La vida de Núria Espert se puede definir como "la seriedad y la disciplina en el estudio y el esfuerzo continuado de hacerlo cada día mejor". Así al menos lo hizo la profesora Ana María Arias de Cossío, del Departamento de Historia del Arte III, y responsable de leer la laudatio de la actriz en su investidura como nueva doctora honoris causa por la Universidad Complutense.
Arias de Cossío leyó un exhaustivo semblante de Núria Espert, con el que repasó algunas de sus obras más icónicas como actriz, pero también como directora de escena, participante en recitales, gestora cultural y como ser humano. En este último apartado habló de su relación con su marido Armando Moreno, con quien fundó su compañía y con quien compartía una misma idea sobre el teatro. Para los dos fue "un compromiso vital e intelectual a cuyo servicio se entregaron considerando siempre que el teatro no es sólo un espectáculo, sino que como tal capítulo de la cultura humanística es una forma de hacer pensar y, además, una forma de enseñar poesía, literatura, historia, política, cultura y, en fin, con todo ello crear belleza".
Medea
Núria Espert aprovechó su discurso de investidura para hablar de Medea, el personaje con el que se ha cruzado hasta en siete ocasiones diferentes desde su primera vez con sólo 19 años a la última (por ahora) con más de setenta.
Reconoció Espert que "hay personajes que no se acaban nunca, en ellos está todo lo dicho y lo no dicho y ningún intérprete es capaz de mostrar todo lo que llevan dentro". En sus diferentes interpretaciones de Medea ella misma le ha ido dando al personaje nuevas dimensiones. Primero fue todo "celos, pasión y venganza". A ello le añadió después "temor". Después dejó de hacerlo "dramático para hacerlo más trágico". Luego "más intensa y más sabia". A continuación vino una Medea "más pequeña, con un texto apretadísimo y violentísimo". Pasó a verlo desde el otro lado, dirigiendo a Irene Papas, y por último, bajo la dirección de Michael Cacoyannis, le añadió una nueva capa, al ser la primera vez que Jason tocaba a Medea.
Tras la ceremonia de investidura de cerca de 200 doctores en representación de los 678 que superaron el doctorado el pasado curso, el rector José Carrillo, elogió a Núria Espert, considerando que "es una de las más grandes figuras del teatro de los siglos XX y XXI".