Aurora Castillo, decana de la Facultad de Trabajo Social, explica que en 2008 los miembros de la Federación Internacional de Trabajadores Sociales decidieron fijar por unanimidad el Día Mundial del Trabajo Social el tercer martes de cada mes de marzo. Hasta esa fecha se celebraba el 10 de diciembre, coincidiendo con el Día de los Derechos Humanos, pero se quiso hacer una fecha propia para "celebrar el orgullo de ser trabajadores sociales, del compromiso con la sociedad, con la igualdad, con la no discriminación, con los derechos humanos y con la justicia social". En el salón polivalente de la Facultad se realizó un sencillo acto en el que se contó con los testimonios de cinco mujeres con capacidades diversas, de acuerdo con la decana, "cuatro mujeres que nos ayudan a entender la mejor manera de comprender a la persona que tenemos delante, sin prejuicios ni estereotipos".
Juan Pavón Mestras, director del proyecto Risewise UCM, coordinador de la jornada junto con la Facultad y la Unidad de Diversidad complutense, conectó con los participantes por videoconferencia desde Toulousse. Explicó Pavón que Risewise "trata de estudiar lo que es la problemática de las mujeres con capacidades diferentes desde una perspectiva multicultural, y para ello usa como metodología las estancias de personas en otros países, de manera que se puedan ver desde la propia perspectiva cuál es la mejor manera de abordar esa problemática".
Tras esas estancias, desde Risewise se organizan eventos para poner en común las experiencias registradas y así poder desarrollar una serie de informes técnicos donde se presentan las conclusiones. "La idea es aprender de buenas prácticas que se realizan en otros lugares, como en la UCM, con la Oficina para la Inclusión de Personas con Diversidad, y también en otros países, con sitios donde quizás pensamos que no están tan desarrollados en estos temas como Turquía, pero que tienen mucho que enseñar", apunta Pavón.
Tiene claro el responsable de Risewise UCM que "la mejor manera de aprender es escuchar a la gente". Algo que hicieron los asistentes a la jornada con Sara Coutinho, embajadora de la Asociación San Salvador, de Portugal; Iraide Rodríguez Mata, una joven atleta de diez años; Ainhoa Sesma Iturritxa, licenciada en Economía, del País Vasco, y Sigita Ausmina, estudiante de Trabajo Social de Lituania.
Esther Mercado García, profesora de Trabajo Social, dio las gracias a los padres de todas esas mujeres por unirles a todos en "este loco y complejo mundo". Cuenta la profesora que estancias como la que se ha llevado a cabo en Guimaraes, y que ha sido el origen de este encuentro, permiten llegar a puntos de acuerdo "porque pese a los distintos contextos socioculturales, los procesos y las barreras son similares, ya que aunque es cierto que ha aumentado mucho la sensibilización, todavía existen estereotipos y barreras que limitan su autonomía y dificultan su calidad de vida".
Carmen Miguel Vicente, coordinadora de la Oficina para la Inclusión de Personas con Diversidad en la Facultad, felicitó a los futuros profesionales del Trabajo Social que llenaron el aula, porque serán "los embajadores de la diversidad allí donde vayan". Dio también las gracias a estar en una universidad pública de calidad, que en 2015 creó la Unidad de Diversidad. Se preguntó Carmen Miguel Vicente "¿Qué haría el mundo sin el Trabajo Social?". Ella misma se respondió que los trabajadores sociales son de gran valor y que su "mayor virtud es la de saber ver las capacidades de las personas".
La decana Aurora Castillo, incidió en esa idea, asegurando que "la empatía y el respeto son las mejoras armas que podemos ofrecer, junto a nuestro conocimiento".
