En la actualidad conviven el marketing on line con formas tradicionales de anuncios en periódicos y carteles colgados por el campus
Se alquila estudio. Zona Centro. Bien comunicado y cerca de la parada del metro". Un anuncio similar a este lo mismo se puede encontrar en un periódico como en Internet o en alguno de los soportes para publicidad que hay repartidos por todo el campus. Esta especie de baldaquinos laicos de madera se instalaron hace años para evitar que los carteles se grapasen en las cortezas de los árboles. Al ver la cantidad de anuncios que hay colgados en ellos se puede ver que su éxito es indiscutible. Lo curioso es que lo siga siendo en una época en la que muchos jóvenes disponen ya de smartphones que les permitirían consultar ofertas similares en Internet.
Paseamos por el campus buscando a alguien que esté consultando estos anuncios y en realidad no tenemos que caminar demasiado. Junto a la estación de Ciudad Universitaria nos encontramos con Romina, estudiante de un máster en la Facultad de Psicología. Ha dejado su sede habitual de Somosaguas para hacer unas consultas en la Casa del Estudiante y de paso ha decidido echar un vistazo a las ofertas de pisos, pensando ya en el próximo curso. Nos asegura que en su búsqueda le da la misma importancia y credibilidad a un anuncio en papel que a uno en la red. "Lo ideal es agotar todas las posibilidades y además para saber si el anuncio se ajusta a la realidad siempre tienes que acabar visitando el piso".
En el mes de marzo se hizo público un estudio que aseguraba que el 82 por ciento de las páginas corporativas de Facebook sólo publican cinco entradas al mes, lo que quiere decir que no están actualizadas. De tal manera que a pesar de que la mayoría de los estudiantes tiene conexión prácticamente las 24 horas al día, el marketing on line deja mucho que desear. El mismo estudio resaltaba también que el 94 por ciento de las empresas locales no participa en las conversaciones dentro de sus páginas y que tenían desatendidos a sus seguidores. Además, gurús como la psicóloga Sherry Turkle, antes fan irreductible de las nuevas tecnologías, ahora ponen en duda las ventajas de la conexión perpetua y critican la pérdida de las relaciones humanas cara a cara.
Romina, nuestra estudiante de Psicología, es usuaria de Internet y también lee formatos tradicionales. Ahora mismo ya vive en un piso alquilado, y le preguntamos cómo lo encontró, si on line o si a través de algún formato impreso. Su respuesta es ni una ni la otra: "al final lo conseguí por una agencia". Una tercera vía que deja nuestra pregunta en un empate a cero.