Marco es el segundo entrenador del Estudiantes. Su talento está a la altura de su ego y el querer imponer sus criterios, incluso a puñetazos, hace que sea expulsado de su trabajo. Una serie de circunstancias le llevarán a tener que entrenar a un equipo de baloncesto formado por personas con diferentes capacidades intelectuales.
David Marqués le mandó su guion a Javier Fesser, y este vio todo el potencial que había en él. Según comentó el propio director en el preestreno en Ciencias de la Información, en un principio la historia era sólo de cómo alguien que ha vivido en lo más alto baja a un equipo muy, muy, modesto y se descubre como persona. Fesser fue quien decidió incluir el tema de la discapacidad intelectual. De hecho, una vez realizado el casting, y conociendo la discapacidad de cada uno de los actores, se volvió a reunir con Marqués y rehicieron la historia dando a cada uno de los actores un empaque diferente.
El guion volvió a ser modificado cuando la actriz Athenea Mata, que interpreta a Silvia, la mujer de Marco, le pidió a Fesser que le diera más entidad a su personaje, hasta convertirla en el pilar sobre el que pivota toda la historia, a pesar de que parece un personaje secundario.
Luego, después de las nueve semanas de rodaje, Fesser se metió en la sala de montaje y allí estuvo seis o siete meses trabajando con todo el material rodado y de ahí surgió una nueva vuelta de guion y una película larga de casi dos horas y media. Como no funcionaba todavía bien, Fesser llamó a un guionista profesional (del que desconozco el nombre) y trabajo con él una semana, mejorando el filme secuencia por secuencia, haciendo simplemente una pregunta: ¿De qué trata esta secuencia? Y descartando todo aquello de lo que no trataba.
El resultado final es una tragicomedia, o una comedia muy seria (como dice el cartel de la película), en la que el mensaje es que todos somos raros, todos somos diferentes, y que la normalidad es una falsa idea que además cuando uno se acerca a ella ve que realmente es aburrídisima.
Javier Fesser se ha fogueado, y sigue haciéndolo, con el mundo del cortometraje y de la publicidad desde los años 90. Entre esos trabajos, que él considera cine igualmente, ha hecho varios largometrajes, siempre con una premisa, que ninguno sea igual que el anterior. Así ha hecho una comedia loca (El milagro de P. Tinto), la adaptación del cómic más vendido en nuestro país (La gran aventura de Mortadelo y Filemón), una obra maestra sin paliativos (Camino), una película de animación (Mortadelo y Filemón contra Jimmy el Cachondo) y ahora esta interesante tragicomedia.
En este tiempo ha conseguido crear una estética propia, tanto por el movimiento y el posicionamiento de la cámara, como por el uso de la luz y la banda sonora, casi siempre a cargo de Rafael Arnau. Poco a poco ha ido dejando de lado la parte más exagerada de esos primerísimos planos que caracterizaron sus primeras películas, pero a pesar de eso el espíritu Fesser sigue presente en su manera de rodar.
El papel principal del filme ha recaído en Javier Gutiérrez, que no es sólo el actor más de moda en el cine español en estos momentos, sino que además tiene un hijo con una grave discapacidad intelectual, y entiende perfectamente cómo se sienten las personas en esa situación, en una sociedad en la que muchas veces se les quiere invisibilizar. A Athenea Mata se la conoce más por sus papeles televisivos, incluidos el de una de las chicas de Al salir de clase, pero en realidad ha sido una buena elección para esta película porque ha sabido conferirle un carácter fuerte y sensible al mismo tiempo a su personaje. El resto del elenco de actores que conforman el grupo coral de jugadores de baloncesto realmente sorprenden por su naturalidad, y por destacar a alguien se podría citar a Gloria Ramos, que interpreta a Collantes, una pequeña y peleona ganadora.