Jesús Montero, responsable de la Unidad de Campus y Medio Ambiente, que depende del vicerrectorado de Tecnología y Sostenibilidad, tiene claro que "los estudiantes complutenses ya tiene una gran sensibilidad con el medio ambiente, pero muchos de ellos desconocen que la bolsa de plástico que asfixia a un delfín o a una tortuga en el océano proviene de las bolsas que se dejan en lugares como el campus y que pasan al alcantarillado, de ahí a los ríos y luego acaban en el mar". Para concienciar de ese ciclo completo que recorre las basuras, y sobre la importancia de la implantación de una economía circular, la Unidad ha organizado unas jornadas voluntarias de recogida de basuras en los campus de Somosaguas y de Ciudad Universitaria. La primera de ellas fue el día 5 de diciembre, y la segunda ha sido este 12 de diciembre, coincidiendo con la Cumbre Social por el Clima, que se celebra en el campus de la Complutense.
A la convocatoria del 12 de diciembre, que se ha enmarcado dentro del proyecto 4R Campus Joven, que cuenta con el patrocinio del Ayuntamiento de Madrid, se han acercado una veintena de personas, dispuestas a recoger basura por el campus de Moncloa.
Macarena Lucas, becaria de la Unidad de Medio Ambiente, tras repartir guantes, bolsas, una guía de reciclaje y algunas pinzas, explica que ahora en Madrid capital la separación de residuos se hace en cinco fracciones: vidrio, papel y cartón, plásticos, restos y material biodegradable.
Esto último se recoge en los nuevos contenedores de tapa marrón, y en ellos va toda la materia orgánica que se puedan encontrar, desde comida a corchos de botellas de vino, servilletas de celulosa o bolsitas de té. Lucas explica que de ahí saldrá luego abono y energía.
Cuenta que, de hecho, el Ayuntamiento de Madrid, ya tiene desde hace varios años una planta de reciclaje que utiliza los restos de la poda para hacer abonos que utiliza en los jardines de toda la ciudad, con lo cual es una acción que entra dentro de la economía circular.
Esa es precisamente la idea que está detrás de acciones como esta de la recogida de basuras y del proyecto 4R Campus Joven, cuyas cuatro letras se corresponden con Recoger, Reciclar, Reutilizar y Reducir, claves para un futuro con muchísimos menos residuos y contaminación.
Lucas explica que en la anterior campaña de recogida de basuras que se hizo en el campus a principios de año se recogieron cerca de 50 kilos de restos en unas pocas horas, entre los que destacan los envases como latas y botellas, pero también papeles y cartones e incluso vidrios. La becaria de la Unidad de Medio Ambiente explica de manera muy sencilla la diferencia que hay entre cristales y vidrio: "Si tiene tapa, como una botella, es un vidrio; si es un vaso, es cristal, y eso va a restos".
Jesús Montero señala que es fundamental que nuestro campus esté limpio, "porque no es una papelera ni un WC, porque recoger está en mano de todos, porque no hay campus B y porque nos merecemos un campus sin basuraleza".
El objetivo final, a medio y largo plazo, de campañas como estas, además de visibilizar y de concienciar a la comunidad universitaria es "conseguir que toda la energía que se utiliza en la UCM provenga de fuentes de energía limpias". Un ejemplo de estas buenas prácticas es el regalo que el vicerrectorado de Tecnología y Sostenibilidad ha preparado para todos aquellos estudiantes que han colaborado en el buen desarrollo de la Cumbre Social por el Clima, una batería externa que se carga con placas solares.