Hace alrededor de un año, y con el impulso del Vicerrectorado de Relaciones Institucionales, echó a andar la Cátedra UNESCO-UCM "Tecnologías apropiadas para el desarrollo humano". Este 10 de abril, coincidiendo con la celebración de un seminario internacional organizado por la propia Cátedra, y acompañados del rector Carlos Andradas, sus dos directores, la presidenta del Consejo de Estado y presidenta también de la Fundación Mujeres por África, María Teresa Fernández de la Vega, y el profesor del Departamento de Geodinámica, Estratigrafía y Paleontología de la Facultad de Ciencias Geológicas, Pedro Martínez Santos, la han presentado en sociedad.
Pedro Martínez Santos es, en palabras del rector Andradas, "el alma y las manos" de la Cátedra. Él es quien desde hace años trata de abrir camino en diversos lugares de África a un término cuya puesta en práctica es capaz de cambiar miles, si no millones, de vidas. El concepto es "tecnologías apropiadas". Como explicó el propio profesor Martínez Santos en el acto celebrado en el Edificio de Estudiantes de la UCM, este es el término que se da a la tecnología mínima que se debe emplear para cubrir las necesidades básicas de los seres humanos. Se trata de poner en marcha tecnologías sencillas, robustas, que empleen en la medida de lo posible materias primas y mano de obra locales, que sean sostenibles y respetuosas con el medioambiente y, preferiblemente, sean fácilmente adaptables de un contexto a otro.
En el caso de la Cátedra, estas tecnologías apropiadas se enfocan a la obtención de agua potable de acuíferos subterráneos en zonas de África en las que el agua es de difícil acceso. Como explicó Martínez Santos, en muchos lugares de África las lluvias se acumulan en unos pocos meses y el resto del año apenas hay precipitaciones. Construir un pozo para extraer el agua subterránea que queda almacenada en los periodos de lluvia puede costar, dependiendo de la orografía del terreno, entre 6.000 y 10.000 euros. Los pozos que instala el profesor Martínez Santos desde hace unos años en la República de Mali, gracias a un proyecto de la AECID, apenas tienen un coste de entre 300 y 600 euros, y además se construyen junto a las comunidades locales, lo que implica que aprenden a hacerlos, utilizarlos y conservarlos. En este proyecto -del que se proyectó un vídeo elaborado por CREAV-UCM- también participan las ONG de la Facultad de Ciencias Geológicas, Geosolidarios, Geólogos del Mundo y Geólogos sin Fronteras.
Tecnología "feminista"
Los objetivos principales de la Cátedra son extender la instalación de estos pozos "low cost" y formar a las comunidades, sobre todo a las mujeres-es aquí donde entra en juego la otra institución que junto a la Complutense participa de esta Cátedra Unesco, la Fundación Mujeres por África-, que son, como señala María Teresa Fernández de la Vega, "el sostén de la vida en ese continente". De acuerdo con la actual presidenta del Consejo de Estado es una gran noticia que la tecnología sea "feminista", en el sentido en que esté enfocada a resolver problemas que afectan a las mujeres. Como recordó el rector Andradas, en muchos lugares de África las mujeres recorren kilómetros cargadas de recipientes en busca de agua.
En su intervención, la presidenta de la Fundación Mujeres por África insistió en la necesidad de formar a las mujeres de cualquier lugar del planeta, pero aún más de África, en todas las áreas de conocimiento, incluidas las denominadas STEM (Ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), en las que en la actualidad se está produciendo una grave "segregación de género". Según explicó Fernández de la Vega, esa es una de las líneas de trabajo de la fundación que preside, como demuestra el programa de becas para jóvenes africanas, del que la UCM forma parten desde sus inicios, y que en la próxima convocatoria ofertará un total de 100 becas en universidades españolas, para las que ya hay más de 2.000 solicitudes.
La Cátedra, como señalaron tanto el profesor Martínez Santos como la propia María Teresa Fernández de la Vega, está abierta a extender sus actividades a otras aplicaciones de tecnologías necesarias, más allá de esta relacionada con la obtención de agua potable. En palabras de Carlos Andradas, esta Cátedra debe ser una "seña de identidad de la universidad por su compromiso social y por poner el conocimiento al servicio de la sociedad y de la lucha contra la desigualdad, ya sea económica o de género", concluyó.