Santiago Moreno Guillem, jefe de Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Ramón y Cajal, ha sido el encargado de inaugurar las IV Jornadas UCM-SEV de sensibilización al VIH/SIDA, que se celebran el 3 de diciembre en la Facultad de Medicina. Organizadas por el máster de Virología y coordinada por Ismael Román y Carlos García, con el apoyo de asociaciones como la de Estudiantes de Medicina de la Complutense y Apoyo Positivo, estas sesiones buscan que "los jóvenes y la comunidad universitaria, en general, sean conscientes de que la mejor medida es la prevención". Los responsables de la jornada informan de que "los jóvenes ya no perciben el riesgo de la enfermedad como hace unas décadas, cuando era una patología que se consideraba mortal, y eso ha hecho que se reduzca la aplicación de las medidas de prevención necesarias para que se deje de transmitir el VIH". A pesar de eso, Moreno cree, con la OMS, que es posible conseguir en los próximos años una transmisión cero del SIDA, aplicando una serie de sencillas medidas.
Santiago Moreno explica que hay cuatro oportunidades para la prevención biomédica y para convertir España en un país de infección cero: cambios culturales; la profilaxis pre exposición; la postexposicion, y el tratamiento. Añade el doctor del Ramón y Cajal que "los fármacos que existen para el VIH son excelentes, así que desde un punto de vista clínico ya ha dejado de ser un problema, lo que ha dado lugar a que la epidemia no cese". Informa de que, por desgracia, hay una media de diez personas al día que se infectan por VIH, cuando es algo que se puede evitar, con el uso del preservativo y métodos de barrera. Insiste Moreno en que "ha habido un progreso muy importante en medidas que bien administradas podrían llevar a la transmisión cero en España y otros países del mundo".
Ante la pregunta de si se acerca el final del SIDA, Santiago Moreno asegura que es posible, y que lo será por diferentes vías, y una de ellas, de las más prometedoras, sería la inmunización mediante una vacuna.
Hasta que llegue ese momento hay que atender a la aparición de nuevos casos en todo el mundo, incluida la UE, que es algo constante. En España, por ejemplo, "hay unos grupos de edad, de 20 a 35 años, en los que la aparición y la incidencia ha ido aumentado de manera progresiva desde 2009."
¿Por qué se sigue infectando la gente?
Moreno explica que En Estados Unidos, por ejemplo, del millón de personas infectadas que hay un cuarto de ellas no lo saben, y esas son las que suponen casi el 60% de las nuevas infecciones. Así que la principal fuente de infección son las personas infectadas que no saben que lo están, son la fracción oculta. En España esa fracción oculta de personas que no saben que están infectadas y que transmiten la enfermedad se estima en un 18%. Algo que se podría resolver si conocieran que están infectadas, porque "aquellos que reciben tratamiento no transmiten la enfermedad".
Continúa explicando el conferenciante que ya en 2006 los centros de control de las enfermedades de Estados Unidos hicieron la recomendación de que, "para acabar con la epidemia, sería oportuno hacer la prueba del VIH a todas las personas entre 16 y 60 años que acudieran a cualquier tipo de prueba médica". De acuerdo con Moreno, se lleva defendiendo que se haga algo parecido en la UE, aunque "aquí sólo para aquellas personas que tengan algún dato indicador de que pudiera tener VIH, algo que se ha venido haciendo realmente desde siempre", aunque hay muchos médicos de atención primaria que no tienen ni tiempo ni capacidades de hacerlo.
Tras revisar muchos casos se "ha llegado a la conclusión de que con tres sencillas preguntas se puede descartar a un buen número de casos negativo", lo que reduciría el coste de tener que hacer la prueba a cualquier persona. Informa además Moreno que existe una autoprueba que cuesta 29 euros, algo más que un test de embarazo y que pude ayudar a superar el estigma, "que supone una barrera adicional para que la gente se haga la prueba del sida". Una buena noticia sería que se redujese el precio de esa prueba para que más gente pudiera acceder a ella. Una prueba que además es perfecta, si sale negativo o positivo el resultado es completamente fiable, de hecho "no hay ninguna otra en medicina que tenga el valor de la prueba de VIH".
Tratamiento como prevención
Esa prueba permitiría reducir el número de infectados, porque una vez que se detectase que uno es positivo pasaría al tratamiento con fármacos, y como ya se ha informado con anterioridad una vez que se recibe el tratamiento ya no se transmite la enfermedad, y eso es lo que se conoce como tratamiento como prevención. La OMS considera que si se hiciese esta prueba de manera casi universal para el año 2020 ya no habría más infecciones, "al menos desde un punto de vista téorico".
Los datos que ratifican que esto es así, de acuerdo con Moreno, se remontan al año 2000, cuando un estudio comprobó que las personas con un tratamiento antirretroviral tienen un riesgo cero de transmisión. Desde entonces se han reproducido esos estudios en todas las partes del mundo e incluso en una clínica madrileña se han analizado 7.000 casos de personas con tratamiento antirretroviral y no han encontrado ningún caso de infección.
Otros estudios, incluso a nivel mundial, han llegado a los mismos resultados, así que "la idea es diagnosticar a todas las personas infectadas para ponerlas en tratamiento y evitar la transmisión, y aunque alguno pueda objetar por el coste de esta medida, en realidad es mucho más caro las nuevas infecciones que el diagnóstico". A pesar de eso, y como informa el conferenciante, "no hay ni una sola comunidad autónoma en España que haya decidido aumentar el número de diagnósticos".
El objetivo de la OMS para 2020 es diagnosticar al 90% de las personas infectadas para ayudar a acabar con la epidemia de sida. En España, de acuerdo con los datos de Moreno, estamos en el 82% diagnosticado, del que el 95% está en tratamiento.
Profilaxis pre y post exposición
Aunque en el diagnóstico de los infectados es donde habría que invertir más dinero, para intentar acabar con el VIH el tratamiento preventivo como estrategia es insuficiente. Habría que apoyarlo en otras estrategias como "la profilaxis pre exposición que consiste en tomar medicación antes de exponerse al virus del SIDA, lo que protege de la transmisión". Primero se utilizaron geles, "pero no siempre se ponían bien, así que se hizo luego un ensayo con pastillas para tomar antes y después".
Los americanos, "que en materia de sanidad pública se mueven con una celeridad extraordinaria", en 2011 ya sacaron recomendaciones de este tipo de profilaxis para hombres que tienen sexo con hombres. Reconoce Moreno que en aquel entonces la inmensa mayoría de los europeos no estaban muy por la labor, porque pensaban que era más importante en diagnosticar y tratar a las personas con VIH, que dar medicación a todas las personas que se podían poner en riesgo. Sin embargo, estudios posteriores les convencieron de la utilidad de estos métodos para reducir la tasa de infección, aunque también es cierto que "implica un aumento de las ETS, y tiene su lógica, porque proviene el riesgo del SIDA, pero no de las demás enfermedades de transmisión sexual".
Hay muchos países en el mundo que "ya han implementado este sistema y no hay casos de personas que toman la pastilla de modo habitual y que hayan sido infectados con VIH. Sólo se conoce un caso de un joven dedicado a la prostitución masculina y con cientos de exposiciones sexuales".
En España, de acuerdo con Moreno, "todavía estamos pendientes, desde hace años, de que alguna comunidad autónoma lo apruebe para prestarlo como servicio". Hay que saber que esta profilaxis no es para todo el mundo, sólo para la gente de mayor riesgo, la OMS dice que es para aquellos cuyo riesgo de infectarse al año sea superior al 3%, Inglaterra dice que al 1% y En España se dijo que debería ser para aquellos del 2%. "Se daría la profilaxis a aquellos que tuviesen sexo anal sin preservativo, con dos o más parejas, que utilizan drogas durante las relaciones sexuales... Muchos criterios a cumplir, así que está pensada para disminuir la incidencia en grupos seleccionados de manera muy específica".
De momento se hace con pastillas, pero también con otros métodos, como anillos vaginales que ya están impregnados de antirretroviral e incluso se están probando inyectables de larga duración para proteger durante dos meses.
La última de las medidas, complementaria con las otras, es la profilaxis post exposición, que consiste en "administrar medicación después de la relación sexual, tras las 72 horas después del contacto. Más allá de ese tiempo ya no tiene sentido, porque si se ha tenido que producir la infección, ya se ha producido".
Moreno desea que en un futuro cercano "los médicos de cabecera entendieran que para cualquiera que se vaya a sacar sangre por cualquier motivo, si está en una edad donde podría tener relaciones sexuales, se le recomendase hacerse la prueba del SIDA, al menos una vez en su vida". Con ese pequeño gesto, que además es más barato que otras muchas pruebas clínicas, se iría avanzando para conseguir ese objetivo de un mundo con una transmisión cero del VIH.