La cofundadora y líder de Femen, Inna Schevchenko, pronunció el pasado 22 de noviembre la conferencia inaugural de las III Jornadas de investigadorxes feministas en la UCM, "Noviembre feminista", organizadas por el Doctorado del Instituto de Investigaciones Feministas y de Genero, con el apoyo del propio Instituto, la Unidad de Igualdad, el Vicerrectorado de Estudiantes y el Máster Universitario en Estudios de Genero. La activista ucraniana, exiliada en la actualidad en Francia, afirmó que el cuerpo de la mujer sigue siendo tras dos siglos de lucha feminista el "gran campo de batalla, el centro y el corazón mismo de la opresión del sistema patriarcal". Femen, según explicó su cofundadora, decidió dar la batalla utilizando el cuerpo desnudo de la mujer descontextualizado. "Lo hemos sacado del contexto sexual y lo hemos situado en el político".
Inna Shevchenko inició su intervención hablando de otro movimiento que, a su juicio, ha significado un antes y un después del movimiento feminista. "La campaña MeToo nos ha situado en un momento clave de la larga revolución de las mujeres. A pesar de todas las diferencias o contextos en que vivimos las mujeres, a todas nos ha recordado que el papel de las mujeres no está en la cocina o en el prostíbulo, sino en la revolución", subrayó Shevchenko, recordando que el fin último de esa revolución no es otro que "revertir el sistema de poder" que domina el mundo.
Femen, desde su nacimiento en Ucrania en 2008, ha centrado sus esfuerzos en denunciar que es el cuerpo de la mujer "el lugar sobre el que se ha alzado el patriarcado". De acuerdo con Inna Shevchenko, "cuando las mujeres controlen su propio cuerpo podremos destruir al patriarcado". Según argumentó, el cuerpo femenino sigue siendo un objetivo permanente para los hombres, que han trasladado a la sociedad y a las propias mujeres una percepción sobre él, en el que solo está bien visto mostrarlo ante ellos y cuando ellos quieren. En el resto de contextos, el cuerpo de la mujer desnudo se asocia a pecado, a culpa, suciedad, vergüenza, sumisión... "En este sistema de dominación masculina el cuerpo no pertenece a la mujer, no tiene libertad", concluyó Schevchenko.
La propia activista reconoció que muchas mujeres, incluso muchas mujeres feministas, tachan a Femen de exagerar, de radicalizar, de no reconocer los muchos avances que ha conseguido el movimiento feminista a lo largo de su existencia y más aún en los últimos meses. "¿Hemos ganado ya, ya no somos objetivo de la violencia sexual? No necesitáis que os dé la respuesta, ¿no? Todas las mujeres somos víctimas sexuales potenciales independientemente de su posición o logros. Es importante reconocer este hecho y sí, podemos celebrar los avances del feminismo pero no podemos abandonar la lucha. Hay muchas personas intentando quitarnos esos derechos que hemos conseguido. Por eso hay que protegerlos cada día".
Shevchenko explicó que Femen, pese a que se le tache de radical, ha optado por llamar a las cosas por su nombre. Así, para ellas el acoso sexual y la violación son "crímenes de guerra", porque son resultado de una lucha que lleva siglos contra la mujer. "El radicalismo en el lenguaje también es necesario si queremos seguir avanzando; las niñas buenas pocas veces han cambiado la historia. No dudéis nunca en llamar a las cosas por su nombre y no dudéis nunca en denunciar los crímenes contra las mujeres", pidió Shevchenko a las presentes en el salón de actos del Edificio D de la Facultad de Filología, en el que se celebraron las jornadas.
Por último, la activista también se refirió a las reacciones "excesivas" que provocan en determinados grupos "de extrema derecha y ultra religiosos" su manera de protestar. "Nosotras nos quitamos las camisetas y los sujetadores, nos pintamos unos mensajes en el pecho, los gritamos y sujetamos unas pancartas. No hacemos nada más. Las reacciones en cambio son insultos, amenazas, violencia...", reflexionó Shevchenko, quien, según contó, ella misma y otras dos compañeras en 2011 fueron secuestradas y torturadas en un bosque en Bielorrusia. "Os llamo a todas para que nos unamos, cada una con su manera o trabajo, para que luchemos para que la sociedad se sienta culpable de su percepción del cuerpo de la mujer", concluyó.
Las III Jornadas de investigadorxes feministas en la UCM, celebradas los días 22 y 23, incluyeron la presentación de un buen número de investigaciones que se agruparon en distintas mesas redondas sobre temas como "Cuerpos de mujeres y violencia", "Nuevos feminismos, nuevos discursos", "Narrativa transmedia, ¿oportunidad o más de lo mismo?", "Migración, género y políticas públicas", "Mitos, juventud y estereotipos de género", "Activismo a través de la cultura" o "Estudios culturales y feminismo", por citar algunos de ellos. Y es que, como se insistió en el propio acto inaugural de las jornadas, el papel de la investigación en el campo del feminismo y las cuestiones de género es hoy en día clave. Como destacó el vicerrector de Investigación y Política Científica, Ignacio Lizasoain, es "con evidencias contrastables con lo que la sociedad empieza a creer" y por ello es hoy más necesario que nunca "investigar para la acción".
También es importante, como destacó el vicerrector de Estudiantes, Julio Contreras, también presente en la mesa inaugural, que sean las alumnas del Doctorado del Instituto de Investigaciones Feministas y de Género, las principales promotoras de estas jornadas. Un hecho que, de acuerdo con el vicerrector, demuestra que las cuestiones de género ya han entrado "en la agenda" de los estudiantes. "Prácticamente todas las asociaciones abordan este tema en sus actividades", aseguró.
Sentipensear para cambiar La directora del Instituto de Investigaciones Feministas de la UCM, Asunción Bernárdez, introdujo el uso de un nuevo término en los procesos de cambio feminista: "Sentipensear". Para cambiar las cosas, según explicó, lo primero que hay que hacer es pensar, ver por qué se produce la desigualdad. Después hay que sentir que se puede cambiar esa situación, y, por último, "y completamente necesario, hay que desear el cambio. Es un proceso psicológico, emocional, personal y muy racional a la vez", concluyó Bernárdez, a la vez que subrayaba el papel que las universidades están adoptando en estos procesos. "Ahora ya son espacios de racionalidad que responden a deseos", enfatizó.
En la inauguración también intervinieron, junto al decano anfitrión, Eugenio Luján, los responsables tanto del programa de Doctorado sobre investigaciones feministas y género, organizador de las jornadas, como del Máster en Estudios de Género, Carmen Mejía y Juan Francisco Díaz, respectivamente, y la delegada del rector para Igualdad, María Bustelo. Para la delegada, la Universidad tiene la necesidad de implementar políticas de igualdad, y dar ejemplo de ello al resto de la sociedad, que realmente "pretendan el cambio estructural, que sean transformadoras". En este sentido, Bustelo destacó el trabajo que se está realizando para diseñar un nuevo Plan de Igualdad en la UCM, "proceso en el que todas y todos podréis participar a través de nódulos que se crearán en las Facultades, como pronto anunciaremos". |
LA INVESTIGACIÓN EN GÉNERO, MÁS NECESARIA QUE NUNCA
