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Biblioteca de la Universidad Complutense de Madrid

Martes, 16 de abril de 2024

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La transferencia, a la altura de la investigación

La fotografía que abre este reportaje muestra al profesor de la Facultad de Geografía e Historia José Ramón Pérez-Accino en la presentación, en febrero de 2018, en la Facultad de Informática de la UCM del videojuego Discovery Tour by Assassin's Creed. Pérez-Accino, uno de los más reputados egiptólogos españoles de la actualidad, con excavación abierta en Luxor, en el Valle de los Reyes, había asesorado a los creadores de esta popular saga de videojuegos, la empresa estadounidense Ubisoft, para que sus aventuras en el Antiguo Egipto tuviesen referencias históricas correctas. Este es un ejemplo de transferencia del conocimiento en humanidades, una de las menos conocidas o valoradas, pero que desde este año los profesores universitarios pueden presentar para su evaluación en el nuevo Sexenio de Transferencia.

 

A mediados de este mes de junio, la ANECA concluirá la evaluación de los méritos que cerca de 17.000 profesores universitarios de toda España presentaron a la primera convocatoria del Sexenio de Transferencia. Será entonces -se prevé que el día 14- cuando la comisión de Ciencias de la Salud haga publicas las 718 evaluaciones que sus miembros no tuvieron más remedio que posponer al estar mucho de ellos implicados en la asistencia sanitaria de la COVID-19. Junto a ellas se resolverán el cerca de otros dos centenares que se pospusieron al solicitarse de ellas subsanaciones. Por ahora, de las 15.947 solicitudes evaluadas, un 42,74%, 6.623, han recibido valoración positiva, mientras que 8.874, el 57,26 %, han sido evaluadas negativamente. De profesores complutenses se han evaluado ya 631 solicitudes, siendo concedidos 244 sexenios.

 

Esta primera convocatoria del Sexenio de Transferencia, como explica el secretario general de Universidades, José Manuel Pingarrón -considerado el "padre" de este sexenio, junto a la secretaria de Estado, María Ángeles Heras, ambos catedráticos de la Facultad de Ciencias Químicas de la UCM- se lanzó a finales de 2018, junto a la convocatoria de los sexenios de investigación. Su intención era "aflorar" la transferencia a la sociedad que se realiza en todas las áreas del conocimiento y que en muchos de los casos no era ni reconocida ni apenas conocida. Como comenta el nuevo vicerrector de Calidad de la UCM, Miguel Ángel Sastre, la idea de evaluar la transferencia ya llevaba unos años rondando por el sistema universitario, el Ministerio y la ANECA, en la que trabajaba entonces como director de Evaluación de Enseñanzas e Instituciones. "Incluso se llegó a hablar de "septenios" de transferencia para diferenciarlos de los sexenios de investigación", apunta el profesor Sastre.

 

 Finalmente, el equipo de la Secretaría de Estado de Universidades optó por reconvertir uno de los campos de los sexenios de investigación, el campo 0, también conocido como el "sexenio del ingeniero", que aunque formalmente se dedicaba al reconocimiento de la transferencia del conocimiento, en la práctica estaba reservado a perfiles muy tecnológicos. Además, era un campo muy poco solicitado y menos aún concedido. En la última edición apenas se habían concedido 4 sexenios del campo 0 en toda España.

 

Convocatoria piloto

"Hay que partir de la base -explica el secretario general de Universidades- de que esto ha sido una convocatoria piloto, no ordinaria. Era la primera vez que se hacía en España. No teníamos ninguna previsión de cuánta gente podía estar dispuesta a hacer una solicitud a una convocatoria como esta.  La parte fundamental era aflorar toda esa transferencia que sabemos que la gente hace, y eso se ha logrado con creces. El altísimo numero de solicitudes, 16.805, ha hecho que el proceso de evaluación, que no terminará hasta el 14 de junio, se haya hecho muy largo. Ha habido que "fichar" evaluadores expertos en transferencia y en todos los ámbitos del conocimiento. Y esto, claro, no ha sido tan fácil, porque además, ha habido que entrenarlos. Al frente de ellos ha habido un equipo y un director de la comisión, el ex rector de Vigo Salustiano Mato, que se ha puesto, como se suele decir, de hoz y de coz con esto. Incluso ha habido que hacer una especie de guía del evaluador. Y todo esto es lo que se va a utilizar ahora para establecer doctrina y mejorar la próxima convocatoria, que habrá en cuanto acabemos esta, y que ya será una convocatoria convencional similar a como son las de los sexenios de investigación".

 

- Junto a ese retraso en las evaluaciones, otros de los peros que se están poniendo a la resolución de la convocatoria es el alto porcentaje de evaluaciones negativas que se han recibido y las posibles diferencias de criterios entre las distintas áreas.

José Manuel Pingarrón: A mí me parece un porcentaje de éxito bastante razonable porque era la primera vez que se hacía y por lo tanto al ser una prueba piloto y no estar penalizada la denegación, es posible que algunos hayan podido ir a ver qué pasaba. Creo que es una ratio bastante lógica, pero ahora hay que analizarlo. La parte importante que viene ahora es hacer un análisis pormenorizado de la tendencia, volver a hacer una evaluación de los criterios de evaluación para ver si son adecuados a lo que queríamos o no, y hacer los cambios pertinentes para que en la nueva convocatoria todo el mundo tenga más claro que es lo que se pide y qué es lo que se tiene que tener para que te paguen un sexenio de transferencia. Como yo digo siempre, aquí no decimos nunca que lo que hace alguien es o no transferencia, como no se dice nunca qué es o no es investigación. Lo que ocurre es que todo el mundo sabe qué es lo que tienes que tener en investigación para que te paguen un sexenio. Con el sexenio de transferencia queremos que llegue un momento que pase lo mismo, que todo el mundo sepa qué tiene que tener para que te lo paguen. Con el sexenio de investigación también en los primeros años hubo muchísimo lío. La gente no estaba acostumbrada a que le pidieran unos ciertos estándares en las publicaciones y eso ahora está absolutamente establecido y aceptado. Esperamos que pronto el sexenio de transferencia tenga una guía clara y establecida de lo que se exige, de lo que se pide y de lo que se tiene que tener. Pero insisto: esto ha sido una prueba piloto y, por primera vez, si no te lo dan vas a volver a poderte presentar en esta nueva convocatoria

 

- ¿Considera que algunas críticas recibidas pueden haber sido merecidas?

JMP: La verdad es que asumo muy poca crítica de la que nos han hecho. El único pecado que se nos puede achacar es que nos lanzamos a la piscina sin saber si había agua o no. Es verdad, pero si no lo hubiéramos hecho, tal y como ha sido después la legislatura, no habría habido sexenio de transferencia, y no se hubiera puesto en marcha esta medida que es fundamental para el reconocimiento de la transferencia del conocimiento en el país. Con todos los defectos que tiene, pero si no se hubiera hecho como se hizo, ahora mismo no existiría. Ahora las enseñanzas de esta prueba piloto, como ya he señalado, habrá que aprovecharlas para hacer los ajustes necesarios en la nueva convocatoria. La verdad es que estoy satisfecho por cómo ha ido todo. 

 

La transferencia, a la par de la investigación

El vicerrector de Calidad, Miguel Ángel Sastre, coincide con el profesor Pingarrón en hacer un balance "muy positivo" de la convocatoria. "Hay que pensar que es un piloto y estoy seguro de que en la nueva convocatoria se dará una información más cerrada". A su juicio, lo transcendente es que este sexenio ha ido "a la par del sexenio de investigación, con lo que se le reconoce una gran importancia a la transferencia. También se ha visto ya que no es una cosa menor, que no es fácil tenerlo, sino que se están exigiendo unos méritos importantes, como se ve en que más de la mitad de las solicitudes han sido denegadas y eso pudiendo la gente presentar méritos de los periodos que quisieran".

 

- ¿Aunque este no es exactamente el cometido del Vicerrectorado de Calidad, cómo considera que modifica el trabajo que hacen los profesores universitarios el que además de su investigación se valore también la transferencia que hagan de ella?

- Miguel Ángel Sastre: Todo esto está relacionado de alguna manera con la calidad. Yo creo que la investigación de base sigue siendo fundamental y esto no va a restar peso ni orientación a las publicaciones, al objetivo de publicar en revistas de primer nivel. Yo creo que con los sexenios en España el nivel de publicación tanto cuantitativo como cualitativo se ha disparado; ha crecido de una forma exponencial. Lo que sí que también es cierto es que antes había gente que podía decir yo no hago trasferencia o no me interesa este tipo de actividad porque realmente no me lo van a valorar de ningún modo. Un incentivo lo que también hace es orientar comportamientos. De forma que si solo se valora publicar en revistas científicas de alto nivel, al final todo el mundo se enfoca en publicar en revistas científicas de alto nivel, y se olvida del resto. De alguna manera, si ahora se está dando importancia a otro tipo de investigación, como es la transferencia de conocimiento o investigación aplicada, sí puede hacer que los investigadores, sin perder de foco la investigación de base y las publicaciones, sí vean más atractivo girarse más hacia la sociedad, plantearse conseguir contratos con instituciones ya sean privadas o públicas, y hacer un tipo de investigación más práctica o aplicada, que también es algo que la sociedad demanda de la universidad.

 

- ¿Echa de menos que también se reconozca e incentive la docencia de calidad?

MAS: La docencia ya tiene reconocimiento, incluso retributivo con el complemento de evaluación docente, los conocidos como quinquenios docentes. Pero lo cierto es que ha quedado como algo que prácticamente se da de forma automática cuando cumples cinco años de docencia y no hay una evaluación real, efectiva, de la docencia. Es casi como la antigüedad, se reconoce automáticamente.

 

- ¿Le parece conveniente ir hacia un modelo de evaluación docente con efectos retributivos?

-  MAS: Es complejo. Es cierto que la docencia se retribuye de manera automática a través de los quinquenios, sea buena o mala, y que la investigación y ahora la transferencia sí tienen una evaluación real externa. Lo que pasa que evaluar la docencia no es algo sencillo. Docentia se está empezando a tener en cuenta al menos en las plazas de estabilización y promoción de profesorado, con lo que está cobrando importancia... Hay que ir poco a poco y, quizá, ser un poco lentos pero seguros.

 

Datos de solicitudes evaluadas por áreas, género, comunidades autónomas y universidades

 

DOS EJEMPLOS COMPLUTENSES DE SEXENIOS RECONOCIDOS

 

La profesora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología Lucila Finkel es una de las 96 docentes complutenses que por ahora han recibido la valoración positiva de la Comisión Nacional Evaluadora de la Actividad Investigadora (CNEAI). Para Finkel ha sido todo un acierto poner en marcha esta convocatoria. "Me parece fenomenal porque muchos profesores hacen transferencia y hasta ahora no se les había valorado de ninguna forma. La transferencia es la tercera misión de la universidad y la que tiene un marcado carácter social, algo que es fundamental en las universidades en el mundo que se nos viene encima, en el que la universidad cada vez tiene que estar más abierta a la sociedad. Creo que esta convocatoria es algo que en general todo el mundo ha aplaudido, y aunque no puede ocultarse que también ha tenido críticas, espero que sea un sexenio que se consolide y que a partir de ahora vaya todo más rodado".

 

Joaquín Sotelo, profesor de la Facultad de Ciencias de la Información, es uno de los pocos docentes e investigadores del área de la comunicación que ha recibido el sexenio. "Conozco algún compañero que ha sido valorado de forma positiva de Comunicación Audiovisual, pero de Periodismo no sé si habrá alguno más", señala sin darle importancia. Sotelo coincide con Lucila Finkel en el acierto de la convocatoria. "Me parece de justicia. Igual que hay transferencia en otras áreas de conocimiento, hay transferencia en ciencias sociales, hay transferencia en ciencias jurídicas, hay transferencia en política... En todo hay transferencia. Es una de las grandes funciones de la universidad. La más célebre es la docencia, la segunda la investigación, y otra de ellas es la extensión universitaria, esa transferencia, ese alcance de la universidad. Es una forma de devolución también de lo que la sociedad le da a la universidad, que es mantenerla, soportarla con financiación pública. Es positivo que de alguna manera la universidad devuelva ese esfuerzo social a la propia sociedad en forma de transferencia, que es básicamente volcar el conocimiento que acumulas en tu área para que tenga una dimensión social, una dimensión más práctica, más pragmática, más tangible que otras que son a lo mejor más etéreas. La transferencia creo que es una faceta del trabajo universitario que tiene mucha relevancia".

 

La profesora Finkel explica que presentó a la comisión evaluadora trabajos de diversa índole llevados a cabo durante un amplio periodo de tiempo. En concreto, presentó la propiedad intelectual del programa GIPE, del que la propiedad industrial pertenece a la UCM, y que puso en marcha para la gestión de las prácticas externas durante su etapa como vicedecana de la Facultad de Políticas y Sociología, y que luego, como delegada del rector para Formación Permanente, Prácticas Externas y Empleo, extendió su uso a toda la UCM y después se ha implantado también en la Universidad de Alcalá. "El resto de los méritos que he presentado eran todos artículos 83, es decir contratos de investigación o consultoría, de los que seleccioné los que me parecieron más relevantes:  una investigación para Renfe, otra para la Confederación Nacional de Autoescuelas y la DGT, y otros dos con un carácter más social: una investigación para la Neuroalianza, que es una federación de asociaciones de enfermedades neurodegenerativas en España, y un barómetro de pacientes crónicos para ver cómo evalúan la calidad de la atención sanitaria que reciben. La profesora Finkel confiesa un "truco" que quizá pueda ayudar a los que se presenten a la próxima convocatoria: "Justificar todo documentalmente muchísimo. Por ejemplo, del programa GIPE aporte más de 70 páginas".

 

El profesor Joaquín Sotelo, por su parte, presentó una selección muy "variopinta" de trabajos. "Tienes que presentar cinco aportaciones y en cada aportación puedes aportar una sola cosa o compactar una serie de ellas que comparten hilo argumental. Yo tengo mucha obra audiovisual, muchos informes técnicos sobre infanciay he participado en muchos comités evaluadores sobre derechos de la infancia. También he participado en muchos proyectos que tienen que ver con la Unión Europea. Hice mi tesis doctoral sobre la transmisión de conciencia europeísta. Y ese expertice de conocimiento lo he podido volcar también en proyectos más de divulgación, de promoción de la cultura europea. Me han llamado de muchos proyectos para aportar mi conocimiento de la Unión desde mi ámbito de investigación y de alguna manera transformar ese conocimiento en divulgación o popularización del conocimiento". 

 

Tanto Sotelo como Finkel creen que sería bueno que quienes reciben la valoración positiva también recibieran, como sí reciben quienes no son declarados aptos, "las calificaciones parciales de lo que presentamos. Nos piden -señala la profesora Finkel- un 6 de media para aprobar, pero no sé si he sacado un 8 en una cosa que compensa un 5 en otra. Estaría genial que te diesen esa información. Nos ayudaría para saber qué cosas se valoran más y menos de cara a la siguiente convocatoria".

 

Otros aspectos que cree, en este caso la profesora Finkel, que hay que analizar con detalle es el sesgo de género que claramente se ha dado tanto en solicitudes, áreas y resultados, y también las grandes diferencias que ha habido entre profesores funcionarios y contratados. "Yo, la verdad, es que estadísticamente tenía pocas posibilidades: mujer, de Ciencias Sociales, profesora contratada, en Madrid, donde ha habido menos tasa de éxito... Al final ha salido bien".

 

Tanto entre las candidaturas ya evaluadas procedentes de todas las universidades españolas como entre las presentadas por profesoras y profesores de la UCM, se ven, como señalaba la profesora Finkel, importantes diferencias por género, tanto en el propio número de solicitudes como en los porcentajes de resoluciones positivas. Este hecho ha sido estudiado por las profesoras de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la UCM María Bustelo y Olga Salido, y publicado en la página web de la ANECA

 

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