechar este tirón.
-Cecilia: Fijaos el acto que hicimos el otro día en la Facultad [de Ciencias Políticas y Sociología] de la lectura de Simon de Beauvoir. Fue maravilloso porque en su obra ya están muchísimos de los problemas que ahora nos planteamos cómo abordar y ella ya los planteaba. Yo leí un texto del segundo tomo, sobre la mujer joven. Al leerlo me di cuenta de que todos los problemas que hoy se plantean en los colegios, de las chicas con el amor romántico y esas cosas, ella lo tenía ya estudiado súper bien. Estamos en un momento en el que estamos uniendo experiencia e innovación, reuniendo conocimiento y saber de nuestras mayores y de las grandes pensadoras con los problemas del presente. Esta es una tarea que tenemos que desarrollar también. El patriarcado cambia conforme va cambiando el capitalismo, pero sigue siendo siempre el mismo. Entonces nos sirven muchos análisis anteriores para llegar a matices que ahora nos cuestan más.
- Marta: Me gusta mucho lo que ha dicho Paula relacionado con el movimiento MeToo, porque es verdad, como habéis dicho, que está cambiando la actitud de los medios de comunicación. El hecho de que se haya producido una movilización social que ha dicho basta sobre cuestiones que tienen que ver con la violencia, pero que ya transcienden a otros temas de debate, como el trato que recibimos las mujeres en la sociedad, entronca con toda esa labor de décadas de trabajo del feminismo, desde el punto de vista teórico, de las distintas disciplinas académicas que venimos desarrollando y que por fin confluyen para que ese discurso que se ha ido construyendo y todas esas reivindicaciones basadas en estudios, análisis, reflexiones, por fin superen la barrera del prejuicio social hacia el feminismo, con toda esa carga semántica negativa que el antifeminismo se ha encargado de colocar sobre él. Entonces ahora que confluyen esas dos vías, que existe un bagaje increíble de conocimiento sobre la discriminación y tantos temas, y ahora que por fin la gente en general está receptiva a ese mensaje, efectivamente, como decías antes María, es una oportunidad para hacer llegar el mensaje. Tenemos que hacer el ejercicio de transcender el lenguaje académico para llegar a la sociedad en general, hacer accesible todo ese discurso y todos esos mensajes para un público que ahora sí que está receptivo y que ha roto las barreras del discurso antifeminista gracias a esta movilización internacional tan fuerte que estamos viviendo. Yo estaba emocionada también viendo las manifestaciones en lugares como Turquía. ¡Qué valentía la de esas mujeres que están en una situación muchísimo más complicada poniendo en riesgo su propia integridad personal y psíquica saliendo a la calle a levantar la voz!. Todo gracias al elemento internacional reivindicativo que las redes sociales han potenciado y que hay que aprovecharlas.
María: "La igualdad es necesaria no sólo porque sea una cuestión de justicia, sino porque es de poca inteligencia no tenerla en cuenta"
-María: Por eso creo que es tan importante todo el tema de los estudios de género que se han desarrollado en la universidad. Y aquí, probablemente por la responsabilidad que he asumido en la Universidad en este momento, yo diría que, no sólo como decía Paula, la Universidad no es una excepción y que es un reflejo de la sociedad. Yo ahí sería incluso más dura: necesariamente la universidad no puede ser solo un reflejo de la sociedad. Tenemos una encomienda absolutamente clave de transmitir todos esos valores hacia la sociedad. Pero para eso también tenemos que arreglar nuestra casa por dentro, y eso es justamente lo que intentamos hacer. Y por eso estaba yo también tan emocionada, porque me di cuenta de que ya no voy a tener que dedicar el tiempo a vender tanto las políticas de igualdad que tenemos que hacer, sino que sé que tengo en este momento gente aliada a mi alrededor, especialmente unas estudiantes, pero también todo este proceso de concienciación colectiva que también va a alcanzar a toda la universidad. Y eso es lo que intentaremos que ocurra y que la universidad pueda ser de alguna manera ejemplo, que es lo que tiene que ser.
-Cecilia: Ahora se habla tanto de innovación y la innovación, si no incorpora la perspectiva de género, es media innovación. Es innovación mal hecha porque estamos dejando fuera a la mitad de la población. eso lo tienen que tener ya muy claro todos los dirigentes académicos.
-María: Sí, a mí eso me gusta mucho que lo digas. La idea de ese discurso de que la igualdad es necesaria no sólo porque sea una cuestión de justicia –y también y siempre lo vamos a reivindicar– sino porque es una cuestión de poca inteligencia no tenerla en cuenta. Esto en la universidad clarísimamente se puede ver: si seguimos con techo de cristal lo que estamos es perdiendo talento, porque si no tenemos ninguna razón para pensar que las mujeres están menos capacitadas para ser académicas, ese techo de cristal hace que nos estemos perdiendo una buena parte de la gente. La idea de que si no se incorpora una perspectiva de género se está haciendo peor investigación. La investigación con perspectiva de género tiene una mayor calidad, la docencia con una perspectiva de género igual. Y ese es el mensaje que estamos transmitiendo. Por supuesto, sigue habiendo muchísima resistencia, no vamos ahora a pensar que por esta manifestación del 8 de marzo de repente se nos va a acabar. Y en eso la gente que nos hemos dedicado a las cuestiones de género estamos muy acostumbradas y sabemos muy bien cómo tratarlo. Pero bueno, como decíamos, creo que esta es una oportunidad de oro que no podemos desaprovechar.