La exposición ¿Sabes quién es? ¿Sabes quién era? se puede visitar hasta el 26 de diciembre en la biblioteca María Zambrano. En ella doce artistas reflexionan, de manera heterogénea, sobre la lacra social de la violencia contra las mujeres.

Las Naciones Unidas señalaron el 25 de Noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Justo un día después de esa fecha, la Biblioteca María Zambrano inauguró la muestra "¿Sabes quién es? ¿Sabes quién era?", organizada por la Unidad de Igualdad de la UCM y comisariada por la artista Concha Mayordomo.
Isabel Tajahuerce, directora de la Unidad de Igualdad, afirma que esta exposición quiere "abrir un espacio de reflexión sobre la violencia de género que vaya más allá del 25-N". Considera Tajahuerce que "cuando la igualdad sea una realidad, la violencia tendrá fin". Una violencia que además no conoce fronteras ni entornos económicos, sociales ni educativos. "Está en todas partes y hay que decir no, no a la violencia, venga de donde venga".
El rector José Carrillo apuesta también por eliminar "esta lacra de la violencia de género" y coincide con Tajahuerce en que es un fenómeno que "cruza todas las capas sociales". Reconoció Carrillo la buena labor de las doce artistas de esta exposición, que "han colaborado con sus obras para celebrar un evento tan importante como el del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer".
La comisaria de la muestra, Concha Mayordomo, dio las gracias a las artistas por "haber realizado los trabajos en un tiempo récord". Explicó que el título de la exposición hace referencia a un hombre que aparenta ser encantador cuando te lo cruzas en el ascensor, pero luego resulta ser un maltratador. Y además a una mujer que yace muerta o que está amargada, asustada y anulada por su pareja.
Recomendó después un recorrido por la muestra que comienza con el cuadro de Emma García-Castellano, en el que se ve a la mujer desde el punto de vista tradicional de la pintura, aunque con un cierto sarcasmo. La visita continúa con la obra de Martina Dasnoy, sigue con la de Sara Beiztegi, pasa a la de Ana Esther Balboa, de allí se dirige a la de Pilar Foronda, al cuadro de María Jesús Abad, al de Mareta Espinosa, al de Linda de Sousa, a las bolsas de Pilar Pérez Camarero, a la ingeniosa obra de Marta Linaza, al bello dibujo de Rosario Naranjo y, por último, al trabajo optimista de la propia Concha Mayordomo.
En la sala de exposiciones los cuadros no siguen este orden recomendado por la comisaria por problemas logísticos. De todos modos, se visite como se visite, lo importante es que al contemplar los cuadros se reflexione sobre el grave problema de la violencia.

"La piel", de Ana Esther Balboa. Según la autora, en este cuadro se intuyen las heridas que están en el interior de la mujer maltratada. En la piel sólo se ve una ligera huella que va cicatrizando poco a poco. "Uno avanza en su vida, trata de olvidar las heridas, el dolor, pero estas dejan una huella en nuestro interior que permanece".

"841", de Sara Beiztegui. La autora decidió sintetizar el tema de la violencia contra las mujeres y los niños con un simple número, el 841 que hace referencia a los asesinados en el período comprendido entre 2001 y 2010. "El número está poco visible en la obra, y en la sociedad, y hay que acercarse mucho para verlo".

"A tu vera, a tu vera, siempre a la verita tuya, hasta que por ti me muera", de Emma García-Castellano. La autora explica que ha retomado una imagen clásica de la mujer, pero vista desde un punto de vista crítico. Es respuesta a frases como la que dijo León de la Riva: "No creo en las paridades, me parecen paridas".

"Palabras en femenino", de Martina Dasnoy. La artista belga crea un cuadro en el que juega con las letras que forman la palabra querida y las convierte en qué y en queherida. En la parte baja del cuadro recupera de nuevo la palabra querida, "con la esperanza de que vamos a ir hacia adelante".

"Renacimiento", de Rosario Naranjo. La comisaria Concha Mayordomo explica que la autora trabaja con una peculiar técnica en la que utiliza agua, la luz de la luna y una serie de frase totémicas que le dan como resultado cuadros que suelen ser muy alegres y casi siempre con tanta belleza como esta obra.

"¡¡¡Liberadme!!!", de Linda de Sousa. En esta obra vemos mujeres transparentes sobre un fondo rojo y amarillo. La autora ha elegido precisamente estos colores porque de todos los países que ha visitado, "España es donde hay más concienciación desde los poderes públicos sobre el tema del maltrato".

"Más acá del deseo y más allá de la muerte", de Marta Linaza. El cuadro está apoyado en el suelo y la hilera de piedras continúa más allá del lienzo. Esta obra trata sobre el terrible tema de la lapidación y su autora es profesora de Escultura en el CES Felipe II-UCM de Aranjuez desde el año 2003.

"Invisibles", de Mareta Espinosa. La invisibilidad de la mujer es una realidad en muchos países. Aquí Espinosa ha querido reflejar ese estado en el mundo árabe debido a su cultura religiosa. La crítica de todos modos va más allá y llega hasta el mundo occidental donde la invisibilidad es también una lacra.

"Mujer de ojos de fuego: Una mujer es tal cuando mira a un hombre y consigue que se pare en seco", de María Jesús Abad. Cuenta la autora que el cuadro se encontraba en una casa que ardió parcialmente, y la protagonista del cuadro fue la única testigo.

"Deconstrucción", de Concha Mayordomo. El cuadro se desarrolla en tres planos y el primero de ellos es un cristal velado y roto.

"Mi espiral de violencia", de Pilar Foronda. Con reminiscencias a la Dama de Elche, incluye un texto en espiral con testimonios de mujeres maltratadas.

"De fardo a morral", de Pilar Pérez Camarero. Esta obra aborda el tema desde el punto de vista de los cuentos que pesan como un auténtico fardo.