La Facultad de Medicina acoge, los días 12 y 13 de abril, la XVII edición del Encuentro de la Red Universitaria de Estudios de Postgrado y Educación Permanente (RUEPEP), que en esta ocasión gira en torno a esa formación permanente y su relación con el aprendizaje para el mundo laboral. En la inauguración del Encuentro, Lucila Finkel, delegada del rector para Formación Permanente, Prácticas Externas y Empleabilidad, recordó que "en la actualidad en todas nuestras universidades contamos con esta oferta de estudios para dar respuesta al reciclaje, a la demanda de nuevos conocimientos o a la necesidad de adquisición de conocimientos en ámbitos muy concretos que a veces no están contemplados en la formación oficial". Considera Finkel que asistimos a cambios vertiginosos en el mundo del trabajo y que la digitalización ha creado ya profesiones nuevas que no existían hace unos pocos años. Ante este nuevo panorama, es necesaria la existencia de un encuentro como este que busque respuestas a las preguntas de si "las universidades debemos adaptarnos a las necesidades de formación, o contar con las empresas para formarlos, o plantear nuevas formas de aprendizaje, o la inclusión prácticas obligatorias en todos los grados.
Juan Ramón Velasco, presidente de la RUEPEP, cuenta que en las muchas graduaciones de máster en las que ha estado en los últimos ocho años, solía comenzar felicitando a los estudiantes por terminar su primer máster. Reconoce que los estudiantes le miraban raro, por eso del primer máster, "pero hay estudios que estiman entre 10 y 15 veces los saltos que dará cualquier profesional a lo largo de su vida, y en muchos de ellos necesitará más formación".
Tiene la impresión Velasco de que estos saltos en la vida laboral sólo van a ir aumentando, "porque hace 40 años, los teléfonos tenían un disco para llamar y estaban pegados a la pared con un cable, y el mecanismo de comunicación más avanzado de ese momento era el fax, una fotocopiadora remota". Desde entonces, y de acuerdo con Velasco, la informática se ha universalizado al menos en una buena parte del mundo y las comunicaciones se han extendido hasta el punto de que "todos llevamos un dispositivo en el bolsillo que tiene 100.000 veces la potencia del ordenador que usó el Apolo XI".
Como es lógico, los avances tecnológicos cambian el panorama laboral y "nadie puede imaginarse cómo va a ser el mundo en 40 años, lo que es seguro es que habrá profesiones que hoy ni existen y por tanto habrá que formar a personas que tengan capacidad de aprender y de seguir queriendo aprender toda su vida".
Para que eso sea posible, los postgrados y otras formas de formación continua en nuestras universidades necesitan tener flexibilidad, "porque no sabemos lo que va a ocurrir en ese mundo cambiante", y además deberán asegurar la calidad. "Flexibilidad y calidad no están reñidas y hacerlo posible es el objetivo de esta red RUEPEP", según su presidente.
Por eso, "estas jornadas son un buen elemento para concienciarnos nosotros y también al resto de los agentes implicados en cual debe ser el papel de las universidades".
El rector Carlos Andradas coincide con esa idea de Velasco y añade que es necesario seguir "avanzando juntos". Hablando como presidente de la sectorial de Asuntos Académicos, Andradas reconoce que "hay que ir implantando los criterios, controles y sistemas de garantía de calidad en toda la formación de posgrado propia, incluida la formación permanente. Y también ir inscribiendo los títulos propios que pasen los niveles de calidad en el RUEPEP para ir dándoles un sello de garantía".
Reconoce el rector que "las universidades públicas hemos desatendido bastante, en general, ámbitos de formación permanente, para el empleo, de acreditaciones laborales a lo largo de la vida... que se están dando por centros sin unas garantías de calidad suficientes, y ahí tenemos que jugar un papel fundamental". Cree además que "es importante que se haga desde el sector público, que es quien puede garantizar que esa formación a lo largo de la vida se da en condiciones de igualdad de acceso para todos los ciudadanos, ya que así no habrá discriminación permanente".
Hablando de los avances tecnológicos, Andradas informa de que una reciente reunión del Consejo de Dirección, hacían la reflexión de que "las universidades en algunos aspectos quizás no se diferencian tanto de lo que hacíamos en el año 78, al menos en algunas áreas, así que hay un reto fundamental en eso, y sobre todo en ámbitos educativos que ya no pueden ajustarse a ese modelo antiguo". Por tanto, reconoce el rector que "hay muchas cosas por hacer", aunque está seguro de que "las iremos haciendo".
José Manuel Torralba, director general de Universidades, insistió en que la formación permanente es fundamental, pero también lo es un Encuentro como este. Explicó que él fue durante siete u ocho años vicerrector de varias áreas y recuerda "con auténtico placer las reuniones sectoriales donde se convive durante unos días con otros muchos vicerrectores y responsables de los servicios". Aquello le permitía darse cuenta de que otras personas hacían las cosas mejor o de otra manera a las que las hacía él, y por lo tanto siempre le resultaban provechosas.
Bromeó Torralba que en aquellas reuniones también hacían terapia de grupo, "algo muy importante, especialmente en el ámbito universitario, donde la gestión es algo muy desagradecido en muchas ocasiones por parte de nuestros clientes". Por eso, "poder llorarle al compañero de otra universidad es realmente una terapia que permite sentirse arropado por nuestros iguales, que consideran igualmente que debemos hacer de la universidad un auténtico servicio público, un servicio importante para la sociedad".