La Residencia de Estudiantes, creada en 1910, fue uno de los emblemas de la llamada edad de plata de la cultura española (1900-1936). En ella convivieron literatos, artistas, científicos. Cuentan que una de las grandes beneficiarias de aquel estallido cultural fue la biblioteca de la propia Residencia. Se estima que reunía entre 15.000 y 20.000 obras, muchas de ellas reflejo de las vanguardias intelectuales y artísticas de la época.
La Guerra Civil quebró aquel paraíso cultural y la Residencia se vió obligada a cerrar sus puertas. La Dictadura sustituyó la denominada Junta de Ampliación de Estudios, de la que dependía la Residencia, por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, el CSIC. Una de las instalaciones de la Residencia, la de la calle Pinar, la ocupó otra residencia, la Jiménez de Cisneros. Su primer director fue Pedro Laín Entralgo. Entre las decisiones que adoptó figuró el traslado de la biblioteca de la antigua Residencia, que se ubicaba en su auditorio, hoy Iglesia del Espíritu Santo, en la calle Serrano, a las instalaciones de la calle Pinar.
En 1943 la Residencia Jiménez de Cisneros se convirtió en Colegio Mayor y se ubicó en su actual sede, en la Avenida de Séneca. La biblioteca de la antigua Residencia también se trasladó hasta allí. "Lo que no sabemos es si se trasladó en su totalidad o no", puntualiza José Luis González Llavona, actual director del colegio.
González Llavona lleva a cabo esta puntualización tras más de tres años y medio de trabajo. Todo empezó, según comenta, cuando tras ser nombrado director en julio de 2007 entró en la biblioteca del colegio. Le sorprendió que no existiera un catálogo de las obras y más aún que entre los millares de libros dispuestos en las estanterías hubiera algunos que en su primera página contenían el sello de la Residencia de Estudiantes e incluso líneas escritas a mano en las que los propios autores o personalidades de la más diversa índole atestiguaban la donación de la obra a la Biblioteca de la Residencia. González Llavona pronto se dio cuenta "no sólo del valor bibliográfico de la colección sino también de su interés como documentos históricos que permiten profundizar en la edad de plata de la cultura española".
El director del colegio tomó inmediatamente la decisión de llevar a cabo "una catalogación científica y precisa de esos fondos". En el proyecto embarcó también a los otros cinco colegios mayores de fundación directa de la UCM, que cedieron parte de su presupuesto para dotar a la biblioteca del Cisneros de un segundo becario, y también a la Biblioteca de la Complutense para que un profesional especializado colaborara en la catalogación. No obstante, como subraya el director, la mayor parte del empuje a este proyecto hay que agradecerlo a los propios colegiales del Cisneros, que se han volcado en los distintos trabajos.
Los tres años y medio empleados han dado como fruto la catalogación completa del que se ha venido a denominar fondo histórico de la Biblioteca del Colegio Mayor Ximénez de Cisneros, que comprende obras de entre 1773 y 1936. En total han sido 2.300 las obras catalogadas, la práctica totalidad de ellas procedentes de la biblioteca de la Residencia de Estudiantes.
El 3 de marzo se presentó en las propias instalaciones del colegio el catálogo, una obra de más de 400 páginas, en la que se incluye referencia bibliográfica completa de cada una de estas obras.
La exposición y sus responsables
Solo unas horas después de presentarse en el colegio el catálogo de las 2.300 obras que componen el fondo histórico de la bilioteca del Cisneros, en la Biblioteca Histórica de la UCM se inauguró una exposición -que se puede visitar hasta el 26 de abril- con una selección de 170 de esas obras. Bajo el título "La biblioteca de la antigua Residencia de Estudiantes en la Universidad Complutense" la exposición está comisariada por el propio José Luis González Llavona, quien además de director del mayor es catedrático de Análisis Matemático de la UCM, y por la bibliotecaria Aurora Miguel Alonso,directora técnica del catálogo desde el comienzo de los trabajos. Como asesoras científicas del proyecto han colaborado la catedrática de Historia Contemporánea Elena Hernández Sandoica y la profesora ayudante doctora de ese mismo departamento Carolina Rodríguez López, quien también se ha encargado de escribir los textos introductorios. Las fotografías de cada una de las obras contenidas en el catálogo han sido realizadas por el colegial Jesús Alberto Benítez Fornell, y los retratos por el también colegial Pablo Quintanal Junquera.
