Cuentan Rafael Puyol, antiguo rector de la Universidad Complutense y ahora presidente de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), y Federico Morán, también profesor complutense y en la actualidad director de la Fundación Madri+d, que cuando concibieron el curso "Los futuros de la Educación Superior", allá por el mes de diciembre, jamás pensaron que el tema escogido fuera a estar hoy de tanta actualidad. La crisis de la COVID-19 exigió al sistema educativo en general y al universitario en particular una adaptación tecnológica sin precedentes. La incertidumbre con la que se encara el comienzo del curso centra las conversaciones y debates de gestores, profesores y estudiantes. Se han hecho previsiones, prefijado posibles escenarios, planificado alternativas... No obstante, el tecnológico no es el único debate abierto en la Universidad.
No solo el reto es tecnológico
José Manuel Pingarrón, secretario general de Universidades y también profesor complutense, recuerda que, junto al reto tecnológico, que lo hay y que las universidades esta vez están teniendo tiempo para prepararse, hay otros retos que el sistema universitario tiene que afrontar. Se lo comenta a los medios de comunicación antes de inaugurar el curso junto a Puyol, Morán y José María Vázquez, rector de UNIR, universidad que, por cierto, imparte casi toda su docencia on line. "La universidad española -explica Pingarrón- tiene varios retos inmediatos, aunque antes hay que decir que la educación superior en España es de calidad. Esto es así. Prácticamente todo el sistema universitario público está entre las 1.000 mejores universidades del ranking de Shangai, lo que significa que todo el sistema universitario público está entre el 5% de mejores universidades del mundo. Es decir, es un sistema de calidad y además cuenta con un sistema de acceso equitativo: nuestros estudiantes, nuestros hijos saben que pueden acceder a la educación superior de calidad residan donde residan en España. Y esto es muy importante con respecto a otros sistemas".
Pingarrón pasa a enumerar los retos pendientes. El primero: organizar, ordenar, las enseñanzas académicas para adecuarlo a lo que es ahora la educación superior. "El Real Decreto 1393/2007, como su nombre indica es de 2007 y hace falta una adecuación o un decreto nuevo", asevera. Segundo reto: "Como también saben por la prensa estamos actualmente en un periodo de consulta de un borrador de borrador de un estatuto del PDI, el personal docente e investigador de las universidades, y también una modificación de la LOU en este sentido". Tercero: "A partir del otoño próximo empezaremos una consulta pública muy amplia para llegar a un momento en el que veamos la posibilidad de hacer una ley orgánica de universidades". La conclusión: "Hace falta tratar una serie de retos importantes que son urgentes y con los que hay que acertar, independientemente de cómo evoluciona el sistema", concluye el director general de Universidades.
El curso que viene
Volvemos al presente, al curso que en poco más de un mes debe comenzar. Incluso una universidad como la Internacional de La Rioja, casi cien por cien on line, como asegura su rector, ha tenido que adaptarse. Incluso, en algunos aspectos, como los relacionados con los exámenes sin tener todas las garantías. Pingarrón explica que en el ánimo del Ministerio de Universidades, al que representa en la inauguración del curso, "no está hacer un cambio de modelo de universidad". Considera el ministro Castells, y con él coincide Pingarrón que el modelo de universidad presencial tiene "muchas virtudes que no pueden ser sustituidas por otro tipo de enseñanzas". Eso sí, en las circunstancia actuales y ante las que puedan venir, las universidades, como tranquiliza el secretario general, "tienen ya un plan de contingencia para hacer frente a un posible rebrote o una posible situación de emergencia sanitaria. Es decir -vuelve a tranquilizar-, lo afrontamos con seguridad, con tranquilidad y con el convencimiento de que las universidades han tomado todas las medidas oportunas para que la enseñanza en el principio del curso 2020/21 pueda hacerse con las máximas garantías de calidad en las enseñanzas y también de seguridad sanitaria".
Puestos a ver opciones, el profesor Pingarrón -lo es de la Facultad de Químicas de la UCM, a la que asegura que volverá en cuanto deje sus responsabilidades de gestión- se queda con la anunciada por Havard y Cambridge, en las que las "clases magistrales", es decir las que concentran un número alto de estudiantes, serán on line, pero las actividades en grupos reducidos, o de enseñanzas no monitorizadas, seguirán siendo presenciales. "Este es un buen modelo", califica Pingarrón.
Europa dictará el futuro
Y para terminar, una mirada hacia el futuro. El futuro lo marca Europa y, de hecho ya la tiene muy perfilado a través de los consorcios de universidades europeas que está financiando a través de la Comisión. El secretario general de universidades se felicita porque 24 universidades españolas -22 públicas y dos privadas- se hayan integrado en alguno de los consorcios creados en las dos primeras convocatorias ya resueltas. La Complutense lo está desde la primera tanda en UNA Europa, proyecto que comparte junto a otras siete universidades: Freie Universität Berlin, Università di Bologna, University of Edinburgh, Uniwersytet Jagielloński w Krakowie, KU Leuven, Université Paris 1 Panthéon-Sorbonne y Helsingin Yliopisto. Pingarrón asegura que en estos consorcios está la revolución del futuro: movilidad de estudiantes y profesores, homologación de títulos impartidos en distintos países, homologación de calificaciones, papel de las denominadas microcredenciales... "La Unión Europea está liderando este proceso y las legislaciones nacionales no pueden restringir este tipo de avances", apunta Pingarrón, en un claro anuncio para navegantes. "Es el futuro de España, de Europa e incluso de otros sitios, como América Latina". Mañana más.
