Como explica el catedrático de Geografía Humana y director del CEMIRA-Desarrollo Humano, José Carpio Martín, el objetivo de esta exposición ha sido "la búsqueda y creación de nuevos lenguajes para la sensibilización universitaria contra el racismo, promoviendo cauces para que el profesorado y el estudiantado se unan para la creación permanente de una sociedad de convivencia cultural. La exposición -continúa el profesor Carpio- es un estímulo para la reflexión, una llamada al diálogo con nuestras conciencias, a la toma de postura, irrenunciable y necesaria ahora y siempre por el desarrollo humano y la ética".
Los autores de esta búsqueda y creación de nuevo lenguajes han sido diecinueve profesores y alumnos de la Facultad de Bellas Artes del CES Felipe II de Aranjuez. Sus propuestas van desde la obra pictórica a la instalación, el collage, la fotografía o la escultura modernista, por citar algunas. Como escribe una de las autoras, la profesora María Jesús Abad Tejerina, "esta suma de subjetividades compone un mapa plural con el que se forma una realidad que amplía nuestro entendimiento. El arte pone el "dedo en la llaga", señala, denuncia, reflexiona, obliga a repensar, marca pautas, se posiciona...deja huellas en el cerebro que por dirigirse directamente al inconsciente son más efectivas, tienen mayor alcance, que las construidas con otros lenguajes. Los artistas visuales expresan por medio de imágenes los grandes sucesos del tiempo en el que viven", concluye la profesora Abad.
Son muchas las obras de la muestra que ponen "el dedo en la llaga". Así, por ejemplo, la escultura en acero de Ana E. Balboa, "Origen destino/destino-origen" representa los caminos de ida y de vuelta que el hombre en su vida tiene que realizar para encontrar su lugar en el mundo, para mejorar su vida. Son caminos de ida y de vuelta porque la emigración tiene esas dos caras. La instalación "Desde Arequipa con amor", de Concha Mayormo, cuenta la historia de una de tantas mujeres que, desde Latinoamérica, vienen a España para solucionar la situación económica de sus familias, dedicando incansablemente todo el tiempo que les es posible en los perores trabajos. Las manifestaciones de la vida cotidiana de los inmigrantes se ven también en "Conversaciones telefónicas en un locutorio", de Susana García León, composición de seis fotografías en las que se recogen grafismos de algunas de las paredes de las cabinas telefónicas de un locutorio. Destaca también la instalación "Tirso de Molina" que evoca las grandes jardineras de la Plaza de Tirso de Molina en Madrid en las que alrededor de ellas se reúnen grupos de jóvenes africanos. Su autor, Javier Mañero, invita al visitante a participar, proponiéndole que escoja un papel de color de un cesto y un verso de "El condenado por desconfiado", de Tirso de Molina, de otro.
"Sin duda, y siento emotivamente lo que digo, después de conocer la exposición, nadie quedará indiferente", concluye José Carpio.