Diez segundos antes de las 9 de la noche del 23 de marzo de 2011, un salón de actos abarrotado comenzó una cuenta atrás hasta cero. Las 21 horas en punto marcaban un nuevo récord Guinness, el conseguido por Inforadio, la emisora de la Facultad de Ciencias de la Información, al emitir un programa de manera continuada durante 60 horas seguidas.
El récord anterior lo tenían unos periodistas rusos con 52 horas y databa de septiembre de 2010. Al periodista Fernando Carduesco se le ocurrió la idea de batir el récord cuando vio el cuadro más grande del mundo realizado con tostadas. Pensó entonces qué él podría batir un récord en lo que se le da mejor desde los 14 años, que es trabajar en la radio. Contactó con su colega, el célebre comentarista deportivo Sergio Brau, y también se mostró dispuesto al reto, y eso que no era nada fácil.
El objetivo no era solo hacer un programa de 60 horas, sino que además los presentadores deberían estar ahí todas y cada una de ellas. Sólo podían descansar cinco minutos cada hora y debían hablar al menos una vez cada minuto para certificar que estaban allí en todo momento. Incluso si salían al servicio o a las ambulancias del SAMUR donde les hacían el seguimiento de salud, debían llevarse un móvil para estar conectados constantemente para que su voz apareciese en antena cada minuto.
A los profesores de la Facultad de Ciencias de la Información la iniciativa les pareció muy interesante y prestaron todo su apoyo. Y no sólo los profesores, sino que los estudiantes se volcaron de lleno con la idea. Al final, lo que iba a ser una pequeña iniciativa de dos (Carduesco y Brau) se convirtió en una aventura en la que se embarcaron unas 200 personas en la organización, todos ellos estudiantes.
Pero claro, un programa de radio sin invitados no es gran cosa, así que los responsables se movieron y pronto comenzó a apuntarse gente para pasar por el estudio que montó Inforadio en el salón de actos de la Facultad o para entrar en antena en algún momento de las 60 horas. Al final fueron unos 120 invitados desde periodistas como Pedro Piqueras a actores como Raúl Arévalo, clásicos como Mayra Gómez Kemp o estrellas mediáticas como el Gran Wyoming y Dani Mateo. Incluso tuvieron algún invitado sorpresa como Matías Prats que se presentó de noche para visitar a los intrépidos periodistas.
El esfuerzo pasó factura y en las últimas horas Carduesco notó una importante bajada de azúcar, sobre todo porque no le gustan los dulces y pasaba de las muchas gominolas que tenía sobre la mesa para alimentar su cerebro. A pesar de eso, aguantó el tirón y consiguieron llegar a las 60 horas y valió la pena, porque como él mismo afirmó ha sido la mejor experiencia de toda su vida. Y, por cierto, para quien piense lo contrario, el récord Guinnes no tiene dotación económica, así que esto se hace por puro placer.