El Consejo de Gobierno de la UCM aprobó el pasado 29 de noviembre el Plan de Eficiencia Económica presentado por el rector, José Carrillo, con el que se pretende conseguir una reducción del gasto de unos 40 millones de euros en el presupuesto que la Universidad elabora para el año 2012. Según el rector, aplicar desde los comienzos del año próximo las medidas previstas en el Plan de Eficiencia es una garantía para no tener que tomar otras, que serían más drásticas, a finales de año.
La situación económica y financiera que arrastra la Universidad, con una deuda cercana a los 150 millones de euros y un déficit estructural de 23 millones en el capítulo salarial, hacen necesario adoptar medidas para garantizar su correcto funcionamiento. El importe de la nómina de la plantilla complutense en 2011 asciende a 383 millones de euros, cuando la transferencia que efectúa la Comunidad de Madrid por este concepto es de 360 millones. La Comunidad mantendrá esa misma cantidad para el año próximo, por lo que esa diferencia debe resolverse lo antes posible para evitar que empeoren las cuentas. Las vías para conseguirlo, según el Plan de Eficiencia, son fundamentalmente dos: aumentar el ahorro amortizando las jubilaciones que se produzcan y generar nuevos ingresos que permitan atender las necesidades de la nómina.
Para el rector Carrillo el plan aprobado no cubre las expectativas máximas de nadie -ni siquiera las suyas- pero es el que se podía presentar al Consejo de Gobierno para tener los presupuestos aprobados en diciembre. El objetivo a conseguir con las medidas aprobadas es triple: conservar el empleo de la plantilla, mejorar la calidad de la docencia y mejorar la calidad de la investigación. Y para lograrlo el documento propone también tres vías a aplicar de forma simultánea: gastar menos, gastar mejor y conseguir mayores ingresos.
Durante el periodo de vigencia del plan, que según señaló el rector será de un año, la UCM no realizará ofertas de empleo público (habrá excepciones para el personal docente e investigador en el marco de proyectos con financiación específica), si fuese necesario y con carácter excepcional habría movilidad de personal hacia los servicios que lo requieran, aumentará de forma flexible el porcentaje de retención que se aplica a los títulos propios y se limitarán las retribuciones en actividades docentes adicionales tales como cursos de verano, cursos interfacultativos o formación continua.
En su intervención ante el Consejo el rector recalcó que las medidas aprobadas se llevarán a debate en la correspondiente mesa de negociación porque se pretende que sean adoptadas con la participación de los agentes sociales.
Junto con las medidas de ahorro en las jubilaciones, el plan recoge también mejoras en la gestión, que afectan sobre todo a los servicios centrales y alguna a los centros. Así, se ha reducido el uso de teléfonos móviles de los 438 existentes a 186. Las tareas de mantenimiento y conservación de edificios, equipos de investigación y equipamiento informático se pretende que sean realizadas por personal propio de la universidad. Se elaborará un plan estratégico de eficiencia energética para reducir el gasto energético de la Universidad. Se han eliminado de forma general los gastos de atenciones protocolarias y de representación (343.413 euros en el presupuesto anterior). Y se limitan las comisiones de servicio con derecho a indemnización.
Otras medidas de ahorro que se aplicarán pasan por la reducción del presupuesto de gastos de los centros, la reducción del fondo de contingencia y el aumento de los ingresos derivados del artículo 83.
Los diferentes vicerrectorados también contribuirán con importantes medidas de ahorro, que se pretende que afecten a su gasto pero sin que se resienta su actividad. De las medidas de recorte se exceptúan los programas de investigación y de apoyo a la calidad de la docencia, que quedan prácticamente exentos. Tampoco se verán afectados los programas de acción social.
Del plan aprobado el rector señaló que si se le denomina "de eficiencia" es porque no se trata solo de un plan de ahorro, aunque tampoco pretende ser un plan de líneas estratégicas a más largo plazo, que será objeto de un debate posterior. Sobre estas líneas estratégicas apuntó que la UCM donde más tendrá que competir será en másteres y en investigación, sin que ello signifique dejar de lado el grado.