El 1 de julio ha comenzado la trigésimo segunda edición de los Cursos de Verano de la Universidad Complutense, tanto en su sede de San Lorenzo de El Escorial como en Madrid, en las instalaciones de la Biblioteca Histórica y la Escuela de Relaciones Laborales. La inauguración oficial tuvo lugar en el Real Colegio Universitario María Cristina-Escorial en la tarde de ese mismo día, y contó con las intervenciones del rector Joaquín Goyache, del director de Santander Universidades -patrocinador principal de las actividades-, Matías Rodríguez Inciarte, y del director de los Cursos de Verano, el profesor Manuel Álvarez Junco. Las palabras de los tres precedieron el diálogo que mantuvieron los escritores Carme Riera y Luis García Montero sobre mujer y literatura, que sirvió de sesión introductoria a los 64 cursos que se van a impartir durante las próximas cuatro semanas.
El rector Joaquín Goyache se refirió a los Cursos de Verano como "el mejor escaparate que tiene la Universidad Complutense" y aseguró que "es algo que no podemos perder y que debemos potenciar". Para ello, y recordando su propia experiencia como director de una de sus ediciones, la de las "bodas de plata", celebrada en 2012, señaló la conveniencia de analizar la evolución de esta cita veraniega nacida en 1988, ver las "soluciones creativas" que los diferentes directores y sus equipos han ido dando a las dificultades que fueron encontrándose, y así "veremos cómo adaptar los Cursos a las demandas de la sociedad en el futuro".
Para el presidente de Santander Universidades, Matías Rodríguez Inciarte, los Cursos de Verano son una "cita universitaria imprescindible" compuesta por un programa académico "que pone de manifiesto la autoexigencia y el rigor propio de la Universidad Complutense". Rodríguez Inciarte recordó que desde hace 11 años los Cursos cuentan con el apoyo de Banco Santander y ello es posible gracias a que la entidad bancaria comparte con la Complutense "la convicción de que la mejor inversión estratégica que puede realizar una sociedad pasa por la mejora del sistema educativo y de ciencia". Según afirmó Rodríguez Inciarte, Banco Santander ha puesto desde hace más de una década su foco en la universidad, ya que es una "institución clave para avanzar en una sociedad más abierta, próspera y armónica", concluyó no sin antes ofrecer al nuevo rector de la UCM, Joaquín Goyache, el compromiso de Santander de "seguir apoyando vuestros proyectos e iniciativas".
Manuel Álvarez Junco, por su parte, recalcó la utilidad de los Cursos de Verano, los cuales ha dirigido en sus últimas cuatro ediciones. Entre otras razones, destacó el papel que cumplen al ocupar un espacio de "desocupación" como es el verano y convertirlo en un tiempo de reflexión y aprendizaje. También, en unos tiempos dominados por las relaciones "digitales", los Cursos siguen siendo "la fiesta de lo presencial", un lugar en el que conocer personas nuevas o reencontrase con otras ya conocidas.
La conferencia inaugural fue impartida de manera conjunta por los escritores Carme Riera y Luis García Montero. El actual director del Instituto Cervantes hizo un breve recorrido histórico sobre el papel que la mujer ha tenido en la literatura, que durante siglos alternó entre fuente del mal y del pecado y musa cuyo cuerpo era sublimado por los literatos de cada momento. Y aunque explicó que no sería justo juzgar con los "mecanismos del siglo XXI" a autores como Becker, Garcilaso el Arcipreste de Hita, también hay que dejar claro que "no ha habido sociedades inocentes". Precisamente, según concluyó García Montero, "en sociedades todavía machistas como la nuestra" conviene hacer ejercicios de conciencia de este tipo.
Para Carme Riera, en efecto, el trato recibido por las mujeres en las obras literarias ha sido incluso residual. "Puede decirse que literatura y mujer han sido dos aspectos que nunca han casado". Riera recalcó que incluso desde otras artes, como la pintura, la mujer ha sido considerada un objeto literario pasivo, como se demuestra la gran cantidad de obras en la que se puede encontrar a mujeres leyendo y el escaso número en el que se las ha retratado escribiendo.
El gran problema, y quizá el gran agravante de la desigualdad entre mujeres y hombres, está a juicio de Luis García Montero en la secular separación entre sentimientos y razones, en la que el primero de estos términos se ha relacionado con la mujer y el segundo con el hombre, y así a la mujer se la ha convertido "en habitante de lo privado y al hombre en habitante de lo público". Esta separación es para el escritor "una de las mayores calamidades de la historia" y con cuyos efectos aún hoy debemos tener "mucho cuidado". "Como pie de página a estas palabras de Luis que yo suscribo -finalizó Carme Riera- añadiría que de las mujeres se dice que nuestras cabezas funcionan de manera diferente. Y debe ser así, porque es cierto que podemos hacer dos cosas a la vez".