En invierno se llama Andrés Barrero y trabaja en la Gerencia de la Facultad de Veterinaria. En sus ratos libres también lee y escribe críticas en el blog literario Libros y Literatura. En verano también se llama Andrés Barrero, pero aquí, en la época vacacional, su dedicación principal ya sí que es la literatura. Este 24 de mayo, Andrés Barrero fusionará sus dos versiones estacionales para presentar en su Facultad su tercera novela, El nombre de Berta, y lo hará arropado por quienes le acompañan todo el año, su familia, amigos, el equipo decanal de la Facultad, sus compañeros del PAS, muchos profesores, incluso, seguro, que también algún que otro estudiante. Él mismo lo fue durante un periodo "demasiado largo".
- Me dices que empezaste Veterinaria pero no la acabaste.
- Sí. Empecé a trabajar en la Facultad cuando estudiaba. Con una beca, justo cuando empezó a funcionar el hospital. Y ya trabajando era muy difícil seguir con los estudios.
- Luego, eras más de ciencias que de letras
- Yo lo tenía muy claro. Era muy vocacional. Académicamente la cosa no fue bien, pero sí en otras muchas cosas porque veterinaria es para mí una familia. Siempre digo que me quedé a vivir aquí porque esta es mi casa.
- ¿Y lo de la literatura de dónde te viene?
- Empecé a escribir cuentos con 18 o 20 años. No publicaba ni nada. Escribía por gusto. A raíz de eso salió la posibilidad de escribir reseñas. Colaboro con Libros y Literatura, que es un blog de reseñas literarias, que es de los más grandes que hay en España. Las editoriales nos mandan libros, nosotros los reseñamos y, bueno, conoces autores, lees mucho... Está bien. A raíz del blog, una compañera que también es reseñista me dijo: ¿Tú no tendrás escrita alguna novela? Y yo sí que tenía escrita una. La verdad es que casi todo lo que había hecho eran cuentos. Pero una vez me dio por ahí y escribí una novela, pero no había hecho nada con ella. Me dijo que la interesaría leerla y se la mandé y, de repente, me sorprendió diciendo que la había mandado ya a una editorial que conocía y que me la publicaban. En eso soy raro, debo ser el primer autor que ha publicado sin mandar el libro a la editorial...
- ¿Eso cuándo fue?
- Hace seis años o por ahí. Esta ya es la tercera novela. Aquella se titulaba Todo el mundo odia a Yoko Ono.
- Pobre mujer, le cae mal a todo el mundo
- Yo no la odio a la pobre. Al revés, hasta me parece una mujer interesante, pero cuando yo la estaba escribiendo coincidía que era un aniversario, no me acuerdo si de la muerte de Lenon, y se oían muchos comentarios de ella... Y sí, es verdad , a mucha gente le cae mal. Para mí fue una excusa para hablar del chivo expiatorio, no por ella en sí misma.
- Y tras publicar la primera, fuiste a por la segunda, claro
- Es que la experiencia es muy bonita. Escribir está muy bien, pero es una cosa para ti. Pero la experiencia de publicar, que luego la gente te dé su opinión, es muy bonito y muy enriquecedor además. Ves muchas cosas que ni se te han pasado por la cabeza y, vamos, yo me lo pasé muy bien, disfruté muchísimo y, bueno, me gusta.
- ¿Cómo es tu literatura?
- No soy de los de documentarme y hacer una novela de 600 páginas descubriendo detalles históricos y tal. No tengo tiempo y, además, no me interesa. Lo mío es más íntimo, es ponerte en la piel de una persona que vive una situación y cómo te sentirías tú e intentar tirar del hilo. Y entonces, bueno, escribo muy de vez en cuando, en vacaciones básicamente. Pero me sería difícil renunciar a ello. Tener otra actividad fuera del trabajo te ayuda a mantener la cabeza sana.
- ¿La segunda novela, Lento, cómo surgió?
- Fue un homenaje a mi padre. Mi padre es muy cocinero y había escrito un libro de recetas y la editora que me había editado la primera novela me dijo en una feria, en la que estábamos firmando, en Fuenlabrada, que la ilusión de su vida era editar un libro que estuviera ambientado en una cocina. Me lo decía porque en aquel primer libro hablaba un poco de cocina también; yo siempre hablo un poco de cocina, porque me gusta mucho. Cogí aquel libro de recetas de mi padre y cada capítulo del libro es una receta de él. Y la trama se va contando mientras el padre y el hijo cocinan juntos. Es un libro muy personal, muy particular. Y salió de ahí, de aquella conversación. Igual que este, que también sale de una anécdota. Si es que a veces los libros salen de las cosas más insospechadas.
- No te guardes la anécdota, por favor.
- Es una cosa que pasó aquí en el despacho. Vino una mujer a que le sellara unos carteles, porque para colgar carteles en la Facultad tienen que llevar un sello para que no te los quiten. Eran unos carteles de adiestramiento de perros para mujeres víctimas de violencia de género. Yo se los sellé , hablé un rato con ella y la mujer se echó a llorar. Decía que no estaba acostumbrada a que la gente fuera amable con ella. Estuvimos hablando un rato, me contó unas cuantas cosas y esa es la parte real que hay en la novela. Lo demás ya es inventado. Pero sí surge de eso y empieza así. Hemos hecho un pequeño vídeo promocional y empieza así, subiendo la escalera hasta llamar al despacho. Fue una experiencia un poco chocante. Me quedé pensando, me quedé pensando, y tardé casi un año en escribirlo...
- ¿Qué haces tú en ese despacho?
- Yo trabajo en la gerencia. Mi trabajo normal es de todo menos normal. Hacemos de casi todo. Esta es una Facultad un tanto particular y echamos una mano también en temas académicos de GEA, de gestión de espacios... De todo un poquito. Además el haber estudiado aquí te da para meterte en todos los charcos. Además, tenemos la suerte de tener un equipo tanto en la Gerencia como en el Decanato que le gustan los charcos tanto como a mí... Y entonces, cualquier cosa que surge la posibilidad siempre intentamos tirar para adelante.
- ¿O sea que no eres de los que sueñas con dar el bombazo para dejar de trabajar?
- La verdad es que nunca me lo he planteado. Como son cosas tan íntimas, tan pequeñas... Hombre, si va bien, estupendo; no tendría el menor problema en vender un millón de ejemplares si hay un millón de personas que lo quieran comprar. Nunca me lo he planteado como algo con lo que sacar beneficios o tener éxito, sino como una experiencia bonita que vivir, nada más.
- ¿Cómo ves la literatura actual?
- La ventaja que tengo como lector es que al trabajar en el blog Libros y Literatura, casi todos los libros que me interesan me los mandan. Como los elijo yo, te das cuenta de que hay muchísimos libros. Yo no sé cómo podemos tener un mercado tan amplio. Yo solo de ver las cosas que nos ofrecen...No sé si se publican 10.000 libros al año en España, pero vamos muchísimos. El mercado editorial siempre dicen que está en crisis, y seguramente lo esté, yo no digo que no, pero a nivel de creatividad está muy sano.
- Ya, pero de los 10.000 que publican muy pocos viven de ello
- Que vivan de ello son pocos, sí. Eso tiene su parte buena y su parte mala.
- ¿El papel va a desaparecer?
- Yo supongo que no. Yo me considero ecologista e incluso he intentado dejar de leer en papel por responsabilidad... Pero no puedo, es que me gusta mucho más. Es una sensación totalmente diferente, teniendo muchas ventajas el libro electrónico, que las tiene, pero yo no sé, quizá sea una cuestión generacional pero sin papel no me veo.
- ¿Cuantas novelas tienes ahora en la cabeza? ¿O has vuelto a los cuentos?
- He escrito un cuento, por una colaboración que me surgió, pero la verdad es que no escribo prácticamente cuentos. Hace nada escribí un poema, que nunca había escrito, pero por una de estas casualidades de la vida me dio por ahí, me mandaron publicidad de un libro que buscaba autores para una antología de poesía y lo mandé, y contra todo pronóstico lo seleccionaron. Es una cosa que nunca me había atrevido y la verdad es que me entrado el gusanillo.
- ¿Eres muy lector de poesía?
- Ocasional. Ahora más. Siempre me ha gustado leer a poetas pero no poesías. Poetas hablando de sus cosas. Pero oye, ahora cada vez que ocurre algo lo apunto con la mente puesta en la poesía. Igual en el futuro hago más.
- No es mal sitio este para inspirarse.
- Ni mucho menos, no.