Carmen, de Trabajo Social; María Ángeles, de Estadística, Santiago, de Filología; Julio, de Físicas, que se ha traído a su amiga Rocío; Cristina, de Filología, Guillermo, de Biología; Daniel, marido de una trabajadora del Rectorado; Elena, de Biología; Luis Miguel, de Derecho; Santiago, de Enfermería, Fisioterapia y Podología; Laura, de Trabajo Social, Nuria, de Matemáticas; Guillermo, de Historia del Arte; Miguel Ángel, de Informática, Pablo, de Filología; Luis, de Informática; Alesia, de Comercio y Turismo; Raquel, de Historia del Arte; Hilaria, que está de erasmus en Psicología... Y así hasta 65 estudiantes, profesores y PAS complutenses, se han citado a las 10 de la mañana del domingo 23 de febrero para dar un golpe al estado -permítaseme la licencia- del Pinar de las Damas, la pradera que linda con la Facultad de Geografía e Historia, y que como otros muchos espacios naturales del campus de Ciudad Universitaria precisa de intervenciones para no dejar de ser lo que aún hoy es: un ecosistema natural en plena ciudad de Madrid.
Esta jornada de voluntariado ambiental ha sido una experiencia piloto, que visto el éxito, como asegura Juncal González, la delegada del rector para el Consorcio Urbanístico de Ciudad Universitaria, seguro que será seguida de muchas más. De acuerdo con González, sin duda, buena culpa de esta gran acogida que ha tenido la jornada ha sido el hecho de haber sido organizada de manera conjunta y con la colaboración de numerosas instituciones, unidades y servicios de la universidad, desde el Vicerrectorado de Tecnología y Sostenibilidad, el propio Consorcio Urbanístico, la Unidad de Medio Ambiente, la Gerencia de la UCM, La Casa del Estudiante, la plataforma Complutenses por el Clima o la asociación Reforesta, que se ha encargado de la parte técnica de la jornada. Para hacer visible todo este trabajo colaborativo, desde primera hora de la mañana se dieron cita en el Pinar de las Damas, entre otros, el rector, Joaquín Goyache; el vicerrector de Tecnología y Sostenibilidad, Jorge Gómez; el gerente, José Javier Sánchez o el decano de Geografía e Historia, Miguel Luque.
El trabajo en sí, al que dedicaron toda la mañana los 65 voluntarios y voluntarias, no era llevar a cabo una simple plantación de árboles o arbustos en la zona, sino que como explicaron los coordinadores de Reforesta -asociación declarada de utilidad pública, creada en 1991 y dedicada a la promoción del desarrollo sostenible-, además de plantar, que por supuesto también se plantó, la idea era un poco más ambiciosa: restaurar la biodiversidad del Pinar.
Para ello había que hacer varias cosas. La primera, limpiarlo de residuos, clasificarlos para su reciclaje y trasladarlo a un punto limpio. Enseguida, se pudo comprobar que los plásticos son a día de hoy una especie invasiva de primera magnitud. La segunda acción, y a ella se pusieron pico y azada en mano alrededor de un tercio de los participantes -se les dividió en tres grupos para llevar a cabo cada una de las tres tareas realizadas- era recuperar una trocha, nombre "técnico" que se da a los senderos que se hacen en los montes por el paso continuado de personas, bicicletas o pequeños vehículos. La misión era "trillarlo", remover su tierra y volver a integrarlo en el paraje cerrando sus entradas a través de la plantación de líneas de arbustos. Y por último, había que aumentar el número de plantas en la zona, pero no con cualquieras, sino que, con el asesoramiento de un grupo del Máster de Restauración de Ecosistemas de la UCM, se buscaron las autóctonas más apropiadas, sobre todo arbustivas, como tomillo, jara, lavanda, retama, y también encina. Para asegurar su arraigo, se utilizó tierra enriquecida, ya que el sustrato del terreno no está en las mejores condiciones.
El rector Joaquín Goyache, a pesar de que unos problemas de espalda le impidieron coger pico y azadón, quiso con su presencia dejar claro que su compromiso y el de su equipo con el medio ambiente es absoluto. "Simplemente, es algo en lo que creemos", aseguró, mientras charlaba con los presentes y, junto al vicerrector Jorge Gómez, esbozaba otras medidas e iniciativas que se quieren poner en marcha en los próximos meses. Pero, sin duda, los grandes protagonistas de esta mañana de duro trabajo fueron los 65 voluntarios participantes, que sudaron lo suyo, y que incluso podían haber sido muchos más, ya que se apuntaron más de 100 personas antes de cerrarse la inscripción varios días antes de la celebración de la jornada al ya estar completo el cupo que se estableció por motivos logísticos.