"Ciencia en el lugar más inhóspito del planeta: La Antártida" ha sido el título de la conferencia impartida por Manuel Catalán, jefe de la sección de Geofísica del Real Instituto y Observatorio de la Armada, dentro del ciclo de conferencias Hablemos de Física. Catalán comenzó su charla retrotrayéndose hasta el origen del Universo y la formación de nuestro Sistema Solar, llegando hasta nuestro propio planeta Tierra. Contó el conferenciante que hace unos 30 millones la Antártida quedó aislada por un cinturón de corrientes oceanográficas que se encarga de determinar el clima de todo el planeta. Entre las propiedades exclusivas de ese continente está que es de un tamaño algo superior al de Europa, pero sin población autóctona, tiene la masa de tierra en promedio más baja del planeta, es además el lugar más seco del mundo con zonas sin lluvia desde hace al menos un millón de años, pero también es el lugar con los puntos más fríos de la Tierra (aunque no donde se hacen los trabajos científicos de manera general), donde hay borrascas permanentes con vientos muy duros y variables y donde la visibilidad es excepcional debido a la pureza del aire.
Recuerda Manuel Catalán que el nombre de este continente viene de la época de los griegos, y que la conexión con España viene de principios del siglo XVII cuando barcos, perseguidos por corsarios, tuvieron que acercarse a la Antártida. Aunque no la vieron ya empezaron a intuirla como Cook y otros muchos más marinos.
Catalán destacó la historia del navío San Telmo, que en 1817, al cruzar el cabo de Hornos comenzó a derivar hacia el sur, y desapareció, hasta que en 1819 se encontraron una serie de cadáveres de animales y restos de ese navío español en la isla de Livingston; y exploraciones famosas como la de Shackleton, en 1916, con el HMS Endurance "cuyos restos se están buscando ahora mismo". En aquel caso, el barco quedó atrapado en el hielo y nunca llegó a pisar el continente, sino que por la presión del hielo quedó destruido, y la tripulación consiguió llegar a la isla del Elefante, puro hielo y paredes gigantes, desde donde consiguió salir sin perder a ni uno solo de sus miembros.
Más tarde, durante la segunda guerra mundial, la presencia militar era enorme en la zona, con intercambios de disparos, captura de prisioneros, reclamaciones territoriales... Y, por fin, llegó 1957-58 cuando se celebró el año de la Geofísica Internacional, que condujo al año 1961 a la firma del Tratado Antártico que hizo que se congelaran todas las reclamaciones soberanas y que se estableciera que la Antártida sólo se pueda utilizar para investigaciones científicas. Es un tratado, ratificado en el Protocolo de Madrid de 1991, y que estará en activo al menos hasta 2041, aunque "ojalá eso se prolongue en el tiempo y permita mantener la Antártida tal y cual está hoy en día".
Características del continente
Manuel Catalán asegura que desde el punto de vista de la geología la parte oriental del continente antártico está llena de rocas muy antiguas, mientras que la parte occidental tiene un pasado muy reciente.
Con un espesor de tres y hasta cuatro kilómetros de hielo en algunas zonas, con técnicas como la gravimetría es con lo que se le puede sacar partido a la ciencia, porque permite conocer la composición de las rocas desde el punto de vista de sus propiedades magnéticas. Explica Catalán que las propiedades magnéticas se pueden relacionar con la temperatura, porque si aumenta se produce caos térmico y hace que los minerales se polaricen en distintas direcciones. "Existe una temperatura a la que ocurre eso y ha permitido medir, con un magnetómetro, las anomalías magnéticas, y con ello ser capaces de obtener un mapa de flujo de calor, muy importante para los científicos", asegura Catalán.
Explica el conferenciante que otra de las características de la Antártida es que allí se encuentran el mayor número de meteoritos encontrado en nuestro planeta, porque "quedan atrapados en el hielo y a los cientos o miles de años afloran en la superficie".
Uno de los accidentes geográficos más especial de la Antártida es el lago Vostok, que fue utilizado como campo experimental en el estudio de la vida en nuestro Sistema Solar, por parte de la NASA en los años 80 en colaboración con la URSS, porque "bajo un espesor de unos 3.500 metros de hielo hay agua que puede llevar allí cientos de miles de años".
La presencia española
Explicó el representante de la Armada que técnicas como la altimetría espacial han sido decisivas para la navegación porque hacerlo en la Antártida es algo complicado. Tanto que hay barcos que no están adaptados, a pesar de que hoy en día llevan a unas 45.000 personas al año y se producen muchos accidentes, siendo el último famoso el del año 2007.
Gracias a la navegación se ha conseguido establecer presencia española en la Antártida. De hecho, hoy hay dos bases y hubo dos barcos hasta el año 2014. En estos momentos sólo está en uso el Hespérides, con el que trabajan al sur de las islas Shetland e intentando averiguar si el estrecho que hay entre medias "se está abriendo, separando, y creando probablemente un nuevo océano".
Informa Catalán de que en las dos bases españolas se llevan a cabo actividades como la ecología evolutiva, la sísmica, los estudios volcánicos, la posibilidad de que exista una corriente de material que pudiera conectar el Océano Pacífico y el Atlántico, estudios de la anomalía magnética del volcán de la Isla de Decepción...
El cambio climático
Los hielos de la Antártida permiten conocer los niveles de CO2 que ha habido en diferentes épocas geológicas. Según Catalán, "los testigos de hielo permiten retroceder un millón de años y ver cómo se han movido esos niveles de manera periódica y ver qué ahora estamos en una asíntota que ha llegado a un tope que no se había alcanzado al menos en ese periodo de un millón de años". Asevera que incluso los registros de los últimos 60 años, parecen indicar un aumento de una décima por año, así que "se está produciendo un calentamiento y una recesión del hielo y la ruptura de enormes plataformas en el continente antártico".
En la ciencia, quedan muchas preguntas en el aire como "la comunicación entre hemisferio norte y sur, la búsqueda de la vida, la exploración dentro y fuera de nuestro Sistema Solar, la limpieza del entorno espacial, el desarrollo de la energía, el cambio climático... Para muchas de ellas, se encontrarán respuestas en lo que se investiga actualmente en la Antártida".