El 17 de marzo de 1986 el Gobierno aprobó la creación de los estudios de Odontología para responder a las exigencias de la Comunidad Europea. Lo hizo en medio de una fuerte oposición de los estomatólogos, que se quejaban por la desaparición de sus estudios. Veinticinco años después se ha demostrado que el cambio fue "fructifero" y el odontólogo goza de "gran prestigio social"
La entrada de España en la entonces llamada Comunidad Económica Europea trajo consecuencias directas a unos estudios universitarios de gran tradición. Las directivas europeas exigían la extinción de la titulación de Estomatología y la creación de unos estudios técnicos en Odontología. Los estomatólogos clamaron contra aquella decisión, no por la creación de unos nuevos estudios, sino por la desaparición de los suyos, como recordó quien fuera decano de la Facultad durante 18 años, José Francisco López Lozano, en el acto académico organizado el pasado 11 de febrero para conmemorar el primer cuarto de siglo de vida de los estudios de Odontología en España.
López Lozano tomó el mando de la Facultad tras la enfermedad del decano electo, Juan Pedro Moreno. Dice que durante 18 años, pese a ser reelegido en varias ocasiones, se sintió decano en funciones. "Nos habían fastidiado, sí, pero ya que lo habían hecho nosottos lo que teníamos que hacer para responderles era crear una gran Facultad de Odontología". Veinticinco años después, López Lozano se muestra satisfecho con lo que se consiguió y también con la manera cómo se hizo. "Evitamos que la Facultad naciera bajo la tutela de la Facultad de Medicina, y fue un gran acierto, por motivos presupuestarios y también por la creación de nuestro propio profesorado. Todo el mundo trabajó y poco a poco fuimos mejorando nuestro plan de estudios", resumió.
Las clases de la nueva titulación comenzaron a impartirse en una fecha anómala, el 20 de mayo de 1987. Guillermo Pradíes, alumno de la primera promoción lo recuerda como si fuera ayer. "Nos llamaban odontoblastos. Éramos seres extraños en una facultad de estomatólogos. El plan de estudios era una locura. En primero teníamos once asignaturas, cinco de ellas idénticas a las que se impartían en el primer curso de Medicina. En segundo curso tuvimos 15 asignaturas y 44 créditos de libre configuración. En tercero recuerdo que ya nos llamaban odontocitos y poco a poco fuimos pasando a ser la única razón de ser de la Facultad. Ello ayudó a que los planes de estudios fueran cada vez mejores y que hoy seamos profesionales orgullosos en la docencia, en la investigación o en las consultas", terminó Pradíes, a la vez que advertía de un nuevo peligro: "Debemos tener cuidado con los programas intensivos de fin de semana de formación de odontólogos o si no tiraremos por la borda el prestigio que hemos logrado en 25 años".
Para el actual decano, Mariano Sanz Alonso, hoy se puede afirmar que aquel cambio fue "fructífero" y los odontólgos "gozamos hoy de reconocimiento y prestigio nacional e internacional". También, ya mirando al presente, el decano se felicitó de cómo estos estudios han llevado a cabo el cambio a los estudios de grado, logrando consensuar unos planes de estudio prácticamente idénticos en todas las universidades españoles donde se imparte la odontología. "Podemos afirmar que impartimos una formación homogénea y de calidad", concluyó.