"Para escribir Historias del Kronen tuve una visión. Más tarde he visto que hay otras cosas que no se me dan bien, pero esto de los bares y las noches, lo clavo". Es la confesión de José Ángel Mañas en la sesión de Encuentros Complutense celebrada en la Biblioteca Histórica de la UCM, para conmemorar el 25 aniversario de su novela más conocida, y que ha servido de arranque a "La semana Kronen". Lorena Carbajo, fundadora de la editorial Bala Perdida, asegura que esta iniciativa servirá para reivindicar "la década de los 90, que ha pasado bastante desapercibida". Y como punto central de esa celebración está la edición conmemorativa de Historias del Kronen, que incluye tanto un prólogo con un estudio histórico y sociocultural de esa década, como un compendio de textos de representantes del mundo de la cultura en el que hablan de lo que supuso para ellos la publicación y lectura de ese libro.
Maica Rivera, crítica literaria del semanario Alfa y Omega, señala que esta es "la edición definitiva de un libro que es la crónica, por excelencia, de la movida estudiantil de los años noventa". Reconoce Rivera que para los nacidos en los años 70, como ella misma, el hecho de que "un chaval de 22 años fuera finalista del Nadal en enero de 1994, y que vendería miles de ejemplares, y que luego llevara al cine su novela Montxo Armendariz, se convirtió en un referente y una esperanza".
Para Rivera, "los años noventa, en el sector cultural, supusieron los últimos momentos de muchas cosas, como los últimos escritores que podían vivir de escribir, y si los jóvenes ahora miran a OT como referente, es quizás porque en la cultura no les damos otros referentes como aquel chaval de las Historias del Kronen".
José Ángel Mañas cuenta que tras su paso, "como un turista", por la licenciatura de Historia en la Universidad Autónoma de Madrid, se tomó un año sabático para escribir. Explica que la primera redacción de la novela es del verano de 1992 y luego dedicó 1993 a corregir el texto. Con el libro terminado buscó información sobre cómo poder publicar, y al final le recomendaron que se presentarse a algún premio. Eligió el Nadal y para su sorpresa resultó finalista.
A raíz de aquello "se publicó y enseguida se convirtió en un libro generacional". Cree Mañas que "la película le dio una dimensión mediática mucho mayor y eso dio pie a que se convirtiera en un fenómeno sociológico con muchas dimensiones, abriendo la puerta a otros jóvenes como había ocurrido en el cine con Almodóvar que promovió la aparición de directores como Álex de la Iglesia, Daniel Calparsoro, Julio Medem, Icíar Bollaín... El éxito de Kronen, y el previo de Ray Loriga, trajo a mucha gente joven en la literatura".
Considera el autor que "Kronen es el arranque de una crisis de la que no hemos salido". Por ejemplo, en la tercera página ya hay un momento, en ese 92, en el que no hay nada más que conflictos sociales tapados por los juegos olímpicos y la expo, era un momento álgido pero "las tensiones ya estaban allí y luego comienzan a salir los escándalos del PSOE, con la cal viva, mucho escándalo, desconfianza a las instituciones, y surgen los textos ácratas de todos los literatos de ese momento".
Además, "en los noventa, la fiesta empieza a degenerar con los circuitos poligoneros, con esas fiestas que no terminan durante tres días, todo mucho más agresivo y una manera más salvaje de vivir la noche". Maica Rivera circunscribe la novela en un momento concreto de nuestra historia, pero que seguro que no era la generación X, porque ese fue "un concepto importado del cine, de Reality Bites, de 1994, y por la película Trainspotting de 1996".
Esas referencias le llevan a afirmar a la crítica literaria que en esa época se vivía "la literatura muy integrada con lo audiovisual". Mañas no está totalmente de acuerdo con esa idea y lo considera "un topicazo". Por un lado piensa que "no hay autores más visuales que Dumas y Tolstoi, mucho antes de que existiera el cine, pero lo que sí enseña el cine es la síntesis y la elipsis, lo de saltarse las escenas de transición, pero en el resto de los aspectos literarios no se nota la visualidad. Al final el que escribe es porque ha leído, esa es la base, se escribe porque se lee".
En el Encuentro Complutense también estuvo Luis Mancha, autor del libro Generación Kronen. Un estudio antropológico del mundo literario en la España contemporánea que ahora se ha transformado en un documental que continúa las entrevistas en profundidad que hizo a escritores y editores allí donde lo dejó para su tesis doctoral. Opina Mancha que "en los 90 había un campo muy estructurado y muy asentado, mientras que ahora está muy precarizado tanto el espacio académico como las estructuras culturales. Por ejemplo, la ANECA subió los niveles para conseguir acreditarte y ahora es cómo ir a un concesionario y querer comprarte un Porsche con el dinero de un Panda".
Cree Mancha que aquellos escritores de los noventa conforman una generación porque son parte de "una misma caravana en la que viven unas mismas circunstancias". Mañas duda, sin embargo, formar parte de la generación de Ray Loriga, porque aunque están en el mismo contexto cultural eso no es suficiente para conformar una generación propiamente dicha.
