Juegos y travesuras de los niños de la posguerra
por Edgar Lizano
Los conflictos bélicos dejan su huella, siempre lo hacen. A pesar de lo que se puede ver en las películas, durante las guerras la vida sigue y la gente va al cine, las parejas se enamoran y los niños juegan. Y cuando terminan las guerras, siguen jugando. En verdad algunos de los juegos de posguerra están influidos por los años previos, como las pedreas (o dreas) que aquí relata Antonio Alcoba. Eso que hoy en día es noticia en los periódicos, cuando unos niños se enzarzan a pedradas, en los años difíciles después de las guerras, pasa a ser un juego habitual. Los había mucho más tranquilos, como la taba; más participativos, como el eterno fútbol; mixtos, como el rescate y el escondite; e incluso escatológicos, como ver quién mea más lejos. El autor resalta que la principal diferencia con aquel mundo (el suyo) y la actualidad, es que aunque entonces la tecnología no existía la diversión estaba asegurada.
La raíz rota
por Andrés Torrejón
La acción de esta novela transcurre en Madrid durante 1949. El protagonista es un padre exiliado que vuelve desde Londres para ver a la familia a la que dejó atrás durante la guerra civil. Su hija está obsesionada con meterse a monja y uno de sus hijos está metido en labores clandestinas del Partido Comunista, algo casi tópico en cualquier novela (aunque recordemos que Arturo Barea escribió esta en 1951). Lo sorprendente de la historia, y lo que la hace realmente moderna, es que otro de los hijos se dedica al estraperlo, pero no de comida o de ropa o de algo de primera necesidad, sino de cocaína. Una droga que además se distribuye desde el ejército y, por supuesto, para las clases más pudientes. La madre también es un caso especial porque acude a sesiones de espiritismo para hablar con sus muertos. Estos dos elementos nos hablan de una España que muchos podemos no reconocer más allá de ese país pacato y en el que además de boinas había mucho vicio.
Ampliación de Porsche, para Forza Motorsport 4
por José Luis de la Fuente
Cuando salió Forza Motorsport 4 los jugones nos quedamos un tanto chafados porque no había Porsches. Parece ser que la marca no había llegado a un acuerdo con Microsoft y no había manera de que pudiéramos montar en algunos de los coches más emblemáticos del mundo. Por suerte ese problema se ha resuelto y ahora acaba de lanzarse una ampliación dedicada en exclusiva a Porsche. A diferencia del resto de paquetes que han ido saliendo mes tras mes, este no solamente incluye 30 coches de la marca alemana, en lugar de los diez habituales, sino que además añade 20 eventos más al juego. Son eventos exclusivos para Porsche, pero eso no quiere decir que estos nuevos coches no se puedan utilizar en el resto de prueba. Por supuesto que se puede. De momento sólo se podrá descargar on line y cuesta 1.600 puntos. Quizás parecen muchos, pero te aseguro que si te gustan los coches, vale la pena.