La Facultad de Ciencias Químicas cuenta, desde este 14 de noviembre, con una escultura que recuerda los tres "Elementos descubiertos por científicos españoles". La inauguración de esta obra, que quedará en el campus de manera permanente, fue el punto de arranque de la celebración del acto académico de San Alberto Magno, patrón de la ciencia y los científicos. En esa celebración se glosó, como es habitual, el Premio Nobel de Química de este año y se entregaron los premios extraordinarios de grado y doctorado, así como las acreditaciones a los mejores expedientes del curso anterior. En esta edición de 2019 se han entregado además los premios del Concurso de Escultura y del Concurso de Fotografía y se ha podido escuchar la conferencia "Reflexiones sobre nanotecnología en el Año Internacional de la Tabla Periódica", impartida por Luis Liz Marzan, director científico del CIC biomaGUNE".
Francisco Ortega Gómez, decano de la Facultad de Ciencias Químicas, considera que la nanociencia es la gran revolución industrial de este siglo, y en ella "los químicos tienen mucho que decir", al tiempo que tienen que acostumbrarse "a llamar a las cosas por su nombre, así que hay que hablar de emergencia climática, en la que los químicos también pueden aportar grandes avances", ya que "la química ha sido es y será una ciencia central para resolver los retos de la humanidad".
Uno de esos grandes pasos científicos, de hecho "uno de los grandes hitos de la ciencia" fue el desarrollo de la tabla periódica a la que se lleva todo el año 2019 homenajeando desde la Facultad, un centro que José Antonio Campo, vicerrector de Calidad, considera "moderno, competitivo y entre los mejores de España e incluso del mundo".
Tanto el vicerrector como el decano conocen los problemas que existen en la Facultad, como la falta de mejoras de algunas infraestructuras y la escasa reposición de personal, pero eso no quita para que aquí se haga ciencia de alto nivel. El vicerrector quiso aprovechar la ocasión para recordar a los químicos que nos han dejado este año, entre ellos Margarita Salas, quien siempre reflexionaba sobre "la investigación y la ciencia, haciendo hincapié en los méritos de cada uno".
Nanotecnología
Luis Liz-Marzan, director científico del CIC biomaGUNE y profesor de investigación Ikerbasque, destacó también la calidad de la docencia y el profesorado de la Facultad de Químicas de la UCM, antes de explicar el estado actual de la nanotecnología. Como no podía ser de otra manera, comenzó su charla recordando el trabajo de Dmitri Mendeleev, quien ideó "aquella primera tabla en la que dejó huecos para elementos que todavía estaban por descubrir, lo que ocurrió años más tarde, y fue un ejemplo de clarividencia más que envidiable".
Destacó Liz-Marzan que "en esta Facultad se han hecho grandes esfuerzos para divulgar la tabla periódica y en especial los tres elementos descubiertos por españoles, aunque el único que se aisló en España fue el wolframio en 1783, por los hermanos Elhuyar en el Real Seminario Patriótico Bascongado de Bergara". Algunos de los principales usos del wolframio, de acuerdo con el conferenciante, han sido el desarrollo de los filamentos de las bombillas y aleaciones mucho más resistentes para la industria bélica.
El vanadio se descubrió en 1801 en México, por Manuel del Río, y en principio se llamó pancromio, aunque 30 años después fue redescubierto y se le puso el nombre definitivo de vanadio. Sus principales aplicaciones se relacionan con aleaciones metálicas y en la actualidad con nanociencia.
Liz-Marzan recuerda que el platino se usaba ya en Suramérica siglos antes de la llegada de los españoles, así que es probable que hubiese sido aislado, pero el descubrimiento canónico le corresponde a Antonio de Ulloa en 1748. Las aplicaciones del platino también van desde la medicina a la nanotecnología.
El conferenciante explicó que a nanotecnología nació en 1959 con la famosa conferencia de Richard Feynman "Queda mucho sitio al fondo". En aquella charla "estableció un concurso para que aquel que demostrase que todos los volúmenes de la Enciclopedia Británica cabían en la cabeza de un alfiler, algo que se demostró muy rápidamente y que era fácil de hacer gracias a diferentes técnicas de microscopía electrónica".
Lo importante de esta técnica, de acuerdo con Liz-Marzan, es que al reducir el tamaño, aumenta la proporción de átomos que se colocan en la superficie de los materiales, así que la propiedad del material estará más definida por las propiedades de superficie que por las del resto del material, y eso provoca que se descubren propiedades que antes eran desconocidas.
La nanotecnología tiene aplicación en diferentes campos y buena parte de los elementos de la tabla periódica son muy relevantes en ese desarrollo, como por ejemplo el litio, el oxígeno, el oro o el carbono. En concreto este último, presenta diferentes tipos en el mundo de la nanociencia, como los fullerenos, los nanotubos y el grafeno. Informa Liz-Marzan de que "hay muchos derivados, sobre todo a partir del descubrimiento del grafeno, como los materiales 2D, con láminas bidimensionales con una gran variedad de composiciones conocidos como los mxenos, que cuentan con propiedades electrónicas muy interesantes, sobre todo en almacenamiento de energía".
El oro es uno de los elementos sobre los que centra su investigación el propio Liz-Marzán, "haciendo química para fabricar nanopartículas con morfologías diversas, porque se sabe que cuando se varía esa morfología las propiedades cambian de una forma drástica". Las aplicaciones van desde el diagnóstico rápido de enfermedades bacterianas a la detección de la actividad de tumores o a la detección de la formación de fibras amiloides que están muy relacionadas con las enfermedades neurodegenerativas.
El Premio Nobel
Elizabeth Castillo Martínez, profesora ayudante doctor del Departamento de Química Inorgánica, fue la encargada de glosar el Premio Nobel de Química 2019, concedido por el desarrollo de las baterías de ión-litio, "un descubrimiento de mucha importancia, realizado hace ya unos 40 años". Castillo señaló que todos nosotros, en el bolsillo, tenemos un móvil que se alimenta de estas baterías que inventaron los tres galardonados con el último Nobel.
La importancia de estas baterías es que superan a las demás en potencia y en capacidad de energía que pueden almacenar, de ahí que sean las que copan el mercado. De todos modos, "ahora hay una iniciativa muy importante de la Unión Europea que es Battery 2030 para conseguir baterías de la era postlitio que si no sirven para revertir el cambio climático al menos sirvan para frenarlo".
Escultura y fotografía
La Facultad de Ciencias Químicas publicó este año un concurso para desarrollar una escultura que conmemorase a los tres elementos descubiertos por españoles. Los ganadores del premio, con 1.000 euros para cada autor, han sido Iria Groba Martín y Miguel Pozas Pérez, estudiantes de máster de la Facultad de Bellas Artes.
Según Groba Martín, en el diseño de su obra intentaron jugar con las características de cada uno de los elementos, mientras que para Pozas una de las cosas más interesantes fue como intervenir en el espacio concedido y con los materiales disponibles, por eso decidieron "jugar con el espacio y con las sombras que amplían la escultura según la posición del Sol".
Los puntos que aparecen asociados a cada uno de los tres elementos en la escultura "corresponden a la configuración electrónica de cada uno de ellos, y está seleccionado por una cuestión estética, y además como una característica propia de cada elemento".
El jurado del premio ha concedido también un accésit para Jorge Martín de Francisco y Adrián Sánchez Encabo, estudiantes de grado de la Facultad de Bellas Artes.
Aparte de ese concurso de escultura se ha celebrado otro de fotografía, con el título Lo que no ves, donde el primer premio se lo ha llevado Eduardo Becerril, con la obra titulada 118. Explica el autor, con respecto a su fotografía: "Siete son los dígitos que, en código binario, representan el número cientodieciocho. Cientodieciocho son los elementos descubiertos hasta hoy y ordenados minuciosamente en la tabla periódica. Desde el hidrógeno, el elemento más abundante en el universo y responsable de la mayor parte de la luz estelar, hasta el oganesón, el último de los gases nobles y que apenas sobrevive una pequeñísima fracción de segundo. Bajo luz ultravioleta muestro aquí ese código, en binario 1110110, como un pequeño homenaje a Dmitri Mendeleev".