La Facultad de Bellas Artes cuenta, desde el 31 de mayo, conmemoración de San Fernando, con una exposición permanente, que de acuerdo con Margarita González, vicedecana de Cultura, está planteada como "un lugar que registre la historia de la Facultad desde los primeros antecedentes". Ubicada en el pasillo frente a la cafetería, se compone de tres partes. La primera de ellas es un pequeño texto que resume toda esa evolución, la segunda es un gran vinilo que recorre el pasillo, con toda la línea temporal histórica, y la tercera es una recopilación de imágenes y documentos relacionados con la Facultad.

La línea temporal registra cómo se formula toda la trayectoria artística, desde los antecedentes más primarios hasta llegar hasta donde estamos hoy. En la línea temporal hay unas líneas y flechas en azul que indican lo que está vinculado directamente con la Facultad, y aparte hay otras líneas colaterales que recogen hitos históricos importantes que han ido condicionando cómo se ha construido esa narración desde 1582.

La vicedecana reconoce que están "muy orgullosos de esta muestra permanente, que además está ubicada en un lugar privilegiado, porque cuando se doctoran los estudiantes lo hacen en el salón de grados y tienen que pasar por aquí, recogiendo un poco esta historia excepcional, ya que no hay ninguna otra Facultad de Bellas Artes que cuente con esta genealogía".

La historia directa comienza con los antecedentes en la Casa de la Panadería en el siglo XVIII. En 1752, Fernando VI nombró al ministro Carvajal, protector y presidente de la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, instalando su sede en la Casa de Panadería de la Plaza Mayor de Madrid.  La línea temporal nos lleva de allí al cambio de sede, en Alcalá 13, lo que derivó más tarde en la escisión de la Academia de San Fernando y en el traslado de los estudios a la Ciudad Universitaria en 1967, con la fecha clave de 1978, cuando se creó la licenciatura. Desde ese momento se viaja a la ampliación de titulaciones, pasando por el Plan Bolonia, los nuevos grados y los programas de doctorado.

En el otro lado del pasillo, siguiendo la cronología, desde lo más antiguo a lo más reciente, hay documentos relevantes, facsímiles, imágenes de cómo eran los espacios y de cómo se trabajaba en la Facultad... La vicedecana reconoce que tienen mucha más documentación, pero "se exponen los hitos más determinantes de la trayectoria de la Facultad". Son documentos que permiten conocer que a pesar de que muchos de los grados son recientes recogen una tradición de las formaciones artísticas.

Al fondo del pasillo están, además del salón de grados, los talleres de litografía y de relieve, y al principio hay dos aulas multiuso donde se realizan muchas actividades, así que "los alumnos se irán familiarizando poco a poco con la muestra y con la propia historia de la Facultad". La vicedecana informa de que ya hay alumnos que están llevando a cabo una investigación sobre el pasado de la institución, para sus tesis doctorales, y han contactado con el decanato para ver si se les puede ayudar, facilitándoles la documentación recopilada para elaborar esta muestra.