Desde el pasado curso la Universidad Complutense cuenta con su propio Observatorio del Estudiante. Su directora, María Fernández Mellizo-Soto, profesora del Departamento de Sociología Aplicada de la Facultad de Educación, está siendo la encargada de organizar la estructura de este novedoso órgano, del que solo la Universidad de Barcelona cuenta con uno similar. Tras formar un equipo de trabajo, formado íntegramente por estudiantes, y configurar el consejo asesor y el comité de estudiantes, que colaborarán y participarán en la marcha del Observatorio, en los próximos meses verán la luz los primeros informes en los que la profesora Fernández y su equipo ya llevan tiempo trabajando.
- ¿Por qué interesa a la UCM contar con un Observatorio del Estudiante?
- Diría que interesa por varios motivos. En primer lugar, yo creo que hoy en día todo lo que aporta información de cualquier tipo es algo relevante. Aquí de lo que se trata es de aportar más información sobre los estudiantes, sobre su perfil, sus problemas, sus necesidades, hacer análisis desde la desigualdad de oportunidades en el acceso a la universidad o la progresión o análisis del rendimiento académico, ver un poco los factores que hacen que uno sea mejor o peor estudiante, el abandono... Todo esto lo vamos a hacer, y de hecho ya lo estamos haciendo, en coordinación con el Centro de Inteligencia Institucional, que nos va suministrando los datos en bruto y nosotros lo vamos poniendo en un formato adecuado para analizarlo. En primer lugar, por tanto, el Observatorio interesa a la Universidad para tener más información. En segundo lugar, habría que preguntarse: bueno, tener más información está bien, ¿pero para qué? La respuesta es para a partir de ahí, de tener ese mejor conocimiento de los estudiantes universitarios, se puede hacer una política universitaria que tenga en cuenta sus necesidades, sus problemas, que ataje aquellas cuestiones problemáticas que se resisten...
- ¿Los estudiantes tienen algo que decir en el Observatorio?
- Por supuesto, esto no se ha planteado como algo para que venga aquí una profesora, como soy yo de la Facultad de Educación, donde me dedico a estos temas en mi investigación, y se ponga a estudiar a los estudiantes como desde una torre de cristal. Se trata también de hacerlo con su participación. Hemos creado varios canales de participación para que los estudiantes nos transmitan qué problemas tienen, qué necesidades... Hay un buzón de sugerencias, el propio equipo son estudiantes con becas de formación práctica o en prácticas de máster. Hay también una comisión de estudiantes, que hemos intentado que represente a los diferentes sectores: máster, grado, doctorado... La idea es tener reuniones con ellos para presentar planes de trabajo y resultados. También hemos abierto una línea para apoyar la realización de Trabajos de Fin de Grado (TFG) y de Fin de Máster (TFM), relacionados con datos que les proporcionemos. De hecho, ya se han realizado dos TFM así. A la vez, también tenemos varias cosas en marcha y varias ideas para formar a los estudiantes y a la gente a través de jornadas con especialistas en estos temas; también crear foros...
- Este mismo mes de noviembre se va a presentar un artículo con los resultados de este primer TFM realizado en colaboración con el Observatorio. ¿Nos puede adelantar algo?
- Es sobre rendimiento académico y tiene resultados que creo que son interesantes. Uno, que se sabía más, pero que está bien conocer, es que la nota de acceso es el mejor predictor del rendimiento académico inicial de los estudiantes de nuevo ingreso. Menos conocido es que los estudiantes que vienen de instituto público tienen mejor rendimiento que los que vienen de centros privados. Puede ser un indicativo de calidad o, a lo mejor, una explicación plausible podría ser que los centros públicos ajustan más la nota que ponen en secundaria que los privados, que a lo mejor inflan un poco la nota. Es un TFM dentro del Máster en Investigación en Educación. El otro TFM se defenderá próximamente y trata sobre el perfil de los estudiantes de magisterio, de los que van a ser profesores.
- ¿El Observatorio ya está trabajando en sus propios informes?
- Ahora mismo ya tenemos dos informes a punto de salir, casi acabados a falta de retoques. Uno tiene algo de relación con el curso de verano que realizamos en julio en El Escorial. Es sobre la universidad postcrisis, una perspectiva comparada desde la UCM. Damos una serie de datos de la Complutense en comparación con otras universidades madrileñas, partiendo de datos del Ministerio, para ver si pierde o gana estudiantes, en qué ramas, cómo está en términos de abandono, en términos de rendimiento... Se compara con las universidades de Madrid y luego con nuestros propios datos, en este caso datos agregados del Centro de Inteligencia Institucional, vemos la evolución temporal. Hay algunas series que vienen desde los años 60, lo que lo hace muy interesante. Se ve en qué momento la Complutense se expandió y luego se reproporcionó. También se ven cuestiones de género, de las mujeres en la universidad; los extranjeros...
- ¿Puede adelantar alguna de sus conclusiones?
- La verdad es que hay cosas que resultan muy interesantes. Por ejemplo: gran parte del boom de la UCM es en ciencias sociales. La evolución de la UCM la marca ciencias sociales, es lo que más crece o disminuye en distintos momentos; el resto de ramas es más estable. Otro tema es el de las mujeres, que hoy en día tienen más presencia en la universidad, y se puede ver como esto fue cambiando con los años. Pero si ves qué estudian, continuas viendo que las mujeres tienden más a las carreras de ciencias sociales, humanidades y ciencias de la salud, mientras que los hombres son más en las científicas, ingenierías, etc. Eso no sería un problema si no hubiera una relación entre esas carreras y otra serie de cosas, como que son esas áreas en las que hay más mujeres precisamente en las que hay más sobrecualificación o subempleo, y, por tanto, van a cobrar menos salario o van a acabar trabajando en algo para lo que no necesitaban la carrera.
- ¿Y sobre el segundo informe?
- Es un informe con datos micro, es decir tenemos los datos brutos proporcionados individualmente por el Centro de Inteligencia Institucional de cada alumno de nuevo ingreso del curso pasado, 2017/18. Tenemos datos sobre el colegio al que asistieron, la vía de acceso (bachillerato, FP), nota de acceso, nota media del primer cuatrimestre, también del nivel socioeconómico de sus padres, educación, género.... Por ejemplo, hemos hecho un retrato robot, el perfil medio, del estudiante de la UCM: mujer, con padres profesionales con estudios universitarios, 20 años, procedente de Bachillerato y de colegio público. Ahora, más allá de eso lo vemos por Facultades o si estudian grado o doble grado. Por ejemplo, salen diferencias entre Facultades que confirman lo que ya se sabía por otros estudios, como es una especie de jerarquía de Facultades en términos académicos, como se ve por las notas de acceso que se piden. Lo que quizá se sabe menos es la jerarquía socioeconómica. Cuando coges los datos de los estudiantes que van a Medicina y los comparas con los que van a Trabajo Social, por ejemplo, y hay una diferencia abrumadora en el perfil socioeconómico. El porcentaje de estudiantes de Medicina con sobre todo madres profesionales en es muy elevado, igual que sus niveles de estudios. Salen ciencias sociales y humanidades, en general, con un perfil socioeconómico de origen más bajo, y en cambio en ciencias de la salud o ciencias, con un perfil más alto.
- ¿El objetivo del Observatorio es que una vez conocidos estos datos se desarrollen políticas para corregir lo que no se considere adecuado?
- Nuestra labor es detectar las cosas. Quizá podemos hacer recomendaciones, pero luego ya son quienes toman las decisiones en política universitaria, el rector, consejo de gobierno, etc. quienes decidirán si van a aplicar políticas.
- ¿En qué ámbitos cree más necesario actuar?
- Hay cuestiones difíciles de atajar, pero la relación estadística entre estudios y nivel socioeconómico esta ahí. Yo creo que hay margen para hacer políticas; por ejemplo, establecer cuotas de acceso para personas de niveles socioeconómicos más bajos en los que se les permita por lo que sea tener un punto extra para acceder a titulaciones como Medicina. Hay otros aspectos de debate, como por ejemplo si con las tasas diferenciadas por carreras como existen ahora, podemos estar penalizando a ciertos estudiantes... Ahí también se podría hacer algo. Hay que ser conscientes de que a la universidad acceden unos estudiantes seleccionados socialmente. No quiere decir que no lleguen los de bajo nivel socioeconómico pero si comparas por la misma edad, los universitarios tienen un nivel socioeconómico superior a la media. Esto pasa porque los estudiantes de nivel socioeconómico más bajo van cayendo en etapas anteriores del sistema educativo. Es responsabilidad de los poderes que esto vaya cambiando, y también la universidad debe ser consciente de eso y aunque su campo de acción es limitado, porque le llega lo que llega, podría tratar de facilitar a esos alumnos de nivel socioeconómico más bajo que estudien lo que quieran, también esas carreras más prestigiosas, y cuidar muy mucho a los que superando todos los obstáculos han llegado para evitar que abandonen... Hay muchísimo trabajo. Se pueden hacer muchas cosas. Otro resultado interesante de este segundo informe en el que estamos trabajando es la diferencia entre grado y doble grado. También hay diferencias de nivel socioeconómico. Estas diversificaciones en la universidad está claro que en términos sociales crea jerarquías.
- ¿Se escucha poco a los estudiantes en la universidad?
- No creo que se escuche poco a los estudiantes. No es un supuesto del que partamos en el Observatorio. Los estudiantes tienen sus cauces de representación, están en los órganos de decisión... Tienen a sus disposición numerosos servicios, una atención bastante buena... Aún así todo lo que se pueda hacer, se nos pueda ocurrir, para escucharles, para saber sus problemas, cómo se les puede ayudar, bienvenido sea. Por ejemplo, también estamos trabajando en un informe que se va a basar en una encuesta que se está realizando, en colaboración con el Vicerrectorado de Calidad, sobre las necesidades de los estudiantes de la UCM. Se han hecho grupos de discusión y se está pasando un cuestionario en el que se plantean diferentes cosas. Creo que también tendrá conclusiones interesantes.
Galería de imágenes
Spot del Observatorio del Estudiante (realizado por el Departamento de Estudios e Imagen Corporativa)