La Universidad Complutense de Madrid aprobó a finales del pasado mes de diciembre sus presupuestos para el año 2012. Por primera vez en mucho tiempo los presupuestos de nuestra universidad han sido aprobados con anterioridad al inicio del ejercicio económico. Este hecho no es baladí, por cuanto significa que la Universidad Complutense puede empezar el nuevo año con una previsión realista de ingresos y gastos, a la que deberá atenerse para conseguir el objetivo ineludible de reducir la deuda económica que pesa sobre sus cuentas.
Tomando como base las medidas previstas en el Plan de Eficiencia aprobado por el Consejo de Gobierno el pasado 29 de noviembre, la UCM elaboró unos presupuestos acordes con la gravedad de una situación económica sobre la que es necesario insistir. La congelación por parte de la Comunidad de Madrid del contrato programa de gastos corrientes, la reducción de la subvención para los gastos de inversión, el déficit estructural en la financiación de los gastos de personal, el remanente negativo de tesorería y la deuda que nuestra Universidad arrastra con proveedores configuran un delicado panorama sobre el que debemos actuar.
La cuantía del Presupuesto 2012 de la Universidad Complutense asciende a 536,6 millones euros, lo que representa una reducción respecto del ejercicio anterior de 59 millones de euros. No obstante, estas cantidades no son comparables, por cuanto el presupuesto del año 2011 era una prórroga del presupuesto del año 2010. Estamos, por tanto, en una situación novedosa en la que desde el inicio del año la UCM cuenta con un presupuesto aprobado por sus órganos de Gobierno. Y una novedad más: el presupuesto del presente año incluye una importante reducción del desequilibrio que existía entre operaciones corrientes y operaciones de capital en ejercicios anteriores.
Los presupuestos de la UCM para el año 2012, presentados por el Consejo de Dirección, recibieron el visto bueno primero del Consejo de Gobierno y, posteriormente, como es preceptivo del Consejo Social. Inevitablemente responden a la situación de austeridad económica y son una muestra del firme compromiso de la UCM con la estabilidad presupuestaria, necesaria para poder reconducir los ingresos y los gastos hacia un punto de equilibrio.
El objetivo de equilibrio presupuestario que está implícito en los presupuestos del año 2012 no puede desviarnos de la finalidad de nuestra institución universitaria: mantener y mejorar la docencia y la investigación. La aplicación de las medidas de ahorro que están incluidas en el Plan de Eficiencia y las partidas presupuestarias para el presente año se aplicarán sin que se vea afectada ni la docencia ni la actividad investigadora, las dos columnas sobre las que se asienta la razón de ser de nuestra universidad, además de la transferencia a la sociedad.
Es necesario el compromiso y la colaboración de cuantos componemos la comunidad universitaria complutense para alcanzar el objetivo de mejorar la situación financiera, al tiempo que mantenemos e incrementamos el prestigio académico de la Universidad Complutense. Este es el gran reto para el año que acaba de comenzar.