Nos ha dejado el profesor Joaquín Hernández Gómez, catedrático de Matemáticas del IES San Juan Bautista de Madrid, profesor asociado de la Facultad de Matemáticas de la UCM durante 27 años, y uno de los principales referentes de la Facultad de Matemáticas en la difícil tarea de tender puentes entre la enseñanza secundaria y la universitaria. Joaquín desde niño quería ser profesor de Matemáticas, se preparó para ello y consiguió su sueño. La mayor parte de su vida profesional la ha desarrollado dando clase tanto en el instituto como en la Facultad. Ha sido un auténtico profesor vocacional con una dedicación permanente.
Desde el comienzo de su vida profesional manifestó una gran sensibilidad y preocupación por la enseñanza de las matemáticas, como constataron tantas generaciones de alumnos, tanto de secundaria como universitarios. Autor de numerosos libros de texto para todos los cursos de secundaria, publicó varios libros de problemas y numerosos artículos de divulgación. Participó en incontables cursos de formación de profesores, transmitiendo siempre su pasión por su trabajo y haciendo hincapié en la importancia de mostrar el lado más atractivo de las matemáticas, sin abandonar el rigor. En 1993 emprendió la dirección de una colección de libros, "La Tortuga de Aquiles", reeditando traducciones de una cuidada selección de textos escritos por reconocidos matemáticos: se trata de un conjunto de obras que permite dar a conocer y hacer comprensibles algunas de las ideas matemáticas más importantes para un amplio grupo de aficionados a las matemáticas.
En su instituto, destacó por su forma de enseñar matemáticas y por su compromiso por la docencia dirigida a todos los estudiantes, no solo los más afines a la materia. Su club de mates fue un auténtico placer para todos los que participaban en él.
En la Facultad impartió numerosas asignaturas; a finales de los años 90, junto con otros compañeros, impulsó la asignatura Laboratorio de Matemáticas para los estudiantes de primer curso de licenciatura. El curso, eminentemente práctico, tenía como objetivo introducir al estudiante más eficazmente en el trabajo matemático para que los estudiantes adquirieran herramientas de pensamiento que les facilitaran la comprensión y la creación de sus estrategias.
Fue un conferenciante infatigable que transmitía su enorme capacidad para despertar en los demás jóvenes el interés por las matemáticas. Siempre reclamó el justo reconocimiento a la labor de los profesores en el aula, valorando la importancia capital de explicar bien los conceptos.
En el homenaje que la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales rindió a Puig Adam (su abuelo político) en el año 2000, con motivo del centenario de su nacimiento, Joaquín impartió una conferencia titulada "La labor pedagógica de Puig Adam", en la que elogió sus especiales habilidades didácticas y puso de manifiesto la actualidad de su pensamiento.
En su afán de llegar a todos los estudiantes de todas las edades, fue un defensor apasionado de los concursos de problemas. Cada mes de junio preparaba materiales apropiados para el Concurso de resolución de problemas Puig Adam. El Concurso de Primavera de Matemáticas de la Comunidad de Madrid, que involucra a unos 500 centros y 50.000 estudiantes cada curso, no sería lo que es actualmente sin su aliento. Creó el Concurso Intercentros que a partir de ahora llevará su nombre. Preparó a estudiantes para participar en la Olimpiada Matemática Española con gran éxito, una de las 5 medallas de plata españolas en la Olimpiada Internacional de Matemáticas es de un alumno suyo.
Y, cómo no, trabajó de manera comprometida en el programa de estímulo de talento matemático ESTALMAT, durante los 20 años de existencia de este proyecto. Cuando el profesor Miguel de Guzmán pensó en poner en marcha su proyecto no dudó en contar con Joaquín para llevarlo a cabo.
Joaquín era dueño de una inteligencia clara y lúcida, capaz de comprender en profundidad conceptos muy elevados, y, a la vez, plantearlos y resolverlos con precisión extrema y presentarlos con la mayor sencillez y claridad posibles para sus oyentes, ya fueran estudiantes, profesores o aficionados.
Será difícil superar su pérdida, pero sus amigos, sus compañeros lo haremos siguiendo su estela. La aventura matemática y humana de Joaquín nos servirá de modelo para ratificar que el mejor uso que podemos dar a nuestra ciencia, las Mates, es ponerla al servicio de todos.