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Sábado, 7 de diciembre de 2024

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La directora general del Instituto de la Mujer considera que la COVID-19 ha puesto al feminismo en una situación muy delicada

"La desigualdad estructural no estaba tan herida como pensábamos y ha bastado una gran crisis para retroceder". Lo dice alto y claro Beatriz Gimeno Reinoso, directora general del Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades, en la inauguración del curso "Impactos de género de la COVID-19", dirigido por Isabel Tajahuerce Ángel y Magdalena Suárez Ojeda. Giménez Reinoso ha hablado de la violencia en un sentido amplio y lo que puede significar esta pandemia para las mujeres, y ya que "no se sabe lo que va a venir, ni si será peor o más virulento, pero la obligación como feministas es estar atentas, vigilantes y luchadoras, porque este periodo puede significar un retroceso muy profundo en los derechos de las mujeres, o puede que no, no se sabe".

 

Beatriz Gimeno Reinoso recuerda que antes de la pandemia nos encontrábamos en "un momento especial para el feminismo, porque estaba empezando la cuarta ola, pero no ha conseguido asentarse y se ha replegado en muchos aspectos, ya que las olas necesitan impulso, pero también que dejen poso y permanencia". Explica que se podía considerar una cuarta ola porque "la presencia del feminismo en la sociedad era mayor que nunca, había una unidad de acción enorme y además tenía capacidad de ir a cuestiones muy estructurales, lo que significaba un riesgo para el patriarcado ya que había una profunda conciencia de problemas estructurales como la violencia. Se tuvo conciencia de la puesta en común de la enormidad de esa violencia, mostrándola con fenómenos como el #MeToo y el #Cuéntalo". Opina la directora general del Instituto de la Mujer que "todas las mujeres padecen violencia de alta o baja intensidad, sólo por el hecho de ser mujeres, y poner eso en común fue algo enorme y muy difícil. De hecho, la sociedad no pudo parar esa avalancha de denuncia".

 

Otro tema que puso de manifiesto esa cuarta ola, de acuerdo con Gimeno Reinoso, fue la cuestión de "la división sexual del trabajo, porque hay muchas mujeres que han tenido que dejarlo para hacerse cargo de los cuidados, quitando las pocas que puedan pagar los servicios. Si no está la gente tirada en la calle es porque hay mujeres cuidándola. Esta situación hace que las jóvenes de una generación que han nacido y se han educado escuchando y creyendo que son iguales se dan de bruces con la realidad, que es una profunda desigualdad".

 

En esa situación concreta, con el feminismo en la calle, llegó la pandemia, "y en muy poco tiempo todo vuelve a temblar, con una reacción de repliegue que nos afecta a todos, porque nada es neutral, todo tiene que ver con la desigualdad por razón de sexo, y el hecho de que una pandemia recaiga en una sociedad desigual, permite ver que el feminismo teórico tenía razón respecto a cuestiones introducidas en el feminismo, cuando en su denuncia del neoliberalismo destacaba que somos seres interdependientes y frágiles, que necesitamos servicios públicos de calidad, que los trabajos relacionados con los cuidados deben ser valorados, porque son esenciales para mantener la vida".

 

Una pandemia dentro de otra

Informa la conferenciante de que "la violencia contra la mujer se ha incrementado a niveles estratosféricos, según la ONU en algunos países se ha duplicado. Son cifras terroríficas y en España se han incrementado las llamadas al 016 en un 60%, porque el gran foco de la violencia a las mujeres son las familias. Se puede decir que la violencia es una pandemia dentro de la pandemia".

 

Por suerte, "una de las cuestiones que se pueden ver como avances es que hay muchos organismos internacionales dedicados a hacer estudios, llamamientos, proporcionar recursos a las mujeres y advertir a los gobiernos de que esto está pasando". Por el lado negativo, "hay un cierto repunte contra las minorías dentro de algunos países europeos, como se ve en los discursos de la extrema derecha en los países de la antigua órbita comunista. Esperemos que las instituciones europeas, que han reaccionado de una manera distinta a la crisis económica que en 2008, sean capaces de mantener la lucha contra esta violencia estructural".

 

En cuanto al trabajo remunerado, a diferencia que en la anterior crisis donde el paro se cebó en la construcción, esta lo hace en los servicios, "ocupados mayoritariamente por las mujeres". Se calcula, según informaciones que presenta Giménez Reinoso, "que se pueden perder 23 millones de trabajos en Europa, sobre todo de mujeres, que aceptarán esa pérdida, entre comillas, incidiendo y agrandando la desigualdad. Es así, porque España vive de los servicios, que son sectores muy feminizados, que además en muchos casos son muy fáciles de despedir porque sus contratos eran malos, y a eso se sumarán los recortes que se pueden hacer en servicios sociales".

 

En la futura ley de Trabajo a Distancia, que revisa al Instituto de la Mujer al igual que hace con el resto de la normativa para intentar que haya perspectiva de género, "se pretendía dar por hecho que la lactancia se podía hacer al mismo tiempo que el teletrabajo, algo que estaba en un primer borrador, pero que se ha quitado. Según la ONU eso tiene que ver con que la toma de decisiones se hace en sitios donde hay poquísimas mujeres, ya que hasta las expertas han desaparecido debido a la desigualdad estructural".

 

Reconoce Gimeno Reinoso que "desde las instituciones hay una resistencia a incluir ahora el feminismo, porque se vive el feminismo como un factor de fragilidad y en lugar de abrirse a ello deciden cerrarse para que no les critiquen desde la extrema derecha por utilizar la perspectiva de género. Es mucho más problemático que en tiempos de bonanza". Ante esta situación hay una medida fundamental: "más feminismo". Hay que insistir mucho más, de acuerdo con la directora general del Instituto de la Mujer, en que "la paridad es imprescindible, tiene que haber mujeres donde se toman las decisiones médicas, sanitarias, laborales... La perspectiva de género tiene que estar en todo, no tiene que ser un lujo en los tiempos malos, aunque la tendencia sea la contraria".

Impactos de género de la COVID-19 es el título del curso dirigido por Isabel Tajahuerce Ángel y Magdalena Suárez OjedaBeatriz Gimeno Reinoso, directora general del Instituto de la Mujer y para la Igualdad de OportunidadesIsabel Tajahuerce, Beatriz Gimeno y Magdalena Suárez, en la inauguración del cursoIsabel Tajahuerce Ángel
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