El presidente del Tribunal Constitucional, Juan José González Rivas, ha clausurado este martes al mediodía el encuentro "Garantías para la independencia de la justicia", que organizado por la Asociación Profesional de la Magistratura se ha celebrado durante dos jornadas en los Cursos de Verano de la Universidad Complutense. González Rivas ha descrito las garantías que la Constitución Española dicta, principalmente en su Título VI, para asegurar la independencia de los jueces, recordando que los jueces son "independientes, inamovibles, responsables y sometidos al imperio de la ley".
En su esquemática presentación, González Rivas también ha resaltado la "importancia de la convivencia" entre el Tribunal Supremo y el Tribunal Constitucional y ha abogado por "olvidar" los "roces" que hayan podido tener en el pasado, normalmente debidos a la dicotomía entre "legalidad y constitucionalidad".
Por último, el presidente del Constitucional ha querido "poner de manifiesto cómo los jueces y tribunales de todos los órdenes jurisdiccionales desempeñan un papel fundamental en la esencia de nuestro Estado de Derecho, y quiero poner también de manifiesto que, en la medida que propician en sus resoluciones el respeto y el fomento a los principios y valores constitucionales, están dando respuesta a esa manifestación tan reciente de la Comisión Europea, cuando poniendo de relieve el respeto a la dignidad de la persona humana, a la libertad, a la seguridad y a la certeza, insiste en el fortalecimiento del Estado de Derecho, no sólo a nivel interno sino a nivel internacional", concluyó.
Los jueces son "rabiosamente" independientes
El director del curso, el magistrado Ángel Calderón, hasta el pasado mes de junio presidente de la Sala 5 del Tribunal Supremo, señaló antes de la intervención del presidente del Constitucional las principales conclusiones alcanzadas durante las sesiones celebradas en este encuentro. La primera es "que hemos llegado a la conclusión de que los jueces son rabiosamente independientes, como no puede ser de otra manera, ya que su independencia es la base del poder judicial y del propio Estado de Derecho". La segunda es que "la independencia no se gana una vez para siempre, sino que hay que ganársela por frecuencia". La tercera es que la independencia "no es un objetivo en sí misma, sino un presupuesto para la acción judicial".
Cerrar las puertas giratorias
La cuarta conclusión, según señaló Calderón, es que hay aspectos del funcionamiento judicial que se pueden mejorar para asegurar o, al menos, facilitar la independencia judicial. El primero de ellos es el relativo al acceso a la función judicial, que debe obedecer a principios de "de mérito y capacidad" que alejen a los jueces de "hipotecas o agradecimientos". El segundo atañe a la promoción profesional, que debe "ser lo más reglada posible, reduciendo a su mínima expresión los nombramientos discrecionales". En tercer lugar estaría la "prohibición de las puertas giratorias" en el ámbito judicial. "En la justicia solo hay billetes de ida, no de vuelta", afirmó. En un cuarto apartado quedan aspectos quizá más técnicos, que tienen que ver con la figura del juez ordinario predeterminado o con las recusaciones.