El circuito universitario madrileño de campo a través reúne a dos centenares de participantes con ganas de hacer deporte y, sobre todo, pasarlo bien

Decía hace unos años Elena García Grimau, una de las atletas con mayor proyección que han pasado por las aulas complutenses en los últimos tiempos, que siempre que tenía un hueco en su calendario, miraba si había alguna carrera del circuito universitario. Elena contaba que amaba el ambiente de esas pruebas, la competitividad sana con las que los atletas las disputaban, sin la tensión que provoca el dinero o tener detrás a los responsables de los clubes. Decía que ir a correr a las universidades era disfrutar del atletismo en estado puro, como cuando era pequeña, que disfrutaba compartiendo pistas con veteranos que ponen sus fuerzas al límite para conseguir llegar a la meta.
Por desgracia, atletas del nivel de Elena ya no son frecuentes en las pruebas universitarias de campo a través. El calendario cada vez cuenta con más pruebas federadas de todo tipo (por clubes, por autonomías, individuales...), y cuando encuentran alguna fecha libre prefieren buscar un dinerillo que llevarse al bolsillo en estos duros tiempos de crisis económica.
Lo que sí continúa intacto en el circuito universitario madrileño de campo a través es su idílico ambiente. Doce mañanas de sábado, desde el mes de octubre hasta el de febrero (ver calendario), alrededor de dos centenares de jóvenes y no tan jóvenes se reúnen en los distintos campus para pasar una mañana haciendo deporte en un ambiente agradable. Por allí hay jóvenes universitarios, unos intentando abrirse camino en este mundillo del atletismo y otros a los que simplemente les gusta correr y medir sus fuerzas. También hay veteranos atletas populares, e incluso algún abuelo que acepta el reto de llegar a la meta que le lanzan sus hijos y nietos.
Cada uno de esos doce sábados entre tantos corredores, siempre destaca un grupo uniformado con los colores de la Universidad Complutense. Los hay también de todas las edades y ambiciones. Este año el grupo se ha animado aún más con la presencia de una decena de estudiantes de Físicas de la UCM, que se han animado a participar en las pruebas. Se trata, como ellos dicen, de pasarlo bien, hacer un poco de deporte, "y de comerse la barbacoa que en algunas universidades hacen al final". Tras una década como delegado del equipo, Gregorio González, ha encontrado un sustituto. Se llama Ricardo García de León y es estudiante de tercero de Periodismo. El objetivo que se ha marcado es que el grupo siga creciendo, y para ello se ofrece a inscribir en las pruebas a todos los que lo deseen, con solo escribirle a su mail (ricardogonzalogarciadeleon@gmail.com).