Entre el 23 y el 27 de abril se ha celebrado la II Semana Complutense de las Letras. En total han sido más de cien actividades repartidas por los campus de Moncloa y Somosaguas y otros lugares como la Biblioteca Histórica y la Escuela de Óptica.
El último día de la II Semana Complutense de las Letras el paraninfo de la Facultad de Filología se vistió de gala para celebrar la entrega de los galardones de los premios literarios de la UCM 2012. Esta convocatoria se divide en tres categorías: poesía, narrativa y teatro, y está abierta a la participación de los estudiantes, el personal docente e investigador, y el personal de administración y servicios de todas las universidades españolas.
El premio de narrativa ha recaído en José Manuel Cano Pavón por la novela Don Quijote y su laberinto. El ganador es catedrático de Química Analítica en la Universidad de Málaga, y es autor de 21 libros, todos ellos novelas, con excepción de una obra de teatro. Cano Pavón explica que "esta obra es una variante sobre el Quijote, que vive muchos años más en un mundo cambiante con una sociedad terriblemente dura". Reconoce el autor que siempre le ha gustado más la segunda parte de Don Quijote que la primera.
Tras la presentación de este y de cada uno de los demás premios por parte del vicedecano de Actividades Culturales de Filología, Álvaro Arroyo Ortega, y el director de la Semana Complutense de las Letras, José Manuel Lucía Megías, los jóvenes Claudia y Félix leyeron fragmentos de las obras ganadoras.
Para Patricia Lucas Alonso, ganadora del premio de teatro por su obra La huida, "siempre es un gusto poder escuchar los textos interpretados o leídos por gente que sabe hacerlo". La autora estudió Arquitectura en la Universidad Politécnica de Madrid, donde ahora mismo realiza su tesis doctoral. Este ha sido su primer reconocimiento literario, y ver que un certamen de este tipo da la oportunidad de compartir lo que haces "obviamente es un gusto por comprobar que hay alguien a quien tu obra le parece interesante".
La poesía
Juan José Almagro Iglesias, profesor del Departamento de Filología Inglesa I de la Complutense fue el ganador de la categoría de poesía por su libro Lo que vive en mi lugar. Reconoce que le hubiera gustado a él elegir los poemas que se leyeron en el acto de entrega de premios. Asegura además que como él vive la creación poética y su expresión no tiene "nada que ver con una luz tenue y una lectura acompañada de música". Afirma que el premio supone "un acto de reconciliación" con la universidad donde estudió Filología Inglesa. Recuerda que "no fue ni un paso brillante, ni activo, ni comprometido" y que sólo le gustaban un par de clases en donde "la palabra, su emoción, o el análisis de la creación eran las protagonistas". Después de 21 años ha vuelto como profesor asociado "con la sensación de haber hecho los deberes: años de intenso estudio y formación, vida laboral vinculada a la enseñanza de idiomas, estancias en universidades extranjeras, una tesis como incursión en la crítica literaria, y traducciones y creación literaria propia que tuvieron la suerte de ver la luz editorial".
En la categoría de poesía hubo también una mención honorífica para la estudiante Marina Casado Hernández, por su obra Soledades de la Bella Durmiente. Las lecturas le parecieron "estupendas" y se mostró encantada con el premio sobre todo por el hecho de que el resto de ganadores son escritores de renombre", y ella no tiene "ni siquiera una obra publicada".
Sampedro anima a situar la "vida" como el nuevo dios
José Luis Sampedro, escritor, economista y profesor durante varias décadas de la UCM, fue la figura central de la programación de la II Semana Complutense de las Letras. Además de participar en el acto inaugural de las actividades, Sampedro protagonizó el miércoles 25 de abril un encuentro con estudiantes, celebrado en la Facultad de Ciencias de la Información.
Acompañado por su esposa, Olga Lucas, el veterano profesor respondió a las preguntas que durante los días anteriores los estudiantes de la UCM le formularon a través de las principales redes sociales, y que los organizadores recogieron en tres bloques: economía, actualidad y literatura.
No obstante, además de contestar a sus preguntas, Sampedro quiso lanzar a los estudiantes, que llenaron el salón de actos de Ciencias de la Información, un mensaje sobre el que a su juicio debe ser el papel de los jóvenes en el complejo mundo actual. De acuerdo con el último Premio Nacional de las Letras, los jóvenes, y más aún, los actuales universitarios tienen ante sí la oportunidad de conseguir que en un mundo en profundo cambio como es el actual, el nuevo dios al que todos sigan, no sea como ya pasó en épocas anteriores ni el Dios cristiano ni el dinero, el dios del capitalismo; ni siquiera debe ser la ciencia, sino la vida, el humanismo, el ser humano.
De acuerdo con Sampedro, vivimos hoy en un mundo que no es el de antes, como ya pasó con la caída del imperio romano, con el auge del cristianismo en la Edad Media o con la toma del poder por parte de las ideas capitalistas hace 500 años. "El mundo actual tiene nuevas características y por ello necesita nuevos actores", afirmó Sampedro.
El problema -continuó analizando el autor de La sonrisa etrusca- es que quienes mandan se niegan a admitir esta nueva situación. "Los gobernantes, que se supone que representan al pueblo, no son capaces de hacer frente a los financieros, causantes de la crisis que afecta a sus pueblos, y están convirtiendo Europa en una especie de casino", afirmó.
Y es que son muchas las cosas que, según Sampedro, deben variar. Una de ellas es la educación, que es "un arma que se utiliza no para la formación de la gente, sino para la domesticación de la gente en un dogma. Todos -afirmó el escritor- deberíamos darnos cuenta del alcance del cambio del mundo en el que vivimos, y preguntarnos por qué la mayoría se resigna a la tiranía de una minoría". Aprovechando que el acto se celebraba en Ciencias de la Información, Sampedro animó a los futuros periodistas a "revelar qué hay detrás de lo que se ve".