¿Qué puede esperar un visitante que llega de primeras a la Facultad de Bellas Artes? Lo más probable es que salas donde se dibuja, del natural o no, exposiciones, creatividad y mucho arte. Todo eso existe, pero también hay una pequeña isla dentro de las instalaciones, una isla ocupada por el laboratorio de química aplicada a la conservación y restauración del patrimonio. Según la descripción de la propia Facultad, este laboratorio dispone de una campana de extracción de gases tóxicos, seis microscopios (uno de ellos equipado con cámara digital), tres lupas binoculares (una de ellas equipada con cámara digital), tres balanzas, dos pHmetros, una pulidora para la preparación de muestras, dos estufas de desecación, agitadores vortex, placas calefactoras...Allí se celebró una de las actividades de la IX edición de la Noche Europea de los Investigadores e Investigadoras, celebrada el viernes 28 de septiembre. O, para ser más exactos, no se celebró específicamente en ese laboratorio, sino en uno improvisado en un aula al que se trasladó gran parte del material. ¿La razón? La respuesta la tiene Ruth María Chércoles, del Departamento de Pintura y Conservación - Restauración: "El interés por esta actividad ha sido tan grande que no cabían todos en el laboratorio".

"Forenses del arte. Taller: conviértete en investigador de obras pictóricas históricas analizando pigmentos", es el nombre de la actividad que inauguró Mercedes Gómez, vicerrectora de Transferencia del Conocimiento y Emprendimiento, quien aseguró que "lo más enriquecedor de esta Noche de los Investigadores es que nos crea la cultura de la investigación y la curiosidad de por qué ocurren las cosas".

De acuerdo con la vicerrectora, el hecho de encontrar un laboratorio de Química en una Facultad como la de Bellas Artes, reafirma la idea de que "todos los saberes están interconectados y de que no hay fronteras dentro del conocimiento".

Chércoles y la estudiante de doctorado, Beatriz de los Reyes, introdujeron a los asistentes al taller en el mundo de los materiales sintéticos que parten de materiales naturales para obtener de ellos colorantes y pigmentos de laca, de los pigmentos que surgen de procesos como la corrosión de metales y, por último, de la síntesis de materiales más modernos.

Ante los ojos de los asistentes, y para muchos de ellos de manera novedosa, fueron surgiendo diferentes colorantes, aplicables para el teñido, y lacas, que al aglutinar con diversos materiales se convierten en pinturas.

Para observar todo lo que se puede hacer con estas técnicas, en la Noche de los Investigadores se inauguró además la exposición "Forenses del arte. Conoce los materiales y procesos de conservación/ restauración". Organizada por el LabMat (el Laboratorio de Materiales de la Facultad de Bellas Artes), se puede visitar hasta el 10 de octubre en el vestíbulo de su salón de actos.

En la muestra se han instalado una serie de vitrinas y paneles en las que se explican precisamente la síntesis de materiales desde los tiempos remotos antes de nuestra era y de cómo llegaron a su época de esplendor a partir del nacimiento de la química moderna y la revolución industrial.

Una serie de pósteres muestran investigaciones sobre el tema realizadas tanto en la Facultad de Química, en su Departamento de Química Física I, como en el Departamento de Pintura y Restauración de Bellas Artes, marcando esa interrelación que señalaba la vicerrectora Mercedes Gómez.

En los pósteres se pueden ver ejemplos concretos y trabajos más generales sobre la caracterización de materiales relacionados con la conservación del patrimonio, tanto en lo que respecta a su uso de producción artística y cultural como en lo referente a los procesos de conservación y restauración.

También se pueden leer estudios de materiales poliméricos, utilizados en esos procesos, su metodología y trabajos del mismo Departamento, y ver varios ejemplos físicos de temas como la degradación de material pétreo, de papel, de metales...

La Noche de los Investigadores y las Investigadoras se completó, en el campus, con una visita guiada a ese LabMat para conocer las técnicas analíticas utilizadas para determinar la composición de los materiales utilizados en la ejecución de obras de arte y los ensayos que se pueden realizar para estudiar su comportamiento a largo plazo.

En declaraciones a la OTRI Chércoles y la profesora Margarita San Andrés aseguran que "el objetivo principal de las actividades es visibilizar la estrecha relación entre la ciencia, la producción artística y la conservación del patrimonio, mostrando que es una tarea interdisciplinar dónde intervienen profesionales de distintos ámbitos".

Más allá del campus

"Piedras excepcionales para edificios excepcionales" es el título de otra de las actividades que ha organizado la UCM, aunque esta vez fuera del campus. La actividad ha consistido en un recorrido por el Antiguo Hospital de Jornaleros de Maudes y en una conferencia impartida por Elena Mercedes Pérez Monserrat, la mayor experta en la caliza con la que se construyó ese edificio emblemático de Madrid.

Aparte de estas cuatro actividades, la Complutense ha participado además en la actividad Investigadores en la empresa. European corner, celebrada en el Espacio Fundación Telefónica, y en el taller ¿Qué es la comunicación celular?... y ¡por qué es importante para todo!, impartido en el Hospital Clínico San Carlos.

La primera de esas actividades informó sobre los programas de apoyo de la UE a la investigación y contó con la presencia de investigadores del programa Marie Skłodowska-Curie, que este año cumple 20 años, que hablaron con los asistentes sobre su trabajo, aficiones y su vida en Madrid.

La actividad en el Clínico fue un taller en el que "utilizando diferentes piezas de un rompecabezas, los participantes podían jugar con diferentes componentes celulares para ver cómo pueden participar para activar las funciones de proliferación, metabolismo y supervivencia celular".