"Absolutamente abrumado", "emocionadísimo", "agradecidísimo". Son algunos de los adjetivos empleados por José Luis Sampedro para mostrar -"algo imposible de hacer hoy con palabras"- los sentimientos que en él despertó el homenaje que la Universidad Complutense le ha brindado al dedicar a su figura y obra literaria una buena parte de la programación de la II Semana Complutense de las Letras, que se está celebrado del 23 al 27 de abril.
A sus noventa y cinco años, José Luis Sampedro, durante décadas profesor de Economía de la Universidad Complutense, mantiene intactos su lucidez, compromiso y juicio crítico que ha demostrado a lo largo de su vida. El pasado día 23 de abril, el Día del Libro, en la Biblioteca Histórica Marqués de Valdecilla, lo volvió a demostrar. Para alguien que se siente "un moribundo con licencia de paseo por unos días", es, según sus palabras, obligado seguir pidiendo un cambio de actitudes y hechos a los "preclaros líderes del mundo que están guiando a la humanidad hacia un desarrollo insostenible", y también a quienes con sus decisiones llevan a la educación pública a vivir tiempos que "estremecen y dan miedo". Incluso a los propios seres humanos Sampedro continúa pidiéndonos que aprendamos a ser civilizados, a vivir juntos y a conciliar los intereses de unos y otros apaciblemente. Y es que para Sampedro, quien durante toda su vida no ha dejado de ser "un aprendiz de mi mismo, y que hasta hace poco no he empezado a saber quien soy", la única salida que puede tener el mundo actual es situar valores como humanidad y vitalidad por encima de otros como dinero, sobre el que aún sigue girando nuestra sociedad, y al que a través de la globalización "hemos dado el poder absoluto".
En sus emocionadas palabras, Sampedro también tuvo tiempo para pedir que la universidad, y más aún la Complutense -"de la que en días como hoy me siento más que nunca orgulloso de haber pertenecido, primero como estudiante y luego como profesor"- "sea siempre lo que ha sido, la universidad del saber, y olvide palabras detestables como productividad o competitividad, dedicándose a lo más importante: hacer vida y sabiduría. Si en ese camino -concluyó Sampedro- yo aún les valgo para algo, no duden en utilizarme, aunque sea tritúrenme y véndanme al peso, si con eso les ayudo en algo".
Más de cinco minutos de aplausos, con el público puesto en pie, siguieron a esas últimas palabras del escritor y economista. "¿Que he hecho yo para merecer tanto? ¿Por qué me suben en este altar? Vale que me llame Sam-Pedro, pero esto es demasiado", bromeó.
Un paseo por su vida a través de su escritura
"La escritura que nos lleva", la exposición en homenaje a José Luis Sampedro, que la Biblioteca Histórica Marqués de Valdecilla acoge hasta el próximo 30 de junio, es una oportunidad única para conocer la vida y obras del último Premio Nacional de las Letras Españolas, y además de hacerlo de su propia mano. Y es que pese a que solo unos pocos privilegiados tuvieron la oportunidad de recorrer la muestra junto al autor y escuchar sus explicaciones y comentarios, la exposición permite a quien a ella se acerque conocer a través de sus propios manuscritos, correcciones y comentarios impresos, cómo Sampedro ha trabajado en sus obras literarias, desde sus primeros escritos de 1935, sus obras teatrales de juventud o sus primeros cuentos hasta su Cuarteto para un solista, publicado el pasado año, pasando por supuesto por sus obras de plenitud como La sonrisa etrusca, Octubre, octubre, La vieja sirena o El amante lesbiano.
Así el visitante conocerá cómo los folios mecanografiados de las cuatro versiones de Octubre, octubre apilados medían 126 centímetros, y comprobará, por ejemplo, cómo Sampedro crea una biografía completa para cada uno de los personajes que aparecen en sus libros, por intrascendente que sea su papel, ya que solo sabiendo "lo que han vivido antes puedo saber cómo reaccionarán cuando entran en mis obras". También verán las mil y una correcciones que de su puño y letra se añaden a los originales mecanigrafiados, o c´pmo ha conservado las cartas que sus lectores le han enviado. O incluso las fotografías, recortes de periódicos o utensilios que le han inspirado.
La exposición no es el único "regalo" que la organización de la II Semana Complutense de las Letras ha hecho a Sampedro. Una edición no venal de 300 ejemplares, titulada José Luis Sampedro en mil y una lenguas, en la que tres fragmentos de textos del autor son traducidos a 40 lenguas, es "otro regalo maravilloso e inesperado que me llevo", señaló el propio autor.
