En la mayor parte de sus discursos o intervenciones públicas, llega un momento que él mismo anuncia: "Ahora va a hablar Joaquín". Es el momento de mostrar más abiertamente sus sentimientos, sus visiones más personales, casi de hacer confidencias. Lo hace aún a riesgo, como señaló entre la sonrisa del público que escuchaba su discurso de toma de posesión, de ser recordado como "el rector más ñoño de la historia". En esta entrevista realizada apenas un día después de pronunciar esas palabras en el Paraninfo de San Bernardo, ya en el despacho que durante los próximos cuatro años va a ocupar en la tercera planta del edificio del Rectorado, le pedimos comenzar a hablar con Joaquín, que cuente cómo está viviendo estas primeras horas como rector de la Universidad Complutense. Por supuesto, accede, aunque enseguida, claro está, le pediremos al profesor Goyache que explique sus primeros planes, las medidas que con su equipo va a poner en marcha para convertir la UCM en una "Universidad del siglo XXI".
- ¿Qué tal esto de ser rector?
- Pues no lo sé aún. Es el primer día. Supongo que algún día el rector tendrá que trabajar porque hasta ahora solo he estado firmando cosas y yendo a actos [ríe]... Bueno, bien, adaptándome, casi aún haciéndome a la idea.
- ¿Qué ha pensado cuando se ha quedado solo en este despacho por primera vez?
- Que esto es muy grande [ríe de nuevo]. No, la verdad es que no he tenido mucho tiempo para pensar en estas últimas horas. Sí, en el tiempo que ha habido entre las elecciones y la toma de posesión. Ahora no me ha dado tiempo a pensar; he empezado con un acto de una presentación de un informe de una fundación, luego la entrega del diploma de la Cátedra Hispano Británica, después una reunión, ahora esta entrevista... He pensado un poco lo mismo que en estos últimos meses: que tenemos un reto importante y que lo desarrollaremos lo mejor que podamos.
- ¿Qué cree que es lo que más le va a costar de lo que conlleva ser rector?
- Lo que más, que me llamen rector. Todas las personas que están por aquí ya me llaman rector. Es lo que más me va a costar. Personas que hasta ahora me llamaban Joaquín desde ayer me llaman rector. Eso me va a costar mucho porque yo creo que no es tan importante el cargo en sí. Es una labor que me he presentado voluntario a hacerla. Ha salido bien, y ya está.
- ¿Va a seguir dando clases?
- Me lo ha prohibido el equipo. Dicen que el primer año no puedo estar tan liado. Voy a dar alguna clase de máster, eso seguro, porque para mí las clases son lo más importante. Pero bueno, tienen razón y así yo también lo entiendo. Las clases prácticas que habitualmente doy yo son de muchas horas por la mañana, y sería imposible de compaginar con la agenda rectoral.
- Bueno, empecemos con las preguntas para el profesor Goyache, el nuevo rector de la UCM
- Venga
- Dos meses y nueve días desde las elecciones hasta tomar posesión. ¿En qué los ha empleado?
- Me ha dado tiempo a pensar muchísimo. Al final era una situación un poco rara porque la gente quiere ver al que va a ser el nuevo rector, pero no era aún rector y el proceso se ha alargado demasiado. Nos ha dado tiempo a confeccionar el equipo; las competencias van a salir en el boletín mañana mismo... Tiene su lado bueno, por tanto, pero también su lado malo porque quieres hacer cosas y no puedes. La gente te plantea problemas y no puedes ni intentar resolverlos. Ha sido una situación extraña que quizá se ha alargado demasiado en el tiempo. Pero bueno ya ha terminado.
- Defina un poco su equipo rectoral. ¿Qué le caracteriza? ¿Qué ha buscado?
- Hemos buscado sobre todo cercanía y experiencia. Son gente que suman un montón de años de gestión entre todos. Además, estoy especialmente contento porque son personas en la gran mayoría muy cercanas a mí, que conozco como trabajan y que además gracias a su experiencia van a poder empezar a trabajar al cien por cien desde el primer minuto, y eso es una ventaja para la universidad. Hay antiguos decanos, vicerrectores, viceconsejeros... Hay un perfil amplio de gestión y yo creo que son personas muy abiertas al diálogo y eso para mí es fundamental: experiencia y cercanía.
- No se ha buscado una revolución de denominaciones o competencias, por lo que parece
- No, somos clásicos. Hemos puesto denominaciones que se entiendan, con competencias clásicas y definidas, que la gente sepa a qué se refiere. Cosas que se entiendan a la primera y que definan básicamente lo que van a hacer, y que cuando uno piense en ese Vicerrectorado sepa lo que lleva, básicamente.
- Llama, quizá, la atención, como seguro que le han dicho ya unas cuantas veces, el vicerrectorado que aúna tecnología y sostenibilidad.
- Sí, ya me lo han dicho unas mil veces [ríe una vez más]. Además, a la gente que está implicada en estos temas no les gusta que ponga el término sostenibilidad porque dicen que es demasiado difuso. Pero es que nosotros queremos que la tecnología esté muy relacionada con la sostenibilidad. La sostenibilidad no es solo energías renovables o eficiencia energética, son muchas más cosas. Hay un componente humano. Nosotros decíamos en la campaña que queríamos ser un equipo de gobierno para las personas y por eso hemos querido utilizar el término sostenible, porque la gente lo relaciona rapidísimamente con lo que es el problema del cambio climático, pero va a muchas más cosas. Y eso es lo que queremos. Define mejor lo que buscamos para la universidad, que sea sostenible, no eficiente exclusivamente o de emisiones cero exclusivamente, sino todo con un componente más humano. Y la tecnología tiene que estar al servicio de eso.
- Lo acaba de mencionar. Tanto en la campaña como ayer en el discurso de toma de posesión señaló que lo primero para usted son las personas. ¿Por qué esa insistencia?
- Porque al final nos hemos deshumanizado como universidad. A mí me gusta estar con las personas que son mis compañeros. Cuando surge un problema no me gusta que sea un número de un expediente. Es trasladar mi forma de ser a la gestión de la Universidad. A riesgo de caer en algo manido, me gusta decir que la Universidad Complutense es un conjunto de personas. Entonces, si no trabajamos para las personas, si solo trabajamos por la Complutense, para su montón de edificios, pues para eso nos dedicamos a hacer reformas. Pero como quiero poder trabajar por las personas, queremos que toda nuestra política se oriente hacia los trabajadores, PDI y PAS, y los estudiantes, y los visitantes, que tenemos también una gran cantidad de población flotante en nuestra universidad.
- Tanto en la toma de posesión como en la campaña, también, menciona siempre en primer lugar a los estudiantes. ¿Son quizá los grandes olvidados de la gestión universitaria?
- Yo creo que sí. Estamos aquí por ellos. Son "La Población". Si no, seríamos el CSIC. Pero sí es verdad que al final los profesores, incluso el PAS, vivimos en nuestra burbuja, en nuestro entramado de intereses, de derechos, de deseos y de trabajo, por supuesto. Y nos olvidamos un poco que todo lo que estamos haciendo es por ellos. Entonces yo creo que si restablecemos el foco y todos pensamos que estamos aquí por ellos, por formarlos como profesionales y como ciudadanos, mejoraremos mucho en el futuro. Naturalmente, para que ellos estén bien nosotros tenemos que estar genial, y tenemos que tener unas condiciones de trabajo adecuadas, una estabilidad en el trabajo, unas relaciones entre nosotros adecuadas y respaldadas. Pero sin duda el foco son ellos, si no...
- "El objetivo es ser una universidad del siglo XXI", dijo en su toma de posesión. ¿Qué significa exactamente?
- Que no nos quedemos como estamos, que es al principio del siglo XX. Yo sé los problemas que tiene la Complutense, los conozco bastante bien y sé que no es fácil cambiarlo. Es una universidad con un peso, con unas dinámicas, es como cuando el Titánic ve el iceberg pero necesita muchos cientos de metros para girar. Esta universidad necesita su tiempo, pero no podemos seguir con la misma dinámica, de una universidad tecnológicamente no muy avanzada, con unas tecnologías de la comunicación que todavía no son las más adecuadas para ciertos sectores; es verdad que la comunicación de la Complutense es buena para sus propios trabajadores o para la sociedad de una cierta edad, pero no trabajamos bien a la gente joven. Necesitamos una universidad que se entronque mucho más con la sociedad, en este caso madrileña, con el barrio, que no pierda la vida el fin de semana, que siga siendo un foco de cultura, de paseo, de bienestar... Eso es lo que quiero cuando hablo de ser una universidad del siglo XXI. Cada vez con más internacionalización, cada vez siendo una referencia mayor para otros continentes, otros países, otras lenguas, otras culturas... Eso es una universidad moderna. Y la Universidad Complutense seguro que puede serlo, facilísimamente... Bueno, bastante fácilmente.
- ¿Cuáles van a ser las primeras medidas?
- La primera era tener un gran equipo y eso ya lo tenemos. La siguiente es que en cuanto haya un gobierno de la Comunidad de Madrid solicitaremos una reunión para ir empezando a poner los pilares de un plan de inversiones. Es algo esencial y nos costará, porque al final los proyectos son a larguísimo plazo y lo que necesita esta universidad es una estabilidad de inversión a muy largo plazo. Nosotros no necesitamos que nos den de hoy a mañana tres mil millones de euros para cambiar toda la universidad. Tenemos que hacer en diez, quince años, un plan de inversiones ambicioso, sostenido y que nos permita planificar. Nosotros no podemos derribar toda la universidad y reconstruirla a la vez, porque entonces dejaríamos de enseñar y de investigar, y por tanto necesitamos tiempo y necesitamos compromiso de tiempo, y no hablo de cinco ni de diez años, porque posiblemente necesitamos una reforma global de la universidad. Luego queremos ver cuál es la situación económica. Y, en tercer lugar, evaluar los procesos, que son tan lentos en esta universidad. Básicamente estas tres cosas.
- En la toma pronunció en repetidas ocasiones palabras como "ir con calma", "sin precipitación"...
- Eso es. Que nadie espere una revolución de hoy para mañana. Quien nos haya votado porque creía que íbamos a poner esto patas arriba y cambiar todo, se ha equivocado. Sería ridículo y, sobre todo, insensato. Yo soy muy moderado en las decisiones que tomo, pero firme. Tengo unas convicciones sobre lo que creo que tenemos que desarrollar. Pero vamos a dar tiempo para que la comunidad complutense piense, opine, apoye o modifique nuestros proyectos. No vamos a hacer cosas que la universidad no quiera. Hay que hacerlo con mucha calma, analizar las estructuras que tenemos, nuestras fortalezas y debilidades... Vamos a necesitar un tiempo.
- ¿En qué proyectos o reformas está pensando?
- Ahora mismo lo principal es ver cómo tenemos las plantillas, trabajar por fin en recursos humanos, ver dónde tenemos las fortalezas y realizar luego una RPT [Relación de Puestos de Trabajo] adecuada a una universidad del siglo XXI, como hablábamos antes. Hay que sacar las fortalezas de las personas que tenemos. Seguramente, pese a que somos más de 9.000 personas entre PDI y PAS, somos muchos menos de los que necesitamos. Pero entre esas 9.000 personas hay muchas que no hacen lo que mejor saben hacer. Hay que aprovechar mejor el potencial de nuestras dos plantillas. Eso es lo que tenemos que ver. Vamos a hacer una carrera profesional horizontal, vamos a tratar de trabajar para que todos nosotros nos sintamos con una capacidad de mejora profesional, con una carrera profesional adecuada y, en definitiva, para que nos sintamos todos a gusto.
- Para el PDI ya citó en la toma de posesión algunas medidas. ¿Se van aplicar de manera inmediata?
- Lo vamos a intentar. Hablamos del rejuvenecimiento de la plantilla, de evitar la precariedad, de estabilización y de introducir figuras nuevas para propiciar la entrada masiva de jóvenes doctores. Pero como he dicho antes, todo esto hay que dialogarlo, hacerlo en consonancia con las fuerzas sindicales, para poder hacerlo de una vez, bien pactado, con la capacidad suficiente de éxito.
- No le voy a pedir que enumere medidas para cada sector (estudiantes, PAS y PDI) o área (grado, posgrado, investigación...) como en la entrevista que concedió a Tribuna antes de las elecciones. Esta vez le propongo centrarnos en temas más transversales. El primero que le propongo es el de la emergencia climática. El Consejo de Gobierno la declaró el pasado 7 de junio y ayer usted se comprometió a en un año tener una hoja de ruta clara. ¿Cómo se va a poner en marcha todo esto?
- Vamos a empezar con contactos con empresas y fundaciones relevantes. Vamos a analizar la situación, de la que ya hay un análisis previo hecho por el anterior equipo. Vamos a ver cuál es la situación de los edificios. Ver cómo podemos actuar con inversiones, ya que ahora la normativa nos permite actuar, y ser cada vez más eficientes y recuperar las inversiones que se hagan en unos diez años. Es decir, si nosotros implicamos a la sociedad civil, a esas empresas y fundaciones que mencionaba, que nos pueden poner los sistemas necesarios para tratar de llegar a una emisión cero en 2030 -como se está hablando, aunque siendo realistas sabemos que será difícil- lo que sí estamos seguros es que en 6, 8, 10 años, todos esos equipos van a revertir en la universidad. Y mientras tanto vamos a poder negociar el tener una energía más barata, ser más eficientes, tener nuestras techumbres mejor cuidadas... Esto va a ser muy beneficioso para la Complutense, mucho. Habrá que negociar los contratos con las compañías eléctricas para que la energía provenga de energías limpias. Tenemos que hablar con el ayuntamiento para que los autobuses que se mueven por el campus sean al menos híbridos o de gas... En fin, una serie de medidas que no tienen por qué ser muy difíciles y que ahora la legislación nacional las permite y, por tanto, vamos a aprovecharlo. Hay que hacer muchas cosas y yo creo que vamos a tener mucho apoyo.
- Igualdad.
- Vamos a mantener una Delegación de Igualdad y lo que queremos es profundizar en la cultura de la igualdad. A mí me preocupa que algunos jóvenes no comprendan muy bien lo de la igualdad. Muchos de los que nos hemos criado en una sociedad desigual somos más igualitarios que algunos jóvenes. Eso es preocupante y, por tanto, tenemos que realizar y desarrollar proyectos docentes e investigadores que incluyan la igualdad. Y eso lo vamos a hacer. No en todos los proyectos se pueden meter temas de igualdad exclusivamente, pero sí lo vamos a potenciar, vamos a mantener los nodos que se han creado y vamos a seguir trabajando para que la igualdad sea un hecho real en la Universidad. Y eso que la universidad, dentro de lo malo, es una especie de oasis en la sociedad cuando hablamos de igualdad, pero hay que seguir profundizando, sin duda.
- Y por último, internacionalización. En el discurso habló de "tener un cierto equilibrio".
- A mí durante la campaña, y creo que fue un hecho bastante atinado, me preguntaban: ¿Qué es más internacional, Joaquín, un profesor español que da clases en inglés a 30 estudiantes españoles o un profesor español que da clases en castellano a 30 estudiantes de tres países diferentes? Evidentemente internacionalizar no solo es dar clases en inglés. Es muchas más cosas y nuestra universidad puede internacionalizar cuidando nuestra cultura y nuestra lengua, que somos un referente mundial para ciertos siglos. Buscamos la doble combinación de abrirnos al mundo, que vengan estudiantes del resto del mundo porque ofrecemos titulaciones en otros idiomas, pero también tenemos que ser un polo de atracción para estudiantes de todo el mundo que quieren estudiar nuestra historia, nuestra lengua y nuestra cultura. Y eso es lo que tenemos que cuidar.
- ¿Seguiremos en los consorcios que se han creado en estos últimos años?
- Sí, por supuesto. En UNA Europa, en la Alianza Iberoamericana de Universidades, en todos. Lo potenciaremos e incluso nos abriremos a nuevas estrategias. Nuestro plan es utilizar los recursos que ya tenemos para establecer líneas de actuación con otros países. Por ejemplo, el Real Colegio en Havard, que sirva de enlace para una apertura mayor con norteamérica e incluso toda América. Hay que abrirse también a Asia, no solo China, y sin duda a África; es el continente del futuro para nosotros. Vamos a aprovechar las relaciones que tiene la Universidad Complutense, todos sus componentes, para abrirnos y ser internacionales de verdad. Pero hay muchas formas de internacionalizar y no solo lo es hablar en inglés y dar clases en inglés, como digo.
- Para terminar, un mensaje. Para todos, para los que le votaron el 3 de abril y para quienes no lo hicieron.
- Ilusión. Que tenemos unas ganas de trabajar por todos. Que yo creo que van a poder comprobar que lo vamos a dar todo por cambiar las cosas y que tenemos mucha ilusión y muchas ganas de trabajar. Ilusión, recuperar la ilusión. Que van a tener caras cercanas y amigables en el Rectorado que se van a preocupar por ellos. Ilusión. Que la universidad puede crecer. Que la universidad puede desatascarse. Que la Universidad Complutense puede ser mejor cada día que pase... Ese es el mensaje. Para los que me han votado y, sobre todo, para los que no me han votado. Porque es lógico, porque esto es una democracia y cada uno escoge una opción. Yo no sé quién me ha votado -bueno, algunos sí [ríe una vez más]- y voy a trabajar por todos. Sé que la gente está expectante, quiere ver cómo funcionamos. Yo no he pedido 100 días, he pedido mucho más. Estoy hablando de un año para que se empiecen a notar cosas de verdad. Yo creo que un año la comunidad Complutense aguanta y que con trabajo, pero también con sonrisas, alegría e ilusión los proyectos irán saliendo.
- Buena suerte.