El Paraninfo de las Facultades de Filología y Filosofía acogió en la tarde del 26 de marzo un concierto homenaje al Maestro Rodrigo -"La vida de Victoria y Joaquín Rodrigo a través de sus canciones", interpretado por la soprano Sonia de Munck y el guitarrista Marco Socías-, en conmemoración del vigésimo aniversario de su fallecimiento. Como subrayó la vicerrectora de Extensión Universitaria, Cultura y Deporte, María Nagore, son varios los motivos que confluyen este año para recordar al compositor valenciano, ya que en 2019 también se cumplen 80 años del Concierto de Aranjuez y 30 de su investidura como Doctor honoris causa por la Universidad Complutense. Esta última efeméride no es, ni mucho menos, la única relación que tuvo el Maestro con la UCM, sino que esta se extendió durante cuatro décadas. Joaquín Rodrigo, según recalcó el catedrático de Musicología Javier Suárez Pajares, fue "el primer profesor de música de la Universidad Complutense".
En concreto, según explicó Suárez Pajares -posiblemente el mayor experto en la obra del maestro Rodrigo-, en 1949 Joaquín Rodrigo fue el profesor encargado de impartir un curso de Historia de la Música en las aulas de Noviciado, y cuatro años después, en 1952, ocupó la Cátedra Manuel de Falla, que creó el ministro de Educación Joaquín Ruiz Giménez, y que no dejó hasta su jubilación en 1975, dada su gran vocación por la enseñanza. La relación de Rodrigo con la UCM puede remontarse incluso bastante tiempo atrás, al año 1926, cuando hay constancia de que acompañó a su amigo, el filólogo y pianista Leopoldo Querol en su defensa de la que fue la primera tesis doctoral sobre música defendida en la universidad española. Como señaló Suárez Pajares, aquella tesis y el interés que suscitó fueron el inicio del "anhelo de ver la música en la universidad española", algo que hasta muchos años después no llegó a hacerse realidad.
El concierto ofrecido en el Paraninfo, que prácticamente se llenó para la ocasión, estuvo coorganizado por la Universidad Complutense y la Fundación Victoria y Joaquín Rodrigo, que preside la hija de ambos, Cecilia Rodrigo. Ella fue la encargada de dar paso a los artistas y explicar el porqué del repertorio elegido. Según relató, la Fundación que preside ha querido recordar la figura de su padre veinte años después de su muerte, reivindicando a la vez la transcendencia que tuvo su esposa, Victoria Kamhi, en su carrera. Una de las mayores pasiones de su padre, y a la vez de sus mayores logros estéticos, fue componer obras para piano o guitarra y voz. Su madre puso la voz a muchas de esas composiciones, además de colaborar en las letras, creando versos, adaptándolos o traduciéndolos a numerosos idiomas.
La Fundación ha escogido 31 obras creadas por el tándem que formaron Joaquín Rodrigo y Victoria Kamhi y con la ayuda de Marco Socías las ha adaptado a la guitarra "para recorrer el mundo". El repertorio ofrecido en el Paraninfo es una breve muestra de ello. En concreto, interpretaron "Tres villancicos", obra integrada por "Coplillas de Belén", "Pastorcito Santo", y "Aire y donaire"; de "Doce canciones españolas", se eligió "Una palomita blanca", "De ronda", "Adela" y "En Jerez de la Frontera"; "Romance de Durandarte"; de "Tres canciones ligeras", Socías y De Munck interpretaron "La chanson de ma vie" y "Chimères"; "Cuatro canciones sefardíes", formada por "Respóndemos", "Una pastora yo ami", "Nani, nani" y "Morena me llaman"; Del "Retablo de Navidad" se escogió la pieza "La espera", y por último "Aranjuez, ma pensée".
Según indicó la vicerrectora María Nagore, este concierto no será el único homenaje que la Universidad Complutense rendirá al Maestro Rodrigo. El 9 de abril, de nuevo en el Paraninfo de Filosofía y Filología, las composiciones del autor valenciano volverán a sonar en esta ocasión de la mano del conjunto de cámara Sonor Ensemble. Y en el mes de julio, dentro de la programación de los Cursos de Verano, se celebrará en El Escorial un seminario sobre el que fue el primer profesor de música de la Complutense.