A los canales tradicionales de divulgación (libros, revistas, conferencias, programas de televisión) les han salido una serie de importantes competidores a través de la red. En el curso "La ciencia cuenta. Curso de divulgación científica" han participado los youtubers Guillermo Pérez Tijerín (WillDiv) y Françesc Gacó Lluna (El Pakozoiko) y la instagramer Marián García (Boticaria García) para contar los beneficios de divulgar en estas plataformas, y también alguna de las desventajas, como la existencia de los persistentes e inevitables haters.
Lo primero que tiene que tener claro cualquiera que esté dispuesto a divulgar conocimiento, de manera científica y rigurosa por las redes, es que es una tarea que no requiere mucho dinero, pero sí mucho tiempo, tanto para interactuar con los que ven los vídeos como para elaborarlos. WillDiv y El Pakozoiko, ambos con formación científica universitaria, explican que "el primer paso es definir la idea del vídeo, dependiendo de las secciones con las que se quiere trabajar. Muchas veces la idea surge de una noticia de actualidad, para hacerla llegar a la gente, pero hay otras muchas maneras de sentirse inspirado, una película, un contenido viral, un libro, una idea que surge en el gimnasio...". De acuerdo con Pérez Tijerín lo fundamental es mantener los pilares fundamentales de la divulgación científica, que para él son "el rigor, la creatividad y el rechazo al plagio".
Una vez que se tiene la idea es básico buscar información. Ahí, una primera fuente, para conocer vocabulario clave puede ser Wikipedia, a la que hay que añadir enciclopedias, físicas o digitalizadas, revistas especializadas, fuentes como Schoolar Google, Pubmed y Dialente, e incluso Sci-Hub, un desbloqueador de artículos científicos. Lo único que no está permitido, "a nivel moral, es sustentarse en una única fuente para apoyar una hipótesis, lo que es algo muy típico de la gente no científica".
Con la idea y la información hay que pasar a darle una estructura, donde lo importante es que haya cohesión y coherencia, siguiendo un hilo conductor. Ahí se pueden utilizar algunos trucos como empezar con una pregunta, involucrar al público con algo que le resulte familiar, enseñar una parte morbosa del vídeo al principio, o hacer que aparezca al final lo que aparece en el título. Con todo ello llega el momento de redactar el guion, donde hay que mantener el hilo conductor, sin irse demasiado por las ramas, teniendo las ideas claras de lo que se quiere contar y hacerlo de la forma más accesible que se pueda.
Ese guion debe ser personal, que refleje al autor, para luego poderlo grabar y convertirlo en una pieza única. Para grabarlo hay una serie de pistas como no hacerlo jamás desde abajo; no grabar en vertical; se pueden juntar uno o varios planos, pero cuidado con que la cámara tenga una misma calidad; el fondo mejor claro que identifique tu cara, y si puede ser que está todo montado en casa. Explican los dos youtubers que cuantos mejores sean los medios para grabar imagen y sonido, mejor, pero tampoco hace falta invertir mucho dinero. En el momento de ponerse a grabar, recuerdan que "la cámara es fría, estás solo en el mundo en ese momento, es todo tan difícil la primera vez que no sabes muy bien cómo hacerlo".
La edición es una de las partes que requiere más tiempo, porque "es como reconstruir un dinosaurio encontrado fósiles, pero según hagas vídeos tardarás menos en hacerlo, así que no hay que asustarse, es muy divertido y es más fácil de lo que parece". Una vez editado el vídeo hay que subirlo a Youtube y gestionar el canal, algo que cada uno hace a su manera y para lo que no existen fórmulas mágicas, más allá de poner miniaturas atractivas, buenos títulos, descripciones y etiquetas que ayuden a posicionar el vídeo. Y luego no hay que olvidarse que a la hora de difundirlo, cada red es un mundo.
Lo mejor de esta manera de divulgar la ciencia es que tienes la posibilidad de hacer el vídeo como quieras, que no hay que hacer grandes inversiones de dinero para hacer un canal decente, y que además se puede llegar a mucha gente. Los contras son la inversión en tiempo, que hay que tener cuidado con el copyright de otros contenidos, hay que tener paciencia y constancia y que al puede llegar a mucha gente siempre aparecerán haters, "hay que estar preparado para todo".
Marián García, conocida en Instagram como Boticaria García, cuenta que con esta red, frente a Youtube, se facilita mucho la interacción, así que su consejo, aparte del rigor y la originalidad en los contenidos, es fomentar esa interacción, porque eso hace que "te perciban como una persona cercana y que confíen en ti a la hora de la divulgación". Es cierto que a veces no tiene tiempo para contestar a todo el mundo, pero "sí se puede hacer un barrido y tener un termómetro de lo que interesa, para generar contenido en función de las dudas".
Boticaria García, con formación farmacéutica, ofrece fundamentalmente divulgación sanitaria y nutricional, y explica que la plataforma está ahora valorando cada vez más la espontaneidad. "Lo difícil es que en esas cosas tan espontáneas no se pierda de vista el rigor, porque aunque parezca divertido tiene que estar documentado para que sea divulgación, no mero entretenimiento".
A veces, de todos modos, para ampliar información rueda stories con guion, imágenes y vídeos, o despedaza y traduce un artículo de Nature, que la gente no se va a leer, "con una elaboración previa que hace que mucha gente haga capturas y las comparta en sus stories, así que gente que no es divulgadora comparte una noticia, cuando jamás compartiría un paper".
La instagramer es muy partidaria de "construir, formar, dar contenido para que cuando llegue un bulo sean los propios usuarios los que sean capaces de enfrentarse a ellos, porque eso significa que la gente está escuchando". Eso a su vez "exige una responsabilidad muy grande, ya que ante la sobre información y la información que llega pervertida la gente busca cada vez más gente que le dé confianza y se lo ponga fácil, pero teniendo claro que no todo vale por un like".
Youtube se monetiza por el número de visitas, mientras que Instagram lo hace fundamentalmente por anunciar productos, algo que Boticaria García no hace, porque tiene "muy clara la línea roja desde el principio". Reconoce, de todos modos, que al ir creciendo la comunidad, eso te da más posibilidades de trabajo en otros aspectos, como que te propongan escribir un libro o dar una charla.