El investigador Simon Bradstreet, presidente de la red Empower, ha impartido, este 7 de junio, la conferencia de inauguración del I Seminario Internacional de la Clínica Universitaria de Psicología (CUP-UCM), que ha servido además como conferencia de clausura del XVI Encuentro de la Asociación Española de Servicios Psicológicos y Psicopedagógicos Universitarios (AESPPU). El Seminario Internacional, de acuerdo con Cristina Larroy, la directora de la (CUP-UCM), pretende tener un carácter bianual, y es también la profesora Larroy quien explica que Empower es "una colaboración internacional que permite el desarrollo de tecnología para la detención de psicosis en atención temprana, para intentar la recuperación y la mejora de la calidad de vida de las personas".
El propio Simon Bradstreet explica que su área de trabajo fundamental es la psicosis, en cuyo tratamiento y detección ya que aplican técnicas de mHealth, o salud con las tecnologías móviles. Considera el escocés que ahora mismo estamos en medio de una revolución de la computación móvil, ya que cada vez hay más capacidad de acceder a este tipo de tecnologías, así que "esta es una manera nueva, una herramienta, de resolver viejos problemas y encaja muy bien con un acercamiento a otras técnicas de recuperación de pacientes".
Esa mHealth incluye una amplia gama de dispositivos, desde los que son totalmente móviles como los teléfonos y los relojes, hasta los híbridos que se utilizan en casa y fuera de ella como las tabletas y la telemedicina, y algunos que se usan únicamente en casa como los videojuegos, la realidad virtual o incluso las propias casas inteligentes.
Reconoce Bradstreet que todavía hay una falta de evidencia en la efectividad de lo digital en este tipo de terapias, porque no hay suficientes datos y eso hace que la comunidad psicológica no esté totalmente de acuerdo sobre estas técnicas que además tampoco tienen unos estándares fijos. Además hay que añadir una preocupación obvia por la seguridad de los datos y diferentes aspectos éticos relacionados con el uso de estas tecnología. El conferenciante asegura que "en muchos casos no se sabe ni siquiera quién tiene la responsabilidad y la propiedads de los datos, es una especie de salvaje oeste". Por si todo lo anterior fuera insuficiente, la tecnología además se mueve muy deprisa, mientras que la investigación lo hace mucho más despacio, así que hay una diferencia de velocidades entre esas dos realidades.
Signos tempranos de psicosis
A pesar de esos inconvenientes, Bradstreet confía en las posibilidades Empower, cuyo objetivo es "construir y probar una intervención digital compleja que mejore el reconocimiento de los signos tempranos de psicosis, que además esté apoyada en datos clínicos". Explica que la recaída en temas como la esquizofrenia es bastante común y es una causa principal de angustia y discapacidad, y con esta herramienta se quiere ser capaces de predecir cuándo se van a producir esas recaídas. El equipo de intervención está compuesto por los teléfonos móviles, pero también por un apoyo clínico y un algoritmo que permita transformar los datos registrados para que los investigadores los puedan valorar.
Los investigadores son conscientes de que las primeras señales de advertencia de psicosis son indicadores de un empeoramiento de la salud mental, que pueden relacionarse tanto con cambios como en los pensamientos, sentimientos o comportamientos. Su aparición puede ocurrir semanas o incluso meses antes de un período de enfermedad, y la evidencia sugiere que el monitoreo de los signos de alerta temprana puede permitir que las personas intervengan temprano para minimizar o incluso prevenir una recaída de la psicosis. Sin embargo, debido a que nuestros pensamientos y sentimientos cambian a diario, este tipo de monitoreo puede llevar a falsas alarmas, y además las señales varían entre las personas, aunque existen algunas que son comunes como sentirse más ansioso, apartarse de los demás, sufrir cambios en los patrones de sueño, sentirse confundido o sospechar del resto de la gente.
Las personas que utilizan la aplicación de Empower tienen que responder una serie de preguntas diarias y Bradstreet confía en que "a través del monitoreo de rutina de las señales de alerta temprana las personas se sientan más capaces de responder de manera útil e intervenir de manera efectiva". Es así porque al responder a las preguntas se genera un mensaje que busca ayudar a las personas a tener un mayor sentido de control sobre su salud mental y su bienestar y apoyar la autogestión. Por ello, los mensajes están diseñados para ser alentadores y gracias a la conexión a Internet de los móviles pueden proporcionar enlaces a información adicional o consejos prácticos.
La información que se introduce en la aplicación va generando datos que dan lugar a un gráfico muy sencillo que te enseña cómo te sientes, y "así las personas pueden ir modificando su propio comportamiento para mejorar los datos y con eso mejorar su estado". Explica Bradstreet que mucha de la gente que está participando en la investigación, en total un 71%, utiliza la app con asiduidad, y eso le permite tomar mejores decisiones.
De todos modos, el conferenciante es consciente de que "no todo es una panacea, porque se han registrado 43 eventos adversos, uno de ellos un acontecimiento realmente severo, de ahí que se esté ajustando la app para que los resultados sean más seguros". A pesar de eso, y a partir del trabajo realizado hasta la fecha, Bradstreet concluye que "lo digital tiene un papel que jugar en la salud mental, pero teniendo claro siempre que lo digital es una herramienta más, no una solución, y que hay que saber muy bien cuál es el problema que se quiere arreglar antes de implementar la tecnología". El conferenciante concluye además que la intervención digital no es neutra y que debe mejorar las relaciones, no reemplazarlas, y tiene que apostar por involucrar a todas las partes interesadas desde el principio.