Héctor Sacristán García, Carlos Tejedor Bielza y Martín Gómez Abejón ganaron el pasado curso las olimpiadas españolas de Geología, Física y Matemáticas, respectivamente. Desde septiembre Héctor, Carlos y Martín estudian en la Universidad Complutense: Héctor, Geología; Carlos, Matemáticas, y Martín, el doble grado de Ingeniería Informática y Matemáticas. Los tres se matricularon antes de saber que la UCM les iba a reconocer sus méritos a través de un nuevo premio, impulsado desde este año por el Vicerrectorado de Estudiantes, por el que se les ha concedido el importe de un año de matrícula en la titulación que están cursando.
"Se trata de una convocatoria destinada a los ganadores de las 8 olimpiadas científicas españolas (Matemáticas, Física, Química, Biología, Geología, Economía, Informática y Geografía), competiciones organizadas por varias sociedades, instituciones y asociaciones científicas para estudiantes de Bachillerato y que tiene la promoción de la ciencia en sus distintas disciplinas como su principal objetivo. Nuestra universidad -explica Marco Castrillón, adjunto al vicerrector de Estudiantes, Julio Contreras- quiere de esta manera reconocer el esfuerzo y talento de los y las participantes en estas competiciones de alto nivel así como poner en alza la importante labor de las instituciones organizadores y los docentes implicados"
Castrillón, profesor de la Facultad de Matemáticas y en su día Premio Extraordinario de Licenciatura, reconoce que otro de los objetivos de este nuevo premio -que ya tiene asegurada su convocatoria para el próximo curso- ha sido posicionarse en la cierta controversia que ha surgido en los últimos meses sobre la necesidad de que los organismos brinden apoyo a estos eventos científicos de estudiantes, algo que en la práctica desde hace unos años no está sucediendo.
Héctor, Martín y Carlos, por supuesto se muestran a favor de que las olimpiadas científicas cuenten con ayuda pública. Como cuenta Héctor, si no llega a ser por la financiación privada que se encontró, su presencia como representante español en la Olimpiada Internacional de Geología, que se celebró en Tailandia, y en la que también consiguió la medalla de oro, no habría sido posible. "No tuve ninguna financiación o ayuda pública para ir", señala Héctor.
Para Martín las olimpiadas científicas cumplen un papel incluso podría decirse que social: "Creo que en la sociedad hay una falta de interés por la ciencia. Se piensa que se ha avanzado mucho gracias a ella, pero no hay un interés por estudiarla, porque normalmente no es algo en lo que se vea desde el primer momento resultados. En ese sentido, las olimpiadas sí hacen algo, sí ayudan a ir cambiando eso". Héctor coincide en el análisis y le añade una ventaja más: "También es bueno que haya este tipo de competiciones en la ciencia, porque hacen que la gente se conozca y se hacen algunas relaciones que están bien. Lo de ganar no es demasiado importante. Casi lo valoran más mis amigos que yo; incluso es un poco excesivo a veces".
Héctor hasta el año pasado jamás había participado en un concurso científico, mientras que Martín y Carlos sí comenzaron a participar desde edades bastante tempranas. En concreto, como miles de chicas y chicos de entre 10 o 11 años hasta los 17 participaron en el Concurso de Primavera de Matemáticas, cuya fase final y entrega de premios se celebra cada año en la Facultad de Matemáticas de la UCM. Y aunque ninguno de los destacó especialmente entonces, sí vieron que era, en palabras de Martín, "algo interesante". "Cuando llegué a 1ª ESO, en el Ramiro de Meztú donde estudié, conocí a una profesora que está muy metida en esto. Me dijo que yo era bueno y que tenía que participar en los concursos aunque no fuera a sacar nada, porque era interesante. También me animó a hacer la prueba para Estalmat (Programa de Estimulo del Talento Matemático, que organizan la Real Academia de Ciencias y la Facultad de Matemáticas de la UCM), pero no me salió bien, aunque luego conocí a algunos profesores y me invitaron a sesiones. Además, los fines de semana me apunté a una especie de taller, en el que cuentan cosas de olimpiadas de matemáticas. Pensé que nunca sacaría nada, pero empecé a ir simplemente porque me parecía interesante; era como un temario diferente al del instituto, pero no más difícil. Al final fui a la Olimpiada Española hace dos años y saqué plata, y luego ya el año pasado saqué el oro". "Yo -cuenta Carlos- también participé varios años en los concursos de Primavera y no conseguí nada. En la Olimpiada Española de Física he participado en primero y segundo de bachillerato. La primera vez no saque nada y la segunda ya me lo preparé más. La verdad, es que empecé porque era una buena excusa para perderme las clases normales...".
Héctor no dudó en matricularse en Geología. "No miré nada más", afirma sin titubear. Tampoco dudó en matricularse en la Complutense. "La conocía de la semana de formación que nos hicieron antes de las olimpiadas, y me gustó. Además la tenía bastante cerca". Martín también conocía la Complutense: "Ya había venido muchas veces y conocía a mucha gente de aquí. Además, la tengo al lado de casa. A lo mejor en el futuro sí quiero irme a otro sitio, al extranjero, pero para empezar a hacer el grado sí me parece que es una universidad buena. La Complutense, para otras cosas no sé, pero para matemáticas está muy bien valorada y muy solicitada".
Carlos, pese a ganar la Olimpiada de Física estudia Matemáticas. "Siempre me ha parecido -explica- que cuando tú sabes algo en matemáticas, lo sabes de verdad. Cuando estudias física o química siempre hay un grado de incertidumbre que a mí no terminaba de convencer. Además, me parecía más interesante las matemáticas y dije: ¡Pues matemáticas y ya está! ¿Y por qué en la Complutense? Pues un poco también por lo que han dicho ellos, porque me venía bien, y tampoco hay muchos sitios en los que se oferte matemáticas. No es como Derecho o Ingeniero industrial que la ofertan en muchas universidades. Matemáticas está más restringida. Además, en el territorio nacional me pareció la Universidad mejor valorada".
Martín es el único de los tres que estudia un doble grado. Héctor ni valoró la posibilidad y Carlos tampoco demasiado: "El único que me podía interesar era el de Matemáticas y Física, pero no me daba la nota, y además, como he explicado, yo lo que quería era estudiar Matemáticas". Martín cursa el doble grado de Ingeniería Informática y Matemáticas. Dice que son dos materias que siempre le ha gustado combinar, aunque si tuviera que decantarse lo haría por las Matemáticas. También para su futuro profesional, "aunque tampoco es algo que me preocupe mucho ahora mismo que estoy empezando. ¿A vosotros? ¿Os imagináis lo que estaréis haciendo dentro de cinco o diez años?", pregunta a sus compañeros. " No sé -contesta Héctor-. Lo que me gusta es la vulcanología y si pudiera hacer algo relacionado con eso estaría bien, pero todavía no sé...". "Yo me veo en un laboratorio; aunque el concepto de investigación en matemáticas es diferente que en otros campos... Pero sí, al fin y al cabo lo que me llama es investigar", concluye Carlos.
La entrevista concluye. Héctor, Martín y Carlos posan para una última foto y deciden ir juntos a tomar algo a la cafetería de Matemáticas. Sus primeros meses en la Complutense les están satisfaciendo. "Más o menos es como nos esperábamos. Está bien", coinciden en señalar.