Por tercer curso consecutivo la Facultad de Geografía e Historia acoge durante cinco martes de los meses de septiembre y octubre la diferente manera que el Consorcio Musacces propone para acercarse al arte a través de los cinco sentidos. Este consorcio que forman profesores e investigadores de las universidades Complutense, Autónoma y Nacional a Distancia (UNED) nació para dar propuestas que permitiesen al Museo del Prado acercar su patrimonio a colectivos que no lo pueden disfrutar o, al menos, hacerlo de la misma manera que la mayor parte de la población. Musacces se centra en avanzar en opciones que satisfagan a quienes no pueden oír o ver o bien están cumpliendo penas de prisión y, por tanto, no pueden acudir a un museo. Si la primera edición se centró en el catálogo del Prado -"El Museo del Prado a través de los cinco sentidos- y el pasado año la mirada se abrió a otras artes más allá de las contenidas en el Prado -"Los cinco sentidos en la diversidad de las artes"- la propuesta en esta ocasión se presenta centrada en la propia experiencia sensorial. Así lo señaló el coordinador científico del Consorcio, el profesor complutense José María Salvador, en las breves palabras inaugurales pronunciadas junto a la investigadora Ana María Cuesta, quien coordina esta tercera edición del seminario: "El arte para todos a través de los cinco sentidos".
Y ya para entrar en materia, este primer martes de Musacces se centró en la vista. Nada de cuadros, esculturas o edificios; teatro y libros. Musacces invitó a la actriz Laura Pascual y a la ilustradora de cuentos Violeta Lópiz a hablar de sus miradas artísticas, de la vista, de lo que ven, de lo que no quieren ver o de lo que quienes las miran pueden llegar a ver. Fueron dos intervenciones evocadoras, nada frecuentes ni en su presentación -en especial la de Laura Pascual-ni en sus mensajes. Para la actriz, quien a falta de PowerPoint se sirvió de una compañera de profesión para ilustrar y explicar sus palabras, la vista es el sentido más necesario, aunque no imprescindible, que vincula a actor o actriz con el público. Para la ilustradora, en cambio, lo transcendente está tanto en lo que se ve como en lo que no se muestra, en lo que se cuenta tanto como en lo que se intuye o interpreta. Lópiz rara vez refleja en sus dibujos lo que narra el cuento que está ilustrando; tan solo es un pretexto para iniciar, para proponer otra historia, otra mirada.
Laura Pascual cuenta que apenas tenía 8 años cuando su profesora de teatro la propuso que interpretase a alguien cocinando. La trampa es que lo debía hacer sin nada en las manos ni escenario que la cobijase. "¿Cómo van a ver que estoy cocinando?", preguntó la péquela Laura a su profesora. "Lo que tú veas, lo verá el público", obtuvo por respuesta. La frase se le quedó grabada y ha hecho de ella profesión. Laura explica que en la actualidad, en la que el teatro se ha despojado de complementos, en el que la escenografía ya no es lo importante, ni el atrezzo, ni el vestuario, ni siquiera el escenario. En este teatro sin ataduras, tan lleno de libertad, tan solo "se necesita un cuerpo y alguien que esté dentro". El cuerpo se comunica con el público a través de la vista, y esta es la que consigue que cada persona excave en su interior, busque, encuentre lo que el actor le quiere sugerir.
En las ilustraciones de Violeta Lópiz tan importante es lo que se dibuja como lo que no. Sus obras están llenas de color y entre estos quizá el más importante es el blanco. A veces reserva este color, como hace en su trabajo La Foresta, para representar a las personas; mientras que en otras, por no decir en todas, lo reserva a la interpretación visual de su espectador. Lópiz defiende, al menos eso trata con las suyas, que las ilustraciones de los libros tengan una historia visual propia no descriptiva de lo que narra el texto. Es su mirada, una mirada que también abre al espectador, para que cada uno mire y vea lo que crea. Para concluir su intervención, la ilustradora hace una propuesta al numeroso público que como cada año acude a estas sesiones de Musacces: "Probad a mirar de otras maneras, como si fuera un experimento. Una veces guiñad un ojo, otras mirad a través de un vaso... Es como una gimnasia. Te repercute en tu forma de mirar y también te sirve para ver como otros se tienen que apañar. Yo soy muy miope y cuando me quito las lentillas estoy en otro universo", concluyó.
Las próximas sesiones de "El arte para todos a través de los cinco sentidos" son: martes 25, el olfato, con la neuróloga Cici Esmerali y la investigadora en olores históricos Cecilia Bembibre; martes 2, el tacto, con el artista plástico Antonio Azzato y la profesora complutense de conservación Estrella Sanz; martes 9, el gusto, con el profesor de historia antigua y experto en cultura fenicia Eduardo Carlos González Wagner, y el profesor de Química y experto en enología José Luis Priego, y el martes 16, el oído, con la actriz de doblaje Pepa Castro y el musicólo y pianista invidente Julian Ioanut Abagiu. Todas las sesiones comenzarán a las 13:10 en el Aula Magna de Geografía e Historia.