El pasado 23 de septiembre, cuando Donald Trump y Jair Bolsonaro se dirigieron a la Asamblea de las Naciones Unidas con unos discursos proteccionistas, nacionalistas y negacionistas del cambio climático, entre los asistentes se encontraba una estudiante de cuarto de Periodismo de la Complutense, Daniela González. Si pudo estar allí fue gracias a una beca de la Fundación Stanley dirigida a jóvenes periodistas para cubrir tanto esa Asamblea General del día 23 como la huelga mundial del día 20, celebrada en Nueva York, y la primera edición de la Cumbre de la Juventud del día 21 de septiembre. El cómo consiguió llegar hasta allí es toda una aventura que cuenta ella misma.
Aunque el 2012 ahora parece bastante lejos, en ese año Daniela González empezó Ingeniería Aeroespacial en la Universidad Politécnica de Madrid. Estudió esa carrera durante cuatro años, pero entonces se dio cuenta de que no tenía las capacidades adecuadas para continuar. "Siempre nos intentan decir que todo el mundo debemos tener un mismo abanico de capacidades, cuando lo más normal es que a cada persona se le dé mejor un ámbito distinto", asegura.
También es cierto que tardó "bastante darse cuenta", y que el detonante del cambio llegó en 2016 cuando vio los documentales Cowspiracy y Earthlings, que le cambiaron le vida, sufrió una especie de crisis personal y se preguntó: "¿Cómo puede ser que estén pasando tantas cosas y que nadie lo cuente?". La realidad que se muestra en esos filmes chocaba con sus principios, y también lo hacía el que la industria aeronáutica, para lo que estaba estudiando, sea muy contaminante, así que se "mezclaron una guerra de sentimientos" dentro de ella y decidió cambiar y hacer algo que fuese más acorde con su personalidad.
Se plantó entonces con 23 años y sin saber muy bien qué hacer. Pensó que quizás estaría bien meterse en Audiovisuales, porque siempre le "ha gustado mucho la edición de vídeo", pero luego pensó que si Aeronáutica le había "quitado tanta energía y esencia" tenía que buscar algo que se lo volviera a sacar, tenía que ser ella la que estuviera delante, así que decidió matricularse en Periodismo en la Complutense en la que ha sido "la mejor decisión" que ha tomado en su vida.
EFE Verde
Desde que empezó el grado, y ya que llegaba con cinco años más que sus compañeros, no quiso dejar pasar ni un segundo, y ya que se "sentía tan mal por haber perdido cuatro años en Aeronáutica, desde el día uno ya estaba en la puerta de Inforadio para preguntar cómo podía meterse en algún programa". En la emisora de la Facultad estuvo dos años, luego en la World Press Radio, haciendo un programa on line, y justo cuando tuvo los créditos necesarios para hacer prácticas, "coincidió con que en Internet apareció la información de una beca de Ecoembes con la Agencia EFE". Pensó que ¡esa combinación, de la empresa de reciclaje y de la agencia de noticias más importante de España!, era perfecta para ella, así que preparó un vídeo sobre economía circular y con él consiguió la beca de un año, que comenzó a disfrutar en noviembre de 2018.
Gracias a sus prácticas en EFE Verde reconoce que le han salido muchas oportunidades, ha conocido a mucha gente, ha hecho muchos contactos en la materia en la que se quiere especializar y además, como un gran premio añadido, ha podido ir a Nueva York para asistir a las cumbres de Acción Climática de Naciones Unidas y de la Juventud sobre el Clima de la ONU.
Daniela González bromea con que desde que está estudiando Periodismo es como "si se hubieran alineado los planetas, es como una conspiración de la vida en sí". En Aeronáutica estaba acostumbrada a suspender asignaturas con un 4,9, a llegar a terceras convocatorias, a pagar asignaturas a mil euros, a tener que estudiar en casa lo que no entendía en clases, y ahora desde que está en la Complutense su vida es todo lo contrario.
Dentro de esa "alineación de planetas" cuenta que un día como otro cualquiera, navegando por Instagram, le salió la publicidad de una beca de la Fundación Stanley dirigida a jóvenes periodistas para cubrir la cumbre del clima en Nueva York. En principio pensó que aquello era imposible y lo dejó un poco de lado, aunque con la idea en la recámara de cumplir el requisito para presentarse. Para ello tenía que hacer una entrevista a alguien de España que estuviera haciendo algo por fomentar la lucha contra el cambio climático. Encontró a un chico que se apoda Miss Pachamama, que está haciendo rutas por todo el país recogiendo basuras, pero ya le iban a entrevistar otros compañeros; luego otro joven con otro proyecto y con el que pasó lo mismo y otro más del que ya se había hablado. Pensó entonces que "la vida no quería que fuese", pero justo la semana que cerraba la convocatoria, un compañero becario de EFE Verde le dijo que se acababa de enterar de esa beca y la animó a intentarlo, así que volvió a probarlo con una entrevista a Nicolás Eliades, el coordinador de comunicación del movimiento social Extinction Rebellion España.
A Nueva York
Con ese trabajo ganó la beca que le pagaba los gastos de viaje y de estancia durante una semana en Nueva York, para cubrir todos los eventos relacionados con la Semana del Clima, como la huelga mundial, la cumbre general y la Cumbre de la Juventud. Informa Daniela que de los cientos de candidatos de todo el mundo se seleccionó sólo a ocho personas, de otros países como Costa Rica, Chile, Argentina, Filipinas, India, Egipto y Malawi. "Compartir este tipo de experiencia con gente de culturas tan distintas, es algo que te aporta mucho, por ver cómo tratan ellos el tema del cambio climático según va a afectar a las diferentes zonas del mundo", reconoce Daniela.
No pudo ver a Greta Thunberg, aunque no le importa demasiado, porque le pasaron todos los vídeos y "con todo lo que se ha hablado de ese tema es como si hubiera estado ahí", así que desde su punto de vista personal, "que no profesional", el discurso que más le chocó fue el de Jair Bolsonaro, presidente de Brasil. El de Trump le resultó "más coherente con sus políticas y con su forma de expresarse y de entender la nacionalidad estadounidense". Sin embargo Bolsonaro, de acuerdo con la periodista, se llevó incluso a un indígena para que contase que las comunidades indígenas estaban a favor de los incendios del Amazonas, afirmando una serie de cosas que a medida que iba pronunciando su discurso, Daniela no podía creerse lo que estaba escuchando.
A pesar de la relevancia del evento al que acudió, asevera Daniela que ha salido un poco decepcionada de lo que son este tipo de eventos porque "va una con la ilusión de que va a haber un montón de proyectos y propuestas buenas, que las hubo, pero luego, a la hora de la verdad, no se les da ninguna voz".
Pone como ejemplo a los cien ganadores del Greenticket, jóvenes con proyectos innovadores relacionados con el cambio climático, la resiliencia, la economía circular... que estaban invitados por Naciones Unidas para acudir y contar sus proyectos en zonas muy vulnerables del planeta, y que luego no tuvieron ese espacio mediático que se merecían. Daniela ha descubierto que "da igual lo que pase, porque todo se titula por Greta y por Trump, cuando en realidad esta no ha sido una cumbre para tomar decisiones, sino para presentar propuestas".
Ella pudo entrevistar a representantes de Greenpeace y de WWF, que se quejaban de que no había habido la ambición suficiente y que aunque "estuviese muy bien el hecho de haber juntado a tanta gente para hablar del cambio climático al final se quedaba en nada como casi siempre". Daniela está ahora expectante a ver qué ocurre en la COP25 que se celebrará entre el 2 y el 19 de diciembre en Chile y donde se podrían tomar en cuenta algunas de las propuestas de estas reuniones.
Aprendizaje continuado
Daniela reconoce que a pesar de esa cierta decepción, "la experiencia ha sido totalmente enriquecedora, con la posibilidad de conocer a gente de todo el mundo y de hacer entrevistas como la realizada a un representante de una asociación que mira por los refugiados climáticos y por todas las personas que tendrán que movilizarse en el futuro cercano por el cambio climático".
Lo que ahora tiene claro Daniela es que "nunca hay que dejar de aprender" y también hay que estar siempre "en búsqueda de un buen trabajo en el que uno pueda desarrollar su talento", y en su caso concreto "aumentar su conocimiento medioambiental". A la complutense le encantaría, eso sí, que hubiera una mínima posibilidad de quedarse en EFE cuando se le acabe la beca, porque "con periodistas como Arturo Larena" ha aprendido tanto en un solo año que le da muchísimo miedo meterse en otra rama y perder la continuidad.
Aparte del tiempo que le dedica a su profesión está pensando ya en su trabajo fin de grado (TFG), aunque no sabe muy bien por dónde enfocarla. Cuenta que con EFE Verde ha cubierto las huelgas por el clima que han tenido lugar en Madrid y de todas ellas ha hecho piezas de vídeo, así que una de las opciones sería hacer el TFG sobre la aparición de los Fridays for Future y de la presencia de los movimientos estudiantiles en la prensa española. Otra posibilidad sería ver cómo los medios tratan a las especies exóticas, conocidas como invasoras, aunque eso es algo que tiene muchas posiciones enfrentadas y requeriría mucho trabajo.
Sea como sea, seguro que pronto volveremos a ver, leer o escuchar a Daniela.