Dos hermanos boxeadores se enfrentan a un futuro un tanto peliagudo. Uno está totalmente enganchado al crack y el otro está enganchado a su familia, que es casi peor que la droga.

Cuatro guionistas prácticamente desconocidos se encuentran detrás de esta impresionante película. Partiendo de una historia real, consiguen crear el guión más contundente del año en Estados Unidos, y para mí también la mejor película. Si hubiera algo de justicia se llevaría una lluvia de premios en la próxima ceremonia de los Oscar, pero me parece a mí que no va a pasar y que los académicos se van a decantar por el filme correcto pero extremadamente coyuntural, y bastante banal, de La red social.

El director David O. Russell tampoco es de esos que han dejado huella en la historia del cine yanqui y tiene a sus espaldas comedietas como Tres reyes o Flirteando con el desastre. Tiene también un documental titulado Soldiers Pay, sobre la guerra de Irak, que por lo que he podido leer tiene muy buena pinta, pero que todavía no he visto. La cuestión es que en The fighter, O. Russell convence desde la primera escena. En cuanto empieza el filme sabes que te va a enganchar y las primeras secuencias son una confirmación de que en realidad es así. La caracterización de los personajes de esa América profunda es absolutamente magistral y también lo es todo el oropel que rodea a los boxeadores, alejado de manera tangencial de otros filmes de exaltación de ese deporte. Y eso incluso aunque aquí se cuenta una historia de gente que consigue salir del hoyo a base de partirse la cara. A veces la película recuerda el cine clásico gracias a los diálogos, sobre todo los de las protagonistas femeninas, y eso es una auténtica gozada. El filme incluye además una crítica muy, muy ácida a la película Belle epoque de Fernando Trueba, que es mejor ver que describir.

Una parte importante de esta película es su reparto. Sorprende ver que los académicos han dejado fuera a Christian Bale en las nominaciones a mejor actor y sí lo han incluido como mejor actor secundario. Quizás sea así mejor, porque el Oscar al mejor actor se lo va a llevar Colin Firth por El discurso del rey, y Bale se puede llevar el premio aunque sea como secundario. Junto a él están Mark Wahlberg, que borda también su trabajo de hermano calzonazos pero triunfador; y Amy Adams, que es tan guapa como buena actriz, así que da gusto verla.