Mallory trabaja para una agencia de seguridad privada de Estados Unidos. Sus trabajos incluyen luchar y asesinar a quien haga falta y sin hacer preguntas. El problema comienza cuando alguien decide que la próxima víctima sea ella.
El guionista Lem Dobbs (conocido por otros trabajos como Tras el corazón verde, Un golpe de maestro y Dark City) escribe una historia que peca de falta de originalidad y que además recuerda demasiado a la película Colombiana, que se estrenó hace unos pocos meses. En ese filme la protagonista también era una especie de ninja karateca vengadora que machaca a todos sus enemigos y gana. De hecho, la historia es tan previsible que la última escena ya la conocemos desde el minuto uno de película, aunque siempre puede haber quien se sorprenda, así que no voy a contar quién es el cerebro tras la trama que quiere destruir a la protagonista.
El título original de la película es Haywire, que se puede traducir como alocada o errática, así que me parece a mí que Indomable es un título mejor, algo que no suele ocurrir cuando se traducen las películas al castellano.
La película se podría considerar como entretenida si la hubiera filmado cualquier director de encargo de un estudio cualquiera. El problema es que detrás está Steven Soderbergh y eso hace que la película se tenga que medir con un baremo más alto y la película sale bastante mal parada.
Es cierto que Soderbergh se ha especializado en no especializarse, y así lo mismo puede hacer una entretenida película de robos (los tres filmes dedicados al ladrón de guante blanco Danny Ocean), como un remake de una película de culto (Solaris), un biopic (las dos partes de la biografía del Ché), un filme sobre el narcotráfico (Traffic), una historia sobre una luchadora contra las empresas energéticas (Erin Brockovich), o una historia de virus que destruyen el mundo (Contagio). Lo que no había hecho nunca era una película sobre karatecas que además puede llevar la firma de cualquiera porque no tiene ninguna personalidad. Eso sí, sirve para pasar el rato.
La protagonista es una desconocida (al menos para mí) Gina Carano, que resulta ser una verdadera campeona de algo conocido como MMA (Artes Marciales Mixtas), que es como el boxeo, pero donde se puede golpear con los pies además de con las manos. Sus dotes actorales no van mucho más allá de eso, pero al menos la acompañan profesionales como Ewan McGregor y Bill Paxton.