Los días 11, 12 y 13 de junio, la Facultad de Filología acoge las jornadas internacionales Métodos para el estudio de la recepción y la tradición clásica. Pasado y futuro de una disciplina. La vicedecana de Posgrado e Investigación de la Facultad, María Lourdes Carriedo López, se reconoce una apasionada del tema e informa de que "estas jornadas presentan una coherencia y un interés enorme porque plantea sesiones metadiscursivas o metacientíficas con multiplicidad de perspectivas críticas". Destaca además que son unas "jornadas magníficas desde el punto de vista de la internacionalización, porque no sólo se han coordinado con la Universidad Autónoma de Madrid, sino también con la UNAM de México", y "magníficas también por contar con el profesor Carlos García Gual que ha impartido la conferencia inaugural".
Francisco García Jurado, es el coordinador complutense de estas jornadas, junto con Javier Espino, de la UNAM, y Luis Unceta, de la UAM. Los tres son los investigadores principales de sendos proyectos de investigación, y entre todos han diseñado esta "experiencia metacientífica en la que se va a contar cómo es el trabajo desde la universifsf".
Por eso, García Jurado bromea que este congreso es "un experimento, en el que los participantes han tenido que someterse a un cuestionario, no el de Proust, pero casi".
En la inauguración de las jornadas, Isabel Velázquez, del Departamento de Filología Clásica, reconoce que los estudios de tradición clásica gozan de una prestigiosa trayectoria en su Departamento, ya que hay "muchos profesores que se dedican a los estudios de la recepción del mundo y de la tradición clásica a lo largo de numerosas épocas y con metodologías muy distintas".
Asegura Velázquez que, por ejemplo, "los estudios del doctor García Jurado han introducido una forma de contemplar la antigüedad y la tradición clásica como la de Borges en la Eneida, que es una vuelta de tuerca al estudio, contemplándolo como un diálogo renovado con el mundo antiguo".
Carlos García Gual
La conferencia inaugural de las jornadas la ha impartido el filólogo Carlos García Gual, a quien García Jurado definió como su "maestro, un maestro elegido" desde que se acercaba a él con reverencia hasta estos momentos en los que ha aceptado abrir este congreso hablando sobre la traducción y la tradición clásica.
García Gual, Premio Nacional de Traducción, repasó la historia de las traducciones de los clásicos griegos desde sus orígenes, entendiendo que "la traducción es fundamental, ya que el traductor es un intermediario entre el autor y el lector".
De acuerdo con el filólogo, existe una tradición general de la literatura, pero también "hay una tradición de las propias traducciones, que vierten un texto antiguo a un momento determinado, lo que hace que las traducciones envejezcan según cambian la lengua y las generaciones, y que sirven para señalar además también nuestro conocimiento del mundo antiguo".
García Gual tiene claro que cada traducción es distinta, y "ya decía Borges que gracias a su desconocimiento del griego, para él la Odisea más que un libro era una biblioteca, porque toda traducción es una lectura y a la vez elabora y propone una propia perspectiva, una visión de una época concreta".
Opina el filólogo que "la literatura universal existe gracias a las traducciones, y además cada una de ellas aporta un colorido nuevo".
En nuestro país ha habido, a lo largo de la historia, diferentes momentos con respecto a la traducción de textos griegos. El siglo XVI "es una gran época para las traducciones griegas, por ejemplo con la primera traducción de Tucídides, algo que no volvió a ocurrir en castellano hasta mediados del siglo XX".
Después, el helenismo español sufrió un gran bache hasta finales del XVIII, principios del XIX, con la época de la Ilustración española, cuando vuelve a haber en España gente que sabe griego. La traducción se interrumpió con algunas excepciones como la Dafnis y Cloe que tradujo, y censuró por su contenido homosexual, en 1887 Juan Valera. De acuerdo con García Gual, "los románticos ingleses estaban muy ligados a la literatura clásica, mientras que los españoles eran unos jóvenes que no sabían nada, no tenían cultura clásica".
Por suerte, todo eso quedó atrás y en los últimos años, "vivimos una época brillante en la traducción en España". El filólogo anima a que se contrasten varias traducciones, porque "es como más se aprende, ya que la traducción exacta no existe, porque la lengua es la que marca los campos semánticos, así que los traductores siempre aportan algo de creación".
Concluyó García Gual afirmando que "la historia de la traducción es fundamental para la tradición de una literatura".