Una de las principales características de la Escuela Complutense de Verano es su marcado caracter internacional. Este año, por ejemplo, los estudiantes matriculados proceden de cuatro continentes: Europa, América, África y Asia. No obstante, son los estudiantes nacidos en América Latina los que mejor representan esta internacionalización de la Escuela. De hecho, en esta décima edición más de la mitad de los 1.394 estudiantes matriculados proceden de países de América Central y del Sur. En concreto son 742 alumnos nacidos en 20 países diferentes. Si a estos se les suman los trece estadounidenses y un canadiense, también procedentes de América, y los 39 europeos (exceptuando los 592 españoles), 5 africanos y dos asiáticos matriculados, resulta que 802 estudiantes son extranjeros, es decir un 57,53 por ciento.
Una de las principales características de la Escuela Complutense de Verano es su marcado caracter internacional. Este año, por ejemplo, los estudiantes matriculados proceden de cuatro continentes: Europa, América, África y Asia. No obstante, son los estudiantes nacidos en América Latina los que mejor representan esta internacionalización de la Escuela. De hecho, en esta décima edición más de la mitad de los 1.394 estudiantes matriculados proceden de países de América Central y del Sur. En concreto son 742 alumnos nacidos en 20 países diferentes. Si a estos se les suman los trece estadounidenses y un canadiense, también procedentes de América, y los 39 europeos (exceptuando los 592 españoles), 5 africanos y dos asiáticos matriculados, resulta que 802 estudiantes son extranjeros, es decir un 57,53 por ciento.
El que sea tan significativa la presencia de estudiantes latinoamericanos responde a la voluntad que ha mostrado la Escuela desde su creación de convertirse en nexo de unión con las universidades latinoamericanas. La razón de este mestizaje es doble. Por un lado, la identidad del lenguaje. Son cursos de 100 horas impartidos exclusivamente en español por lo que los estudiantes hispanohablantes son sus principales demandantes. El segundo factor de este acercamiento a Latinoamérica es la voluntad de la Universidad Complutense como institución de reafirmar y afianzar su voluntad de cooperación con los países latinoamericanos. Así, y gracias a un completo programa de becas y ayudas, desde la primera edición de la Escuela la participación de estudiantes de este continente ha sido muy destacada.
Por países, un año más México es el que más estudiantes aporta, 247, seguido de Colombia, 114; República Dominicana, 88; Perí, 52; Ecuador, 47; Venezuela, 35; Brasil, 32; Argentina, 29; Guatemala, 27, y Chile, con 23 estudiantes inscritos. Los países europeos representados en la matrícula son 16 (exceptuando a España), los africanos, 5 (Angola, Egipto, Marruecos, Guinea Ecuatorial y Mozambique) y los asiáticos, 2 (Macao y Vietnam).
Los cursos que se están llevando a cabo en esta décima edición son sesenta y seis, y como es tradicional se han integrado en doce bloques temáticos, denominados escuelas. Las de este año son: Bellas Artes y Patrimonio Cultural, Ciencias Jurídicas, Comunicación, Cooperación y Relaciones Internacionales, Economía y Finanzas, Formación del Profesorado, Informática y Nuevas Tecnologías, Lengua y Cultura, Medio Ambiente y Tecnología, Organización, Gestión y Recursos Humanos, Políticas Públicas y, por último, Salud y Biomedicina.
Con el referente de las summer schools anglosajonas, la vertiente práctica predomina en la mayor parte de los cursos sobre la teórica y, por ello, las clases no pasan de los veinte o cuarenta estudiantes, según precisamente su grado de experimentalidad. La dirección de cada uno de los cursos recae en un profesor complutense con amplia experiencia en la organización de actividades formativas extracurriculares. No obstante para agudizar el aspecto profesionalizante y especializado de los cursos, como en las anteriores ediciones, el profesorado que los imparte tiene un perfil mixto. Al menos el 50 por ciento de ellos, son profesores de la propia universidad; el resto proviene de otras instituciones universitarias españolas y extranjeras y en un importante porcentaje del ámbito de la empresa y la Administración. Alrededor de 1.000 docentes y profesionales van a impartir los cursos programados este año.
Otro dato que tampoco varía a lo largo de las ediciones de la Escuela es la desproporción entre hombres y mujeres. Este año, una vez más, las mujeres son el doble que los hombres.
El precio de los cursos es de 750 euros los no experimentales y de 900 los experimentales. No obstante, la mayor parte de los matriculados ha recibido una subvención en el precio de la matrícula del 30 por ciento, gracias al patrocinio del Banco Santander, mientras que quienes cursan sus estudios oficiales en la UCM han visto reducido el precio del curso en un cincuenta por ciento. El apartado de ayudas se completa con la concesión de becas de alojamiento, 300, que están disfrutando otros tantos estudiantes que están viviendo en los colegios mayores de la UCM.