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Biblioteca de la Universidad Complutense de Madrid

Viernes, 6 de diciembre de 2024

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La Unidad de Bioimagen Complutense, en el Mapa Español de Infraestructuras Científicas y Técnicas Singulares

BioImaC es el nombre del nodo de la Complutense que ya ha sido aprobado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades para formar parte del Mapa Español de Infraestructuras Científicas y Técnicas Singulares (ICTS), en concreto de la Red Distribuida de Imagen Biomédica. BioImaC está compuesta por los CAI de Resonancia Magnética Nuclear y de Espín Electrónico y el de Cartografía Cerebral, a los que se une el Servicio de Diagnóstico por Imagen, del Hospital Clínico Veterinario Complutense. Juan Manuel García Segura, director de BioImaC, la nueva infraestructura que va a estar radicada en el Instituto Pluridisciplinar asegura que la UCM puede aportar un gran valor añadido al ICTS gracias a los equipos de resonancia magnética, especialmente los de grandes animales, al servicio de cartografía cerebral, a un laboratorio de radiofarmacia y a la posibilidad de usar un ciclotrón anejo a ese laboratorio, para procesar los isótopos y elaborar los compuestos de uso médico sin necesidad de transportarlos de un lugar a otro de España.  

 

Juan Manuel García Segura informa de que la UCM cuenta con una serie de CAI (Centros de Apoyo a la Investigación), de los cuales dos,  los CAI de Resonancia Magnética Nuclear y de Espín Electrónico y el de Cartografía Cerebral, ya están instalados en el Instituto Pluridisciplinar. Señala García Segura que cuando le hicieron director del primero de esos centros en 2014 se dio cuenta de que se estaba "cayendo en cierta obsolescencia en uno de los equipos que fue puntero a nivel nacional". Se trata, en concreto del equipo de Imagen de Resonancia Magnética Biospec BMT 47/40, que posee un campo magnético de 4,7 Teslas, y que "en su día fue el primer equipo de imagen por resonancia magnética para animales con un imán horizontal que en su día era de alto campo y hoy está clasificado como de medio campo, y cuenta con una apertura lo suficientemente amplia como para que puedan meterse animales grandes".

 

Cuenta García Segura que "la Complutense fue pionera con ese equipo hace unos 25 años y en ese tiempo el equipo se ha ido actualizando, hasta que ha llegado ya a vía muerta, así que si no se quiere caer en la obsolescencia hace falta sustituir esa máquina". El problema es que adquirir uno de nueva generación "cuesta unos tres millones y medio de euros, un dinero que no da el Ministerio en sus planes de infraestructuras, pero que sí pueden darlo con los fondos FEDER dentro del marco europeo, siempre que se traten de equipos dirigidos a grandes infraestructuras que estén reconocidas dentro del Mapa de Infraestructuras Científico Técnicas Singulares (ICTS)".

 

No era ese el caso del CAI de Resonancia Magnética Nuclear, así que García Segura propuso al equipo rectoral la solicitud para entrar dentro de ese Mapa. En la Complutense ya contamos con un centro en el Mapa de ICTS, el Centro Nacional de Microscopía Electrónica, y desde el rectorado se dio el visto bueno para que se solicitase esta nueva incorporación. Según García Segura, cuando estaba preparando los papeles para presentarse a la candidatura de ICTS le llamó Miguel Ángel Pozo, director del CAI de Cartografía Cerebral, para proponerle exactamente lo mismo y para hacer una solicitud conjunta, algo que le pareció "una gran idea", porque cuanto más se oferta, más posibilidades hay de lograr ser considerado una infraestructura singular.

 

Red Distribuida de Imagen Biomédica

Estudiaron entonces a qué ICTS podían optar y vieron que existía la Red Distribuida de Imagen Biomédica, que estaba formada por el CNIC (Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares), de Madrid, y el CIC Biomagune (Centro de Investigación Cooperativa en Biomateriales), de San Sebastián. Los responsables complutenses se dirigieron a las autoridades pertinentes para ofrecer servicios para los grandes animales, que no estaban contemplados en esa red de bioimagen. Reconoce García Segura que "el CNIC sí hace grandes animales, pero dentro de su infraestructura de animales de experimentación en un animalario de alto nivel de seguridad, con lo que no entran más animales que los que ellos tienen, y eso parece reñido con el espíritu de una ICTS, que tiene que tener un acceso abierto".

 

Desde la UCM vieron la posibilidad de dar valor añadido sumando a los dos CAI el Servicio de Diagnóstico del Hospital Veterinario Complutense, donde tienen un equipo en el que estudian a grandes animales como caballos o cerdos. De acuerdo con el director de BioImaC, "con esas tres patas (un equipo de resonancia magnética, un servicio de cartografía cerebral anejo totalmente y el equipo de Veterinaria) se consiguió perfilar una oferta que aporta valor a la ICTS".

 

En la primera fase del proceso de aceptación se presentaron las potencialidades y la oferta, y el Comité Asesor de Infraestructuras Singulares les dio el visto bueno, e informó a los dos nodos que ya formaban el ICTS previamente que había que aceptar al nodo complutense. El Ministerio ha reconocido, por tanto, el valor que tiene la propuesta de BioImaC, y ahora hay un año para firmar el convenio de adhesión de la UCM con la ICTS.

 

Qué aporta la Complutense

García Segura informa de que lo que podemos ofertar desde nuestra universidad son imágenes de animales, no de humanos como puedan tener en el CNIC, o Imaging La Fe de Valencia, otro centro que también ha solicitado incorporarse a esta red de bioimagen, pero desde la vertiente humana.

 

Desde la UCM se ofrece imagen por resonancia magnética, pero también imagen por tomografía de emisión de positrones (PET), y "a cambio lo que se espera conseguir de la ICTS, como prioridad máxima, es la sustitución del equipo obsoleto para modernizar las instalaciones de nuestra universidad".

 

Además, en la oferta de la UCM se incluyó un ciclotrón y un laboratorio de radiofarmacia, donde los isótopos que salen de ese ciclotrón se procesan para hacer los compuestos que se necesitan para los radiofármacos. Informa García Segura de que "el problema es que estos últimos no son de titularidad pública, sino que son del Instituto Tecnológico PET que es privado, aunque también esté ubicado en el Instituto Pluridisciplinar". Por lo tanto, se propuso, para entrar en el Mapa de las ICTS "comprar, con cargo a los fondos FEDER, un laboratorio de radiofarmacia, que así sería de titularidad pública, que se pondría anejo al PET, que aunque es de titularidad privada tiene un acuerdo suscrito con la UCM y nos reserva un 20% de las horas de uso para producir radioisótopos, que se podrían procesar en ese laboratorio". Esa solicitud también se ha admitido, así que" ahora el BioImaC ya está en disposición de llegar al Ministerio y pedir los fondos FEDER para comprar lo que está admitido como prioridad máxima de infraestructuras ya reconocidas".

 

Para poder hacer la solicitud de la financiación hace falta ofertar un acceso abierto competitivo a los servicios del nodo. Es así, porque tanto el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, como la Unión Europea exigen que "una parte del tiempo de esas instalaciones, como mínimo el 20%, tiene que ser un acceso abierto a la comunidad en régimen competitivo, haya o no usuarios que quieran acceder a esos servicios". Explica García Segura que "lo de abierto no quiere decir a cualquiera que quiera solicitar, porque las ICTS no están hechas para un acceso a demanda, sino que la idea es que haya accesos seleccionados, que provengan de buenos proyectos que realmente lo merezcan, algo que elige un comité científico en cada una de esas ICTS".

 

Los equipos

La ICTS de la Complutense cuenta con numerosa equipación. Entre las más singulares están el equipo de imagen de resonancia magnética de 4,7 Teslas, del que ya se ha hablado antes, que permite obtener imágenes de resonancias magnéticas tanto anatómicas como funcionales, que es el que se va a renovar gracias a la incorporación en este nodo.

 

En el Instituto Pluridisciplinar también está instalado el equipo de imagen de resonancia magnética ICON-1T, que es de bajo campo, pero que permite la obtención de imágenes de resonancia magnética in vivo y ex vivo. Es de un solo Tesla, pero "lo han clasificado como una instalación singular, porque es el único en el territorio nacional que permite a un usuario venir y con un entrenamiento muy básico, hacer sus experimentos y con imágenes que son de calidad, y de hecho a veces el contraste es mejor que con 4,7 Teslas".

 

En el mismo edificio también hay un equipo AVIII 500MHz, que está dotado con sondas para la realización de muestras en estado líquido y muestras en estado semi-sólido HR/MAS (High Resolution / Magic Angle Spinnig). Explica García Segura que este equipo tiene el imán en vertical, no sirve para obtener imágenes, sino que se usa para estudios en disolución o para muestras de tejidos biológicos. Añade que "se ha comprobado que si esa muestra se pone a girar con un ángulo determinado respecto al campo magnético, en concreto 54,7º con respecto a la vertical, el tejido se comporta como si estuviera en disolución y eso es mucho más favorable para estudiar los tejidos. Ese ángulo se ha dado en llamar ángulo mágico, y de ahí que la técnica se conozca como magic angle spinning".

 

Este equipo es muy versátil y se puede utilizar "para obtener espectros de muestras matrices semisólidas, como por ejemplo queso, aceitunas, biopsias... que se estudian sin tener que hacer ninguna extracción de los componentes biológicos de la muestra. Eso permite conocer la metabolómica, que es estudiar el perfil de todos los metabolitos que están presentes en una muestra para saber la procedencia de un tejido, lo que se usa para la denominación de origen, por ejemplo".

 

El último instrumento singular ubicado en el Instituto Pluridisciplinar es un tomógrafo de emisión de positrones ALBIRA ARS PET/CT para animales pequeños que "combina las imágenes de PET con las de rayos X, lo que da imágenes con un gran detalle anatómico, fundamentalmente de tejidos densos". Explica García Segura que "este aparato es casi un instrumental piloto, y ya hay instrumentos comerciales más avanzados y más fáciles de utilizar".

 

Isabel García Real, jefa de servicio de Diagnóstico por Imagen en el Hospital Clínico Veterinario Complutense, nos hace una visita por sus instalaciones que cuentan con dos equipos de rayos X de pequeños animales, dos equipos de rayos X para grandes animales, un equipo de digitalización de imagen radiográfica (CR), un arco quirúrgico (fluoroscopia), cuatro ecógrafos y un equipo de resonancia magnética de bajo campo (0,23 Teslas) para grandes animales.

 

Este último equipo, el de resonancia magnética para animales de gran tamaño, es el más singular de todo el  servicio, y "se suele utilizar para cerdos, de  hasta unos 130 kilos, y para caballos, de los que se puede hacer la cabeza y la parte final de las extremidades". García Real explica que "la ventaja que tiene este equipo es que al tener un diseño totalmente abierto, en forma de C, se puede trabajar con animales grandes, que se colocan debajo de las antenas, de diferentes tamaños, dependiendo del animal". La única desventaja, por ser abierto es que la resolución sólo puede ser de bajo campo, en concreto de 0,23 Teslas, así que "la calidad de imagen es limitada, pero suficiente para el diagnóstico".

 

García Real reconoce que sería ideal tener un equipo más potente, y que hay algunos de aplicación clínica que llegan hasta 3 Teslas, pero se calcula que con la instalación su coste sería de unos tres millones de euros, una gran inversión, teniendo en cuenta que el que tiene la Complutense es de hace ya una década y costó unos 600.000 euros.

 

En estos momentos, el servicio de esta resonancia magnética cuesta para un perro o un gato 400 euros incluyendo la anestesia, y casi siempre se hacen para diagnosticar problemas neurológicos, y serían unos 700 euros para un caballo. García Real asegura que con el ICTS probablemente cambiarán las tarifas, porque hay que hacerlas competitivas, aunque en el Hospital Veterinario ya están al precio de mercado, y todo  depende del tiempo de uso de la máquina, de si la anestesia se hace en el hospital o no, del tipo y tamaño del animal...

 

El Hospital Clínico Veterinario Complutense añade "un servicio de apoyo que es la zona de estabulación de los grandes animales, donde está el quirófano de caballos y la sala de rayos de caballos, que también se puede usar para diagnóstico por imagen de otros grandes animales".

Juan Manuel García Segura, director de BioImaCEquipo de imagen de resonancia magnética ICON-1TEquipo AVIII 500MHz, que está dotado con sondas para la realización de muestras en estado líquido y muestras en estado semi-sólido HR/MAS (High Resolution / Magic Angle Spinnig)Fachada del Instituto Pluridisciplinar, donde va a estar radicada BioImaCAnimalario del Instituto PluridisciplinarUna investigadora trabaja con el tomógrafo de emisión de positrones ALBIRA ARS PET/CT, que combina las imágenes de PET con las de rayos XTomógrafo de emisión de positrones ALBIRA ARS PET/CTEquipo de resonancia magnética de bajo campo (0,23 Teslas) para grandes animales, ubicado en el Hospital Clínico Veterinario ComplutenseEquipo de resonancia magnética de bajo campo con las antenas de diferentes tamañosEl Hospital Clínico Veterinario Complutense cuenta también con un espacio para estabular a los grandes animalesUno de los equipos de rayos X con los que cuenta el Hospital Clínico Universitario Complutense
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