En 1983 se organizó un importante congreso para celebrar los 100 años de la muerte de Karl Marx. Tras la importante crisis socioeconómica en la que nos hemos visto inmersos en la última década, Eduardo Sánchez, director de la Fundación de Investigaciones Marxistas (FIM), pensó que estaría bien organizar un nuevo congreso para actualizar la vigencia del pensamiento marxista justo cuando se cumplen 200 años del nacimiento del filósofo alemán. Antes de dicho congreso, que se celebrará en la UCM entre el 2 y el 6 de octubre, Encuentros Complutense y FIM han organizado, este 26 de junio, en el pabellón de Gobierno, una jornada multidisciplinar con tres mesas redondas en las que se ha planteado qué aporta Marx, si sigue vigente su pensamiento y sobre las problemáticas actuales y cómo afrontarlas desde el marxismo.
Mercedes Cabrera, catedrática de Historia del Pensamiento y de los Movimientos Sociales y Políticos de la UCM, relacionó en su discurso un par de biografías recientes sobre Marx con artículos publicados sobre el marxismo en dos medios tan poco sospechosos de serlo como The Economist y Financial Times.
De acuerdo con la historiadora, dejando atrás la historiografía marxista que durante un tiempo, y gracias a Tuñón de Lara, ocupó gran parte de las ocupaciones de los historiadores españoles, las nuevas biografías ven a Marx como "una figura de una época histórica muy distante de la nuestra, la del XIX".
Desde esa perspectiva, sus propuestas de revolución se tienen que entender en ese contexto, no en uno posterior, porque "su manera de entender la violencia tenía más que ver con las de Robespierre que con las de Stalin". Así que "las biografías actuales reubican a Marx en su lugar histórico, más allá del legado que haya podido llegar a la actualidad".
Según las lecturas de Cabrera, las ideas de Marx nunca constituyeron un sistema unificado por su dispersión de tareas y centros de atención, pero también porque las fuentes de las que bebía y las influencias que tenía, eran tan plurales que era muy difícil encajar las piezas en esa unificación. Parece ser que fueron "sus seguidores los que inventaron, acuñaron e impusieron un marxismo concreto, ya que por ejemplo Marx no pudo ver nunca el crecimiento de los grandes partidos socialistas, marxistas, de la segunda internacional, nunca vio la sistematización de ese conjunto de ideas tan elaboradas".
Destacan las nuevas biografías que la popularidad de Marx se debió a los azares históricos, como la guerra mundial, el colapso del zarismo, la expansión de la URSS... Cabrera, sin embargo, piensa que a pesar de que la importancia de Marx era consecuencia de esos avatares, "hay que tener en cuenta que Marx entendió la vitalidad anárquica del capitalismo antes que nadie". Y ese es precisamente el Marx que se reivindica hoy desde espacios tan alejados como Financial Times o The Economist, donde le consideran una gran figura histórica.
El Financial Times sacó hace unos meses el Manifiesto Activista, como alternativa actualizada al Manifiesto Comunista, en el que han cambiado algunas cuestiones, como por ejemplo no poner en cuestión la propiedad privada ni criticar directamente la prevalencia del sistema capitalista. Los autores de este manifiesto dicen que "Marx y Engels eran revolucionarios, pero también pragmáticos, porque querían que sus salidas fueran viables".
The Economist también considera que es una figura monumental y que "en su 200 aniversario está más vivo que nunca por el enorme poder de sus ideas, porque era un brillante escritor y pensador". En la publicación económica destacan además el poder de su personalidad, "una combinación de genio y egomanía, convencido de que había descubierto la llave de la Historia".
Hoy, según The Economist, "lo central de la denuncia del sistema capitalista se vuelve más de actualidad porque parece terminado el gran ciclo del pacto social, del estado del bienestar, y el capitalismo que ya vivimos parece estar otra vez fuera de control, igual que cuando escribió Marx a mediados del siglo XIX". Marx no tenía razón en muchas cosas, según The Economist, pero "sí acertó en la existencia del capitalismo como sistema global, en la tendencia al monopolio, en el dominio de las grandes firmas, en la formación de un ejército de reserva de trabajadores precarios temporales".
Un muerto muy vivo
El sociólogo Enrique Gil Calvo destaca que "el muerto que se conmemora en este caso está muy vivo, porque el marxismo murió con la caída del muro de Berlín, pero desde entonces ha revivido".
Algo que ya ocurrió en los setenta cuando hubo otro renacimiento de Marx, en el que se imbricó el primer libro del propio Gil Calvo que se subtitulaba "Por un marxismo libertario". Reconoce Gil Calvo que todos se sentían marxistas, y confiesa que él se sigue sintiendo marxista desde entonces y que se lo ha dicho a mis alumnos desde siempre.
El sociólogo repasó cuatro legados de Marx, el filosófico, político, económico y científico-social. Para Gil Calvo, el primero de ellos, el legado filosófico o utópico es el más obsoleto de todos, porque de hecho cuando él mismo se formó ya había marxistas que querían depurar el marxismo de aquellas adherencias metafísicas.
Hay dos elementos que el sociólogo salva de la quema y "sus tesis sobre Feuerbach y el ejemplo ético de Marx de comprometerse contra la injusticia social, lo que o anima a todas las nuevas cohortes de científicos sociales".
El legado político tiene también dos elementos obsoletos, por un lado no hizo una teoría política concreta, y por otro "sirvió para inspirar a regímenes marxistas que cayeron en una criminalidad totalitaria". En cambio, y según Gil Calvo, es un legado fértil en "su análisis de la lucha de clases, porque la realidad social y político siempre lo ha sido y siempre lo será, así que este aspecto político sí que está muy vivo".
De acuerdo con el conferenciante, el legado económico tiene dos elementos también obsoletos y rechazables, "como toda la teoría del plusvalor, con todo el primer libro de El Capital, que está absolutamente superada, y también lo está el determinismo tecnológico" que "es una vía errada, ciega y cegata". A cambio hay fertilidades del legado económico, como su teoría de las crisis económicas, su segundo libro de El Capital y el análisis estructural de clases, que está absolutamente vivo.
Lo más importante de Marx, para Gil Calvo, en donde sólo ve fertilidad, es "en su paradigma infraestructural, el paradigma marxiano por antonomasia, que es el modelo explicativo básico para el conjunto de las ciencias sociales. La sociología histórica sigue utilizando ese método relacional, pero también lo hace el nuevo institucionalismo económico".
Marxismo inconsciente
Fernando Vallespín, catedrático de Ciencia Política en la Universidad Autónoma de Madrid, tras señalar la gran ventaja de contar con una jornada tan interdisciplinar, se refirió a las conferencias de los ponentes anteriores en las que analizan tanto el capitalismo como sus contradicciones para afirmar que "en cierta forma todos practicamos un marxismo inconsciente".
Frente a lo que dicen los historiadores analizados por Mercedes Cabrera, para Carlos Berzosa, catedrático emérito de Economía Aplicada de la Complutense, "Marx es un potente intelectual, también para nuestro tiempo". Según el economista, el pensamiento económico de Marx sigue vigente en torno a tres ideas, como son ese ejército de reserva de trabajadores precarios, la concentración y centralización del capital, y su teoría monetaria.
La socióloga María Ángeles Durán reconoce que desde un punto de vista del feminismo no encontró nada en Marx de lo que le hacía falta, a no ser que "es un autor que te incita a pensar sobre la desigualdad". Si se aplica la idea de la conciencia de clase marxista a las mujeres, se puede considerar que "mientras las mujeres no tengan conciencia de que ocupan una posición de clase económica, no se podrá avanzar".
Según Durán, en las formaciones sociales de los países del centro capitalista, "se asiste a la formación e irrupción de un nuevo proletariado: el cuidatoriado", que ella misma ha definido como "una suerte de proletariado invisible sin cobertura legal y que no existe para la mayor parte de los investigadores sociales, a pesar de que implica unas jornadas más largas que las de ningún otro trabajo".
Lorena Acosta, investigadora del Departamento de Filosofía Teorética de la Universidad Complutense de Madrid, recuerda que hoy en día, al igual que en la época de Marx, "el dinero,el trabajo y la mercancía vertebran las relaciones entre los individuos".
Dentro de la multidisciplinareidad de la jornada, José Luis Moreno Pestaña, profesor de Filosofía Moral en la Universidad de Granada, habló de "la cara oscura del capital erótico,la capitalización del cuerpo y los trastornos alimentarios".
El profesor de Sociología César Rendueles, por su parte, aseguró que "la teoría del valor no es suficiente para explicar las desigualdades sociales y económicas".
El filósofo Florencio Jiménez Burillo confía en que lo que aquí se ha debatido "sirva de utilidad para conocer más sobre este gigante que era Marx" y reconoció la influencia del alemán en la sociología del conocimiento y la psicología social, a través del concepto de la alienación.