Un reciente estudio ha mostrado que los artículos científicos enviados por mujeres disminuyeron de manera considerable durante la pandemia a nivel mundial, mientras que los enviados por hombres prácticamente se duplicaron durante ese mismo periodo de tiempo. Este es uno de los ejemplos con los que la directora del Instituto de Salud Carlos III, Raquel Yotti, ha puesto de manifiesto la desigual incidencia que ha tenido y está teniendo entre mujeres y hombres la COVID-19. "Este hecho tendrá un impacto futuro y conducirá a un mayor sesgo en la inestablidad laboral", aseguró Yotti en su intervención este martes 28 de julio en el curso "Mujer y liderazgo en tiempos de crisis. Impacto de género, liderazgo y gestión antes, durante y después de la COVID-19", que se está impartiendo en los Cursos de Verano de la Universidad Complutense en San Lorenzo de El Escorial.
Raquel Yotti ha abordado en su intervención el impacto de género de la COVID-19, tanto de la propia enfermedad como de sus efectos sociales y económicos, y sobre todo el papel que las mujeres "de manera invisible" han tenido en su gestión política y sanitaria. Comenzando con la propia enfermedad, Yotti ha explicado que, a diferencia de lo ocurrido con otras enfermedades, la comunidad científica, alertada por un artículo publicado en The Lancet a comienzos de marzo, ha tenido en cuenta la visión de género al abordar la COVID-19.
Como explicó la directora del Instituto de Salud Carlos III, muy pronto se comenzó a constatar que la enfermedad afecta de manera desigual a hombres y mujeres, y en ello inciden tanto factores genéticos como ambientales y relacionados con enfermedades anteriores. Así, se comprobó que las mujeres producen más linfocitos C que actúan de manera más precoz e intensa que los hombres, o que hábitos más relacionados con la población masculina como el tabaquismo, consumo de alcohol y drogas hacen que los efectos del SARS COV-2 sean más graves en el organismo.
No obstante, y aunque sea cierto que mueren bastantes menos mujeres que hombres por esta enfermedad, lo cierto, como especificó Yotti, es que el contagio es prácticamente similar e incluso el factor de exposición es mayor en mujeres que en hombres. Esto es así porque el principal sector profesional afectado, el sanitario, está integrado en una gran mayoría -alrededor del 80 por ciento según la última encuesta de población activa- por mujeres. Por ello, no es de extrañar que el 77 por ciento del personal sanitario que ha tenido la infección hayan sido mujeres. Eso sí, la mayoría de los casos relacionados con mujeres ha sido leve o moderado, por lo que el número de sanitarios hombres y mujeres hospitalizados ha sido similar.
Junto al estudio sobre el número de solicitud de publicaciones en las principales revistas científicas del mundo, que deja clara una brecha de género, muy posiblemente ligada a la desigualdad en la carga de tareas familiares, Raquel Yotti puso otro ejemplo de cómo la COVID-19 ha influido en las mujeres científicas. Según contó, el Instituto de Salud Carlos III dotó un fondo de 24 millones de € para ayudar a poner en marcha iniciativas desde la ciencia para paliar los efectos de la COVID. Si en una convocatoria científica el porcentaje de solicitudes entre hombres y mujeres suele ser de un 60 a 40, en esta ocasión se recibieron 900 solicitudes de hombres y menos de 300 de mujeres.
El papel "invisible" de las mujeres en la gestión de la crisis
Yotti también abordó en su intervención -de hecho ese era el título de la conferencia- el papel que han tenido las mujeres en la gestión de la crisis sanitaria. La directora del Carlos III defendió que pese a que la imagen que ha llegado a la opinión pública es la de una crisis gestionada por hombres, lo cierto es que el papel de las mujeres ha sido muy importante, aunque "invisible". Destacó, por ejemplo, que de las 17 comunidades autónomas, 7 -al comienzo 8- tienen mujeres al frente de sus consejerías de Sanidad, y "aunque el papel que haya tenido esta paridad habrá que estudiarlo", lo cierto es que el Consejo Interterritorial de Salud "ha funcionado muy bien".
Según explicó, las mujeres han estado presentes en nuestro país en todos los ámbitos de liderazgo, desde el político, al técnico y científico, como en los equipos profesionales. En este último ámbito, Yotti destacó que la mayor parte de las unidades de los hospitales están dirigidas por mujeres y que solo gracias a su liderazgo y a la coordinación con sus equipos se pudo ir reaccionando y perfeccionando la respuesta a la emergencia sanitaria.
La participación de las mujeres en la toma de decisiones tanto políticas como técnicas y científicas, Yotti la quiso mostrar nombrando una a una a las muchas mujeres que han ocupado puestos de liderazgo en el Ministerio de Sanidad, las Comunidades o el propio Instituto de Salud Carlos III. Lo hizo por sus nombres de pila: Pilar, Patricia y María Jesús, en el Ministerio; Marina, Amparo, Inmaculada, Mayte (Pérez y Moreno) y Nuria, en ISCIII; Rosa, Teresa, Carmen y María José, en los organismos científicos, y Sagrario, Marta y Nieves, del Sistema Nacional de Salud.
Por último, la directora del Carlos III hizo una reflexión sobre el modelo de liderazgo que se ha mostrado útil para afrontar la pandemia. A su juicio, la mayor parte de sus características están vinculados a lo femenino: colaboración, empatía, flexibilidad, autocrítica, compasión... Frente a esas se situaron, sin éxito, otras como la confrontación, la exposición pública, la exigencia a los otros... En relación con esto, Yotti destacó la importancia de interiorizar lo que ella denomina "el poder de la admiración", que te sitúa en un espacio de humildad, de aprendizaje, de ser permeable a la acción de los demás... A su juicio, sería importante que esa cultura de la admiración se instaurase en la sociedad.
