"No hay un estudio antropológico de los donantes, lo único que detectamos, el denominador común de la gente que viene aquí, es la generosidad". Así lo afirma Teresa Vázquez, directora del Centro de Donación de Cuerpos y Salas de Disección (CDC) de la UCM, quien tiene claro que todos los donantes "reciben muchas compensaciones, ninguna de ellas económicas, claro". La primera de esas compensaciones es la gratitud de los responsables del CDC, que es inmediata, y también un beneficio directo, porque "este es un servicio de la sociedad para la sociedad, en el que alguien viene aquí y deja lo más importante que tiene, en una de las pocas decisiones realmente personales que tomará a lo largo de su vida". Además, gracias a las donaciones hay médicos que se preparan para ser mejores cirujanos, neumólogos, médicos de familia... y todo eso se encuentra en cuanto se va a un centro de salud. El rector Carlos Andradas añade que "la donación es un acto de generosidad, que se realiza pensando no en uno mismo sino en la formación de los nuevos médicos y, por tanto, en la mejora general de la sociedad".
El proceso para donar el cuerpo es muy sencillo, y de hecho, como asegura Teresa Vázquez, directora del CDC, "todos los días hay muchas visitas de gente que quiere hacerlo". Sólo hay que rellenar un formulario, que contiene únicamente datos personales, y aportar la fotocopia del DNI, junto con la de dos testigos que certifican que esa persona está en plena posesión de sus facultades mentales.
Aunque antes no se contemplaba, ahora alguien que decide donar órganos también puede donar el resto de su cuerpo, e incluso se pueden recibir cuerpos que hayan sido sometidos a una autopsia judicial, una vez que el juez autorice el levantamiento y el traslado al CDC. Cuando se produce la muerte, los familiares o los agentes sociales, sólo tienen que llamar al CDC y "desde aquí se hacen cargo de llamar a la empresa funeraria, que es la que recoge el cuerpo y lo lleva al centro".
Los cuerpos se congelan o se embalsaman en función de las características físicas y de las necesidades del centro. Por ejemplo, "un cuerpo que tenga muchas prótesis metálicas no podría ser utilizado en disección ni tampoco para muchas de las especialidades quirúrgicas, o si es un cuerpo muy voluminoso, difícil de utilizar por alumnos, sólo se usaría para especialistas".
La directora del CDC explica que los cuerpos se almacenan en armarios racks, que son unas estanterías similares a carros de cuatro ruedas. De acuerdo con ella, "es mucho más práctico que las típicas neveras de cajones, que ocupan mucho espacio. Además, antes se permitía coger cargas muy altas, pero ahora la ley de prevención obliga a coger cargas que estén, como mucho, por encima justo de la cabeza, así que esas cámaras tendrían que ser muy bajas y muy extensas para poder albergar más de cinco cuerpos".
El CDC tiene capacidad para cerca de quinientos cuerpos, y ahora mismo hay unos 120. "En los últimos años el número de donaciones ha estado en torno a 80 al año, lo que no es suficiente en absoluto", asegura la directora. En este centro de la Complutense hay dos cámaras de refrigeración, de unos 25 cuerpos cada una, y una cámara de unos cien cuerpos de congelación. Aparte hay un gran número de arcones que guardan los restos que esperan a ser incinerados.
La directora explica que una vez que se decide para qué se van a utilizar los cuerpos, se sacan de la congelación o el embalsamamiento, se vuelven a lavar y se preparan para ser llevados a las aulas. "Se descongelan en unas mesas que cuentan con un sistema de desagüe, donde se separan los líquidos biológicos y los inorgánicos".
Instalaciones renovadas
Una de las salas que se han renovado en el Centro es la "sala de escopia, donde se hará la mayor parte de las formaciones que tengan que ver con escopias de articulaciones, abdominal, torácica, o de cualquier otro tipo". Todas las aplicaciones médicas que utilicen técnicas endoscópicas para cirugía o diagnosis se formarán en esa sala, que "cuenta con una cámara máster central, depositada en una de las lámparas, y con pantallas en las paredes, lo que permite trabajar a la vez en quince puestos. Cuenta la sala también con un sistema central de vacío, lo que facilita mucho las cirugías, así que es una especie de quirófano para quince puestos".
La directora explica que los niveles de formaldehído que ahora se pueden utilizar son muy bajos, "porque es una sustancia potencialmente cancerígena, así que ahora los volúmenes son muy pequeños, y por eso se han tenido que cambiar todos los sistemas de extracción y renovación de aire, lo que ha sido una de las partes más complicadas de la obra".
Además de las salas de la planta baja, en la superior hay una recepción, cuatro salas de disección, aulas de teoría, seminarios... "Se están firmando convenios con los hospitales relacionados con la UCM para que los residentes quirúrgicos de primeros años puedan hacer aquí estancias formativas, porque eso es lo que más se demanda", asegura Vázquez.
La directora asegura que "la inversión en la reforma, únicamente, ha sido en torno al millón doscientos mil euros para remodelar los 4.000 metros cuadrados de las instalaciones. En equipamientos se ha invertido algo más".
Para el rector Carlos Andradas "este CDC tiene una gran carga simbólica de lo que significa todo el esfuerzo que se está haciendo en la UCM, para transformar algo que tuvo impacto terrible para la imagen de la Universidad, en algo que se espera que tenga un impacto maravilloso en esa misma imagen".
Autoridades
Tras un recorrido por las instalaciones para la prensa, se procedió a una inauguración para las autoridades académicas de la Complutense. La directora Teresa Vázquez proyectó un vídeo con declaraciones laudatorias de usuarios (doctores y estudiantes), de miembros de instituciones españolas (universidades de Valencia, Girona y Bilbao) y extranjeras (centros de Japón, México, Costa Rica, Austria, Italia y Estados Unidos).
Mercedes Molina, vicerrectora en el momento en el que se comenzó la gestación de este renovado CDC, aseguró ser "un pequeño eslabón en una larga cadena de actores que han permitido llegar al día de hoy", en el que se inaugura un centro, que es "un orgullo de todos y para todos".
Javier Arias, decano de la Facultad de Medicina en la que está ubicada el CDC, recordó que hay otros métodos digitales e informáticos para educar a los futuros profesionales de la salud, pero "la disección anatómica de cadáveres continúa siendo una herramienta fundamental, tanto en la formación como en el posgrado". Consideró el decano que ahora hay que hacer "que el centro sea accesible para todos los estudiantes de ciencias de la salud".
Juan Tejada, vicerrector de Planificación y Evaluación Institucional, añade que "todos hemos colaborado en la creación de este centro, que es un proyecto institucional". Agradeció la labor de todos los que han intervenido en su creación (inspección de trabajo, responsables de prevención de riesgos laborales, el centro de Barcelona que sirvió como modelo, el ayuntamiento de Madrid que permitió las obras, los trabajadores del centro, los diferentes equipos rectorales...) y, sobre todo, agradeció a los donantes. Recordó que el CDC ya lleva tres años funcionando perfectamente y ahora "hay que seguir trabajando, seguir haciendo las cosas bien, y promoviendo la donación de cuerpos en toda España".
Quien era rector en el momento en que se decidió la creación del CDC, José Carrillo, recordó los difíciles momentos iniciales, pero se congratuló de que ahora este es un centro que funciona perfectamente.
Por último, el rector Carlos Andradas, antes de dar paso a una conferencia de la doctora Antonia Aránega, consideró que este centro es ya uno de los mejores de toda Europa y por eso "hay que sacar de él el máximo provecho para favorecer no sólo el conocimiento de unos pocos, sino de toda la salud pública".